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Fidel y el milagro de soñar despierto<br />
Wilkie Delgado Correa<br />
En fin, Fidel milita en el bando de los impacientes, de los apurados, de los que<br />
presionan lo posible y luchan contra lo imposible. Y esto es bueno recordarlo<br />
en el 61 aniversario del 26 de Julio, Día de la Rebeldía Nacional, aquel día en<br />
que no murió en el asalto al Cuartel Moncada.<br />
Publicado: 01/10/14<br />
Si en la madrugada de la Santa Ana, en la ciudad de Santiago de<br />
Cuba, con los ojos aún adormilados por los festejos del Carnaval<br />
aquel 26 de julio de 1953, Fidel hubiera caído en combate, como<br />
ocurrió a muchos de los asaltantes, durante los primeros o últimos<br />
disparos del heroico asalto de los jóvenes del Centenario al Cuartel<br />
Moncada, la historia de Cuba hubiera sido diferente, aunque sin<br />
dudas habría pasado a la historia por aquella acción gloriosa.<br />
Si al desembarcar en el Granma el 2 de diciembre de 1956,<br />
después de años de prisión y exilio, para cumplir el compromiso de<br />
que ese año seríamos libres o mártires, Fidel hubiera caído en<br />
combate, en uno de los muchos escenarios que tuvo aquella<br />
odisea, la historia lo habría ensalzado por su glorioso gesto y la<br />
consecuencia singular de su rebeldía, pero la historia de Cuba<br />
hubiera sido diferente.<br />
Si la historia de Cuba ha sido de lo más glorioso y fecundo en los<br />
años de la lucha revolucionaria y los posteriores al triunfo de la<br />
Revolución, hasta hoy, ha sido por Fidel y nuestro pueblo,<br />
amalgamados en una unión indisoluble en torno a sueños a<br />
alcanzar y convertir en realidad. Y es que como él mismo ha dicho:<br />
“Soñar con cosas imposibles se llama utopía; luchar por objetivos<br />
no sólo alcanzables, sino imprescindibles para la supervivencia de<br />
la especie, se llama realismo.” Y ha prevalecido en él en las cosas<br />
de nuestro pueblo y del mundo esa lucha persistente por una vida<br />
mejor a través de la justicia y el intento de que los seres humanos<br />
por primera vez programen su propio destino.<br />
Duro y difícil ha sido el camino, preñado de los abrojos y entuertos<br />
propios y ajenos, aunque más bien los escollos ajenos han sido<br />
colosales, mientras que han sido, lógicos e inevitables según las<br />
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