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El Tio Petros y la Conjetura de Goldbach - Apostolos Doxiadis

El tío Petros y la conjetura de Goldbach es una reflexión sobre la admiración, el orgullo y la iluminación casi religiosa del descubrimiento. La narración es ágil y perfecta, tomándose gran cuidado en construir los personajes y destacar sus motivaciones. En ocasiones, se lee como una novela de aventuras que tiene como eje central la matemática. Pero son los conflictos personales los que soportan, con soberbia resistencia, el peso de la trama. Los elementos matemáticos del argumento se explican con total claridad y son fáciles de entender hasta por el más negado para esa ciencia, o lenguaje (de hecho, da la impresión de que Apóstolos Doxiadis podría ser un espléndido divulgador).

El tío Petros y la conjetura de Goldbach es una reflexión sobre la admiración, el
orgullo y la iluminación casi religiosa del descubrimiento. La narración es ágil y
perfecta, tomándose gran cuidado en construir los personajes y destacar sus
motivaciones. En ocasiones, se lee como una novela de aventuras que tiene como
eje central la matemática. Pero son los conflictos personales los que soportan, con
soberbia resistencia, el peso de la trama.
Los elementos matemáticos del argumento se explican con total claridad y son
fáciles de entender hasta por el más negado para esa ciencia, o lenguaje (de hecho,
da la impresión de que Apóstolos Doxiadis podría ser un espléndido divulgador).

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<strong>El</strong> Tío <strong>Petros</strong> y <strong>la</strong> <strong>Conjetura</strong> <strong>de</strong> <strong>Goldbach</strong><br />

Apóstolos <strong>Doxiadis</strong><br />

— ¿Sólo eso?<br />

—Y... que no lo lograste.<br />

Su mano <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> temb<strong>la</strong>r.<br />

— ¿Nada más?<br />

—Nada más.<br />

—Mmm... —dijo—. ¿Qué te parece si hacemos un trato?<br />

— ¿Qué c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> trato?<br />

—Escúchame: yo creo que en matemáticas, igual que en el arte o en los <strong>de</strong>portes,<br />

si uno no es el mejor, no es nada. Un ingeniero <strong>de</strong> caminos, un abogado o un<br />

<strong>de</strong>ntista que sea sencil<strong>la</strong>mente eficaz pue<strong>de</strong> tener una vida profesional creativa y<br />

satisfactoria. Sin embargo, un matemático medio (naturalmente, no me refiero a un<br />

profesor <strong>de</strong> secundaria, sino a un investigador), es una tragedia andante, una<br />

tragedia viviente...<br />

—Pero tío —lo interrumpí—, yo no tengo <strong>la</strong> menor intención <strong>de</strong> ser un matemático<br />

medio. Quiero ser un número uno.<br />

Mi tío sonrió.<br />

—Al menos en eso te pareces a mí. Yo también era <strong>de</strong>masiado ambicioso. Pero<br />

verás, jovencito, no basta con tener buenas intenciones. Este campo no es como<br />

otros, en los que <strong>la</strong> diligencia siempre tiene una compensación. Para llegar a <strong>la</strong> cima<br />

en el mundo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s matemáticas necesitas algo más, una condición absolutamente<br />

imprescindible para el éxito.<br />

— ¿Y cuál es?<br />

Me dirigió una mirada <strong>de</strong> perplejidad por ignorar lo obvio.<br />

— ¡Talento, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego! La aptitud natural en su máxima expresión. Nunca lo<br />

olvi<strong>de</strong>s: Mathematicus nascitur non fit; el matemático nace, no se hace. Si no tienes<br />

esa aptitud especial en los genes, trabajarás en vano durante toda tu vida y un día<br />

acabarás siendo un mediocre. Un mediocre distinguido, quizá, pero mediocre al fin.<br />

Lo miré fijamente a los ojos.<br />

— ¿Cuál es el trato, tío?<br />

Titubeó un momento, como si estuviera pensándolo. Por fin dijo:<br />

—No quiero verte haciendo unos estudios que te conducirán al fracaso y <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>sdicha. En consecuencia, te pido que me hagas <strong>la</strong> firme promesa <strong>de</strong> que no te<br />

Co<strong>la</strong>boración <strong>de</strong> José Luis Tabara Carbajo 22 Preparado por Patricio Barros<br />

Antonio Bravo

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