2017-12-01 Muy Interesante Extra Historia
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
MUY ESPECIAL<br />
II GUERRA MUNDIAL: EPISODIOS OSCUROS<br />
Había una torta muy suculenta por repartir<br />
y era, pues, preciso estar en la posición adecuada.<br />
El colaboracionismo era, por consiguiente,<br />
una estrategia de supervivencia<br />
para prosperar en la economía de guerra.<br />
Alemania estaba cambiando de cara,<br />
superando la depresión crónica del periodo<br />
de entreguerras y realizando grandes<br />
inversiones, a través de un ambicioso<br />
programa de obras públicas que incluía la<br />
modernización y ampliación del sistema<br />
ferroviario o la construcción de autopistas<br />
y una nueva red de presas hidroeléctricas<br />
y, por supuesto, la militarización del país a<br />
marchas forzadas.<br />
Obreras de la<br />
industria pesada<br />
nazi. Las factorías<br />
armamentísticas del<br />
Tercer Reich trabajaron<br />
a destajo empleando<br />
a mujeres (arriba, una<br />
fábrica alemana de<br />
municiones en 1940).<br />
Acusado de<br />
colaboracionista. El<br />
industrial francés Louis<br />
Renault (1877-1944)<br />
siguió las órdenes<br />
alemanas, impuestas en<br />
el armisticio de 1940,<br />
y mantuvo vínculos<br />
estrechos con el<br />
régimen de Vichy. Tras<br />
la liberación de París<br />
fue encarcelado, en una<br />
época de depuración<br />
que fue violenta con<br />
los colaboradores (o<br />
sospechosos de haberlo<br />
sido) de los nazis. Así,<br />
debido a los malos<br />
tratos recibidos, falleció<br />
a las pocas semanas de<br />
su detención.<br />
Vía de escape para<br />
el éxito industrial<br />
Para un país en vías de colapso, como la Alemania<br />
de los años 30, con la renta nacional<br />
cayendo en picada e índices de desempleo<br />
catastróficos, superiores al 40%, los gigantes<br />
de la industria, en una posición extremadamente<br />
vulnerable, vieron en la ósmosis con<br />
el partido de Hitler una vía de escape y un<br />
movimiento táctico esencial para garantizar<br />
su supervivencia. Esa aproximación al poder<br />
político era, además, la única carta de los<br />
grandes empresarios alemanes para eludir<br />
la nacionalización masiva que se dibujaba en<br />
el horizonte con la llegada de los nazis al poder.<br />
La inversión pública creció en la década<br />
de los 30 hasta un 800 %. Aprovechar la inercia<br />
de esa ola era la absoluta prioridad de los<br />
grandes magnates de la industria alemana.<br />
Complicidad ideológica<br />
Naturalmente, las adjudicaciones de<br />
los contratos para hacerse cargo de todos<br />
estos proyectos no eran simulaciones.<br />
Eran las empresas bien posicionadas políticamente,<br />
aquellas que abiertamente habían mantenido una actitud de<br />
complicidad ideológica y política con los postulados del NS-<br />
DAP, las que obtenían los preciados contratos. En la Alemania<br />
nazi no había alternativa para estar en la cúspide del modelo empresarial/industrial.<br />
O eras amigo de los nazis o eras invisible. Fue<br />
en ese preciso contexto cuando emergió esta nueva oligarquía<br />
industrial-empresarial al calor de los favores del régimen, como<br />
recompensa por los servicios prestados al partido. Muchos de esos<br />
nuevos magnates “de partido” lo eran por principio, por afinidad<br />
con el ideario nazi, pero otros se limitaban a seguir la corriente, a<br />
hacer lo necesario para sobrevivir en un tiempo en el que hacer<br />
dinero y postrarse ante Hitler y sus ideas eran una misma cosa.<br />
La industria automovilística fue especialmente activa en este<br />
frente. A finales de los años 30, el continuo descenso de la tasa de<br />
desempleo y las políticas destinadas a reactivar el consumo permitieron<br />
a la vapuleada clase media recuperar buena parte del poder<br />
adquisitivo perdido. Tener un auto se convirtió en una prioridad para<br />
el alemán promedio y la industria floreció, con la consolidación de<br />
marcas como Porsche, Opel o BMW, entre otras, que<br />
hicieron de Alemania una superpotencia en el sector.<br />
Pero el mercado para estas compañías no se limitaba,<br />
en absoluto, a los germanos de clase media.<br />
Durante la segunda mitad de los años 30, y mucho<br />
más aún tras el estallido de la guerra, el Estado se<br />
convirtió en el principal cliente, y prácticamente el<br />
único, de las grandes firmas del automóvil alemán.<br />
La política de rearme y los ambiciosos planes bélicos<br />
del Führer, que se tradujeron en un aumento<br />
del gasto en armamento del 2.300%, fueron un auténtico<br />
salto para los grandes magnates del vehículo<br />
que supieron adaptarse a las necesidades de<br />
esa nueva economía de guerra.<br />
Especialmente significativo es el caso de Ferdinand<br />
Porsche, uno de los gigantes del sector,<br />
a quien los nazis habían confiado la producción<br />
de un modelo utilitario al alcance del bolsillo<br />
del alemán de clase media, un auto del pueblo:<br />
el Volkswagen, bueno, bonito y barato. El propio<br />
FOTOS: GETTY IMAGES; EFE/ ZUMA PRESS<br />
22 muyinteresante.com.mx