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Por eso recuerdo, por ejemplo, aquella definición temprana, en los<br />
inicios del triunfo revolucionario, de que la revolución cubana era<br />
una revolución verde oliva. Era, sin duda, una manera convincente<br />
de asociar su naturaleza al color del uniforme del Ejército Rebelde<br />
que, a la cabeza de Fidel y del pueblo, la condujo al triunfo el<br />
primero de enero de 1959.<br />
Recuerdo también la reacción de Fidel cuando le propusieron, hace<br />
cincuenta años, que asumiera el cargo de Primer Ministro, lo cual<br />
implicaba, en aquel entonces, por normas legales, dejar de vestir su<br />
querido uniforme verdeolivo y por el cual sentía un apego superior a<br />
cualquier cargo. Entonces fue necesario que el Presidente de la<br />
República dispusiera la normativa de que los funcionarios<br />
gubernamentales que ostentaban cargos en el Ejército Rebelde<br />
podrían conservar el uso del honroso uniforme libertario.<br />
Rememoro sus confesiones en cuantas entrevistas abordaron el<br />
asunto del uniforme y su barba, en que enfatizaba el simbolismo<br />
que entrañaba esa vestimenta de guerrillero unido a otras ventajas<br />
prácticas que ello tenía según él.<br />
Recuerdo la primera vez que le vimos vestido de civil, de<br />
guayabera, después de vencer, seguramente, su natural resistencia<br />
al cambio de su vestimenta tradicional del uniforme verdeolivo.<br />
Aquello debió significar un sacrificio inmenso y fue un gesto de<br />
cortesía acceder a la petición hecha a todos los mandatarios a fin<br />
de que vistieran la criolla guayabera en aquella cumbre<br />
internacional.<br />
Más tarde le vimos vestido de civil y de saco y corbata,<br />
ocasionalmente y según las circunstancias, especialmente en sus<br />
viajes al extranjero, aunque casi siempre alternando su vestimenta<br />
con su uniforme verdeolivo.<br />
Después del proceso de su enfermedad y período de recuperación,<br />
en una de las ocasiones en que Chávez informó sobre su estado de<br />
salud, el líder de la Revolución Bolivariana se refirió a que Fidel<br />
estaba mejor y ya a cada momento echaba una mirada a su<br />
uniforme. Y en un gesto de confianza y de anhelo profundo, instaba<br />
a Fidel, en una especie de reto fraterno, de que ya era hora que se<br />
pusiera el uniforme. En ese momento le debió salir a Chávez la<br />
conciencia de la necesidad de verle enhiesto en su uniforme<br />
cargado de tanto simbolismo, a pesar del periodo lento de<br />
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