Marzo 2017

Realidad o fantasía en el mundo automotriz
¿Ciencia Ficción en la mercadotecnia?
llamar la atención. A lo largo de la historia, la
creatividad nunca fue tan necesaria en una
sociedad a todos los niveles. No dudemos que
dentro de poco exista el creative marketing o
imagination marketing, donde se privilegien
las ideas más que los análisis y los números, ya
que ahora todo es una App; todo está hecho;
menos la imaginación, esa siempre dependerá
de aquellos visionarios que vayan más allá de
lo que se publica día a día. Esa mercadotecnia
se parecerá cada día más a la ciencia ficción,
de ahí que los mercadólogos se dividirán entre
los que proponen, los que imaginan y los que
analizan lo que propusieron los otros: así de radicales
están siendo estos tiempos.
LA PARADOJA DE HUBIERA
El teléfono celular en sus inicios tuvo el gran
tino de evolucionar y de ir incorporando más
y más funciones y poco a poco sustituir a los
relojes de pulso, reproductores de música, despertadores,
grabadoras e incluso hasta la televisión.
¿Qué hubiera pasado si por ejemplo los
relojes hubieran evolucionado así? o las calculadoras,
o más aún, para ser más explícitos: si
aquel walkman que usaba casetes de los años
noventa, se le hubieran añadido calculadora,
calendarios, reloj (con la misma tecnología
existente en aquellos tiempos) y si más tarde,
de pronto hubiera sido capaz de hacer llamadas
telefónicas. Sería la misma historia, pero
seguramente ya no se le llamaría “teléfono”
sino que el walkman habría incorporado más
funciones hasta convertirse quizás en el mismo
concepto pero con otro nombre.
Esta historia de fantasía viene a propósito de
un “hubiera” muy particular: que hubiera pasado
si el automóvil tal como lo conocemos,
hubiera incluido llamadas telefónicas de manera
integral, no como aquellos modelos que
poseían una larga antena y que efectivamente
traían teléfono; pero siempre se concibieron
como dos objetos con funciones diferentes;
uno me transporta y el otro me comunica.
Definitivamente, estos tiempos son más exacerbados
en la manera de proponer sin miedos,
en aquellos tiempos el culto a los objetos
era más purista, ahora el culto es de aquellos
productos que concedan un valor agregado en
diferentes planos; el social, el tecnológico, el
estético, etc., estos factores están siendo más
apreciados. Si la visión que se tiene ahora de
manera muy creativa e innovadora se hubiera
aplicado en esos años, los vehículos serían la
vanguardia y la punta de lanza en innovación
a nivel global. Muchos dicen que el hubiera no
existe, pero es una paradoja que permite crear
un nuevo futuro desde ahora.
Ahora juguemos al revés, que pasaría si los vehículos
se transformaran en ese dispositivo del
que todos estamos fascinados, pero que concibiera
de manera integral todo lo que necesitamos
para convivir, trabajar y entretenernos de
la manera en como lo hacemos con nuestros
48 Peopé y Merchandising