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pudieran producir resultados ficticios como éstos. Unos le verán<br />
como un engendro tropical capaz de provocar las más alucinantes<br />
pesadillas. Otros pensarán que todos los días se baña en la sangre<br />
de sus compatriotas. Algunos lo imaginarán con un inmenso látigo<br />
que descarga fieramente sobre las espaldas de cada cubano.<br />
Muchos lo verán como un fantasma peligroso que recorre el mundo<br />
con una tea incendiaria. Quizás algunos le imaginan saliendo del<br />
averno, con mirada terrible, para provocar el espanto de “las<br />
angelicales almas que habitan las tierras pacíficas del mundo”.<br />
Otros quizás afirmen que se trata de un vulgar ladrón de vidas y<br />
haciendas que bien se merece un linchamiento a lo Ku Klux Klan.<br />
Habrá quienes piensen que pretende adueñarse del mundo y que<br />
pone por ello en peligro mortal la sacrosanta y endeble seguridad<br />
de los Estados Unidos. Otros pensarán que es un tipo con suerte y<br />
que es una lástima que ninguno de los atentados fraguados contra<br />
su vida haya tenido éxito. Unos dirán que es un judas, porque<br />
traicionó este o aquel credo particular de los dicentes. Algunos<br />
considerarán que es un manipulador malintencionado de los errores<br />
y situaciones socio-económicas del bien estructurado mundo capitalista<br />
actual. Unos pensarán que les tronchó sus sueños<br />
individuales de posesión ilimitada de riquezas, sus aspiraciones de<br />
explotación de todo género, sus vocaciones y ansias de maldades y<br />
miserias humanas, en fin, sus naturales inclinaciones innatas o<br />
adquiridas, que el creador puso en sus almas y destinos como algo<br />
inmanente e intocable de sus personas y, por tanto, de sus<br />
“sagrados” derechos humanos. Tal vez algunos piensen que es una<br />
verdadera virtud de seres elegidos, el hecho de no compartir con<br />
Fidel ninguno de sus criterios y actos. Y hasta quizás algunos le<br />
respeten y admiren por su forma de ser y de actuar, pero no quieren<br />
o no pueden estar de acuerdo con lo que dice y hace, y por eso<br />
mismo le llevan la contraria. Quizás unos consideren que la obra<br />
revolucionaria de la que ha sido su protagonista principal, es un<br />
ensayo que ha sumido a su país en el más rotundo fracaso de su<br />
historia, y del cual nada se salva en los órdenes político,<br />
económico, social y espiritual. Tal vez otros enemigos, los traidores<br />
y desertores, piensen para sus adentros en la razón de su<br />
enemistad íntima y visceral: el resentimiento enfermizo por faltarles<br />
el valor y las condiciones humanas para poderle seguir en su<br />
infatigable marcha hacia la cúspide moral y en su lucha a muerte<br />
contra las fuerzas terribles y colosales que le han asediado<br />
continuamente.<br />
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