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Cuba y su revolución existen porque siempre se<br />
han sabido defender<br />
Wilkie Delgado Correa<br />
Publicado: 19/12/08<br />
El primero de Enero del 2009 se cumplirá medio siglo del triunfo de<br />
la Revolución Cubana. Este acontecimiento se celebrará con una<br />
revolución victoriosa, a pesar de asedios, amenazas, agresiones y<br />
planes públicos y secretos de la potencia más poderosa de la<br />
historia, Estados Unidos, que para materializarlos se coligó con<br />
todos los poderes y fuerzas reaccionarias que en el mundo rendían<br />
pleitesía genuflexa a la nueva Roma americana, como la calificara<br />
Martí.<br />
Una pequeña isla del Caribe, realmente un archipiélago pequeño,<br />
se empeñó en una empresa histórica, contra viento y marea, en<br />
esta parte del mundo occidental, integrado por potencias que<br />
consideraban como su “destino manifiesto” en el siglo XX la<br />
obediencia servil al nuevo amo que fue capaz de derrotarlas<br />
durante los siglos XVIII, XIX o XX, según los casos particulares.<br />
Surgió así una especie de “santa” alianza, de grandes y pequeñas<br />
naciones, que bajo las órdenes de la gran inquisidora, desarrollaron<br />
maniobras y estrategias, verdaderos complots de rufianes, que les<br />
asignaron para destruir a la Revolución Cubana, esgrimiendo como<br />
motivación este o aquel pretexto o subterfugio, en distintos períodos<br />
de estos cincuenta años.<br />
En esta cruzada contra Cuba y su Revolución participaron<br />
enemigos naturales, internos y externos, y muchos otros obligados<br />
o no, en circunstancias determinadas de los acontecimientos<br />
nacionales e internaciones de un mundo en que los países<br />
poderosos y engreídos en vez de regirse por la Carta de las<br />
Naciones Unidas, parecían –y aún parecen- guiarse por una<br />
Pancarta con un código elemental de violaciones estúpidas de las<br />
normas y principios de derecho internacional reconocidos en la<br />
bendita Carta de la ONU. Esta Carta que merecía y merece respeto,<br />
y que constituye la norma de las relaciones esenciales entre los<br />
Estados, ha sido irrespetada no sólo en el caso de Cuba, sino en<br />
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