Mujeres reconstruyendo mujeres. La utopía en el barrio, capítulo 7

220 Mario Ortega
participaban además en el trabajo de autoconstrucción, en demoliciones
y colados.
Miembros de la comunidad interesados en la salud se fueron
integrando al equipo; con el material de demolición se elaboraron
los muebles de la clínica; se ofreció el servicio de acupuntura y
masoterapia; se participaba en las reuniones de la unión; se realizó
una semana cultural; se dieron cursos de microdosis; se visitaron
las vecindades para realizar consultas colectivas; se montó una
obra de teatro infantil, entre otras muchas actividades.
La magnitud e intensidad del esfuerzo, demandó de los miembros
del equipo una total integración a las tareas de la clínica; su
trabajo asalariado y hasta la vida familiar pasaron a un segundo
plano, circunstancias que habrían de repercutir en la crisis por la
que atravesó la clínica.
La participación directa del equipo médico en el trabajo nocturno
de demolición influyó notablemente en su desgaste, pues fue
una tercera jornada. Sin embargo, ellos lo hacían con mucho entusiasmo:
¿En qué consiste esta actividad pionera? Pues sencilla y
llanamente en la participación con ellos en las demoliciones,
en empolvarnos, en jugar con ellos, dentro de sus
relaciones. Conocerlos a fondo, conocer sus albures, entenderlos
y participar en los albures, sin perder el límite
del respeto. También cargamos botes y le entramos a la
pala, era un trabajo digno y de respeto hacia los compañeros;
no los estábamos imitando, los estábamos invitando a
conocernos y a permitirnos conocerlos. De esa manera se
fue dando la integración hacia la comunidad.
Con el tiempo, la participación en los colados fue enajenándose
y derivó en una forma de populismo; se llegó a dar
el caso de que un miembro del equipo de salud aceptara aplicar
sueros intravenosos a los miembros de la comisión de construcción,
quienes sobrevaloraban su eficacia curativa.
Además de todas estas actividades, los médicos atendían en
promedio 26 consultas espontáneas en la clínica, dentro de sus dos
turnos.
Para junio del 87, se había logrado precisar los tres ejes del
proyecto de la UPASCU: