Mujeres reconstruyendo mujeres. La utopía en el barrio, capítulo 7
Al quedarse sin techo por los sismos del 1985 en Ciudad de México, un grupo de "mujeres solas". Formado por madres solteras, abandonadas y viudas se comprometieron en un programa de autoconstrucción de viviendas, tan exitoso que fue premiado por la academia. Sin darse cuenta no solo reconstruyeron viviendas, también se reconstruyeron a si mismas. El ejercicio fortaleció su cuerpo y la autogestión su conciencia.
Al quedarse sin techo por los sismos del 1985 en Ciudad de México, un grupo de "mujeres solas". Formado por madres solteras, abandonadas y viudas se comprometieron en un programa de autoconstrucción de viviendas, tan exitoso que fue premiado por la academia. Sin darse cuenta no solo reconstruyeron viviendas, también se reconstruyeron a si mismas. El ejercicio fortaleció su cuerpo y la autogestión su conciencia.
- No tags were found...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
186 Mario Ortega<br />
-En un inicio no éramos Campam<strong>en</strong>tos unidos, sino varias<br />
vecindades agrupadas; buscábamos nada más que las autoridades<br />
hicieran caso a los problemas que t<strong>en</strong>íamos con<br />
nuestras vivi<strong>en</strong>das.<br />
Habíamos ido a la d<strong>el</strong>egación, pero <strong>el</strong> d<strong>el</strong>egado era una<br />
persona muy neglig<strong>en</strong>te, no le importaba la situación d<strong>el</strong><br />
pueblo.<br />
En vista de que nadie nos hacía caso, decidimos ponernos<br />
<strong>en</strong> la calle, ahí nos quedamos unos cuatro o cinco meses.<br />
Era un campam<strong>en</strong>to grande, con unos cinco cuartos; ahí<br />
albergábamos a la g<strong>en</strong>te que se quedaba <strong>en</strong> la calle, a las<br />
criaturas que había. Después la Unión de vecinos nos ayudó<br />
con polines y lámina de cartón, también Inquilinos organizados<br />
nos regaló una estufa de gas.<br />
<strong>La</strong> organización no t<strong>en</strong>ía nombre; al mes nació la idea de<br />
llamarle Campam<strong>en</strong>tos unidos.<br />
En esos días se fueron uni<strong>en</strong>do otros vecinos que también<br />
demandaban la reparación o reconstrucción de sus vivi<strong>en</strong>das; la<br />
organización fue ext<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do una red urbana con base <strong>en</strong> las<br />
r<strong>el</strong>aciones de par<strong>en</strong>tesco y de amistad, y por eso <strong>en</strong> las vecindades<br />
todos son pari<strong>en</strong>tes, compadres o amigos. <strong>La</strong> red se ext<strong>en</strong>dió a lo<br />
largo de la calle de Zarco, desde Pedro Mor<strong>en</strong>o hasta la calle de<br />
Luna, sigui<strong>en</strong>do casi la línea tres d<strong>el</strong> metro, aunque con ramificaciones.<br />
Una de las fundadoras, recuerda:<br />
Nos organizamos, por ser g<strong>en</strong>te de escasos recursos, qui<strong>en</strong>es<br />
no t<strong>en</strong>íamos los medios para solv<strong>en</strong>tar los problemas, al<br />
abandonar nuestros hogares dañados por los temblores.<br />
Una experi<strong>en</strong>cia interesante fue la instalación de cocinas colectivas<br />
donde las comisionadas asumieron la alim<strong>en</strong>tación de bebés,<br />
niños y adultos. Campam<strong>en</strong>tos unidos instaló ocho cocinas colectivas,<br />
at<strong>en</strong>didas por las vecinas de edad avanzada, dando servicio<br />
diariam<strong>en</strong>te a 500 personas; así se liberaba parte de la fuerza de<br />
trabajo fem<strong>en</strong>ina para las tareas de reconstrucción. <strong>La</strong> tragedia<br />
desarrolló nuevas expresiones culturales y r<strong>el</strong>aciones <strong>en</strong> la comunidad,<br />
desde la búsqueda de un sazón para guisos gigantes, acorde<br />
con <strong>el</strong> gusto popular d<strong>el</strong> <strong>barrio</strong>, hasta la imposibilidad d<strong>el</strong> marido<br />
para reclamar a su mujer por no t<strong>en</strong>er la comida a tiempo.