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The Ruta Magazine Edicion N16 Julio 2017

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Es mi primera noche en Bilbao y al borde del río Nervion<br />

debajo del Puente de Deusto (Deustuko Zubia) me espera<br />

mi amigo, Txemi, con una cerveza en la mano. La noche<br />

es más bien corta a causa de las responsabilidades<br />

que ambos tenemos pendientes para realizar mañana, y<br />

por esta razón, nos ausentamos más pronto que tarde.<br />

que, meto la primera en la Ducati. Por supuesto, no me<br />

marcho del lugar, sin antes demostrar mi agradecimiento<br />

a los allí presente.<br />

Continúo mi camino, pues a las 12:00, me espera mi amigo<br />

Antxon en Irún para tomarnos unos pintxos. Luego reanudaré<br />

mi ruta.<br />

Justo, el día anterior a mi viaje, recibo una llamada de otro<br />

amigo (Agustín) quien me informa un tanto desencajado<br />

en su tono de voz, por el alcance que tendrá la noticia en<br />

mis intenciones en el país de la huelga de las gasolineras<br />

que se está provocando en Francia.<br />

Un viaje por Europa.<br />

Parte I, .... A Coruña - Sofia<br />

Mi nombre es Enrique. Voy a hacerte un pequeño resumen<br />

del por que de esta aventura,<br />

Hace unos años, no sé si 3, 5, o desde la infancia, tenía<br />

en mente realizar un gran viaje en moto y realizarlo en<br />

solitario. Quizás sea debido a que he crecido rodeado de<br />

motos, cascos, monos etc… ya que mis padres han viajado<br />

por toda Europa y América.<br />

Durante estos años he ido trazando el recorrido en mi cabeza<br />

y cambiándolo muchísimas veces. No encontraba<br />

la fecha de salida, por una excusa o por otra, no me decidía<br />

a salir. Como bien dicen algunos grandes viajeros,<br />

hay que poner día y hora de salida, así que aproveche el<br />

pasado año 2016 que cumplíia mis 40 primaveras para<br />

comenzar el Quique on the road.<br />

En principio el trayecto era llegar a Beirut (Líbano) yendo<br />

por Turquía y por la costa de Siria, pero debido a los conflictos<br />

y guerras que hay por esa zona tuve que desistir<br />

esa ruta y cambiarla por otra.<br />

Se me pasaron por la cabeza mil rutas, hasta pensé alquilar<br />

una moto en algún país para recorrerlo como: Tailandia,<br />

Malasia, USA…; pero finalmente tomé la decisión<br />

que tenía que salir de mi casa y volver a ella.<br />

Así que, la decisión final era llegar a la plaza roja de Moscú<br />

pero con diferentes recorridos de ida y vuelta para hacerlo<br />

más atractivo.<br />

No pretendo escribir un libro pero sí dejar escrito para mi<br />

familia, amigos, o cualquier persona a la que le pueda interesar<br />

el relato del viaje, y sobretodo para mí mismo.<br />

Planifico el viaje con 4 puntos de interés sobre el resto:<br />

Estambul, Tiflis, Moscú y Polonia. El resto lo pasaré de<br />

«largo», principalmente a Europa. Viajaré por la autopista,<br />

ya que, en otros tiempos he estado en países tales como<br />

Francia, Italia y Alemania, a los que seguro, regresaré en<br />

un futuro no muy lejano.<br />

26 de mayo a las 16:00. Me espera una representación<br />

de Ducatistas gallegos (Toni, Noé, Pepe y Susana) para<br />

acompañarme en los primeros 20 km., de mi viaje. Instante<br />

que emprendo mi partida de casa (Ordes, A Coruña)<br />

dirección a la autopista A8 a Bilbao.<br />

En realidad, me he adelantado un día a la fecha prevista al<br />

de la salida. Resulta ser que en mi trabajo me han dado la<br />

tarde del jueves libre, y así, puedo avanzar en la ruta hasta<br />

arribar en la capital vizcaína. Hecho este, que a la postre<br />

mi cuerpo estoy convencido que lo agradecerá bastante,<br />

debido que, para la primera jornada, tengo programada<br />

una ruta de 1.100 km., para hacer noche en Montpellier<br />

(Francia).<br />

Son las 08:00 am., y entretanto que se despierta la mañana,<br />

yo ya me encuentro en las proximidades del hotel en<br />

el que me hospedé anoche, y donde se ubica el taller de<br />

un amigo de Txemi, a quien le he traído la moto para que<br />

pasase la noche a cubierto.<br />

Me subo a la Ducati, y me dispongo a partir de Bilbao, no<br />

sin antes tener que poner gasolina.<br />

El “Garmin” me señala una gasolinera situada enfrente del<br />

antiguo San Mames; sin embargo, al recalar en el punto<br />

indicado por el dispositivo, la gasolinera en cuestión es<br />

inexistente, y pienso: – «¡primera jugarreta del navegador!-.<br />

Entonces, no tengo más remedio que hacer uso de<br />

las mañas de la vieja usanza, y pregunto a un señor que<br />

circula en scooter.<br />

Después de repostar, la señora que me atiende se queda<br />

un tanto pálida al fijarse en mi maleta. También, otro transeúnte<br />

se detiene a charlar, pese a que deseo detenerme<br />

y entablar conversación, no poseo de mucho tiempo, así<br />

Acontecimiento este que me lleva a ser precavido. Decido<br />

curarme en salud, y llenar el depósito de gasolina (6 litros)<br />

en Irún.<br />

Una vez que colmamos el estómago con unos deliciosos<br />

pintxos, Antxon, me acompaña a la salida de España;<br />

además me recomienda una ruta (por la costa D-912)<br />

para coger la autopista A-63 en vez de hacerlo directamente<br />

desde Irún. Para entonces, ya será la última cara<br />

conocida que veré en los próximos 24 días de mi extraordinaria<br />

aventura en moto.<br />

El día es caluroso, tranquilo, con muchas obras en las carreteras<br />

galas, hasta que llego al hotel al borde de la autopista<br />

A9 en las cercanías de Montpellier (700 km) donde<br />

ha de enlazarme al día siguiente para recalar en Trieste<br />

(Italia).<br />

Una vez que me presento en la recepción todo sudado<br />

con ganas de una ducha reparadora y de descansar, me<br />

espeta la recepcionista que no localiza mi nombre.<br />

«¿Cómo?» -pienso- «No solamente he reservado mi alojamiento,<br />

sino aun peor; ¡lo he abonado desde febrero!»<br />

– Le pido por favor que busque y compruebe de nuevo.<br />

Sigue sin localizar nada, hasta que extiendo la cabeza y<br />

observo, «Vidania», Le inquiero – «¡Es ese!»- y la señorita<br />

me manifiesta – «Su nombre es Enrique, no Vidania»-. A<br />

punto estoy de perder las formas y mandarla a la mierda.<br />

Me entrega la llave, y dirijo mis pasos con total celeridad<br />

hasta mi habitación.<br />

Concluyo la tercera etapa que sobre el mapa sería la más<br />

larga de todo el viaje en cuanto al total de distancia recorrida<br />

de 1.100 km., y, por el contrario, ha sido cubrir un mero<br />

trámite de paso.

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