Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Deseo cumplido: ¡ver a Fidel de verdeolivo!<br />
Wilkie Delgado Correa<br />
“Hay hombres que luchan toda vida: esos son los imprescindibles.”<br />
Publicado: 27/07/10<br />
Ha transcurrido el tiempo tal vez demasiado rápido o demasiado<br />
lento. Tanto para las personas como para los acontecimientos de la<br />
vida diaria o de la historia tal parece que sucede igual<br />
ineluctablemente. Esta realidad siempre nos sorprende, y nos<br />
queda la certeza de que nuestra vida es así y que la relatividad del<br />
tiempo está indisolublemente dentro y fuera de nosotros.<br />
Cuando vimos recientemente las intervenciones de Fidel por la<br />
televisión cubana, con eco de acontecimiento extraordinario en los<br />
órganos de prensa de todo el mundo, la alegría experimentada por<br />
el pueblo cubano nos inundó a todos dentro y fuera del país, salvo<br />
excepciones explicables de aquellos enemigos que, enfermos de un<br />
odio feroz, tal vez le vieran como un fantasma resucitado. Pero, en<br />
fin, esos no cuentan en el bando de los que aman y construyen<br />
obras y sueños que sean valederos para los individuos y los<br />
pueblos.<br />
Lo quieran o no los enemigos de Fidel, de su causa, lucha e ideas,<br />
Fidel Castro es el más conspicuo de los imprescindibles de nuestra<br />
época, y seguro que lo será de épocas futuras, que según lo<br />
definiera Bertolt Brecht, son esos hombres que luchan toda la vida.<br />
Todo el mundo conoce los acontecimientos nacionales e<br />
internaciones que constituyen parte de la existencia fecunda de<br />
Fidel, ligados a las mejores causas a que un hombre puede dedicar<br />
su vida entera, exponiéndola a los mayores sacrificios y peligros.<br />
Haber salido airoso y salvo de más de seiscientos atentados<br />
planificados por los Estados Unidos, sus aliados y secuaces, es un<br />
mérito y una suerte que serán difícilmente superados por otra<br />
personalidad de la historia contemporánea, como siempre serán un<br />
baldón y una ignominia para los gobernantes y políticos<br />
norteamericanos que fueron capaces de concebir asesinatos que<br />
jamás tendrán justificación ética ni legal en ninguna circunstancia ni<br />
época histórica de una nación civilizada.<br />
130