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ASÍ
SOMOS
previa”, abunda Jesús, “mucho estar en la obra para que
no se nos olvide nada y, por último, mucho trabajo en
despacho para intentar conseguir todos los recursos en
tiempo y forma.
“Mi labor se ha centrado en la coordinación de trabajos
y las necesidades de personal de vía y electrificación que
demandaban las obras”. Su quehacer, sin embargo, ha
ido más allá de la coordinación, también ha realizado
función de asesoramiento a los responsables de alta
velocidad, de acuerdo con los respectivos técnicos de cada
especialidad, para mejorar los rendimientos de trabajo en
las labores que afectaban a la red convencional. “La gran
coordinación se ha realizado en Valencia capital, porque,
por ejemplo ahora, aunque seguimos trabajando con
ellos en Xàtiva, lo hacemos a otro ritmo”.
Para este joven ingeniero industrial, que estudio el ciclo
superior en la Universidad Politécnica de Cartagena
(Murcia), los “primeros momentos” fueron los más
Jesús Montesinos Valera.
complejos, porque había que solucionar y mejorar
muchos detalles de la “planificación inicial”. La
participación de todo el personal ha sido un factor
fundamental para conseguir con éxito los objetivos.
Este técnico destaca como novedad la instalación de
cámaras de video para comprobar la situación y avance
de las obras “a vista de pájaro, que ha resultado muy
interesante y efectivo sobre todo cuando se planificaban
actuaciones desde el despacho”.
Las obras tampoco han resultado fáciles, especialmente
en la zona donde está la estación Joaquín Sorolla. Para
evitar dañar cables en servicio se utilizó Georadar y
se tomaron todas las precauciones posibles. Jesús es
muy elocuente: “Creo que he vivido una experiencia
fascinante. En la que, en cierta medida, he encontrado
cosas que ni los más ancianos del lugar recordaban. En
cierta medida ha tenido algo de arqueología ferroviaria”.
Anticipación al desarrollo de las obras
Desde su ingreso en 1982, Rafael Lacalle Merino, técnico de
Infraestructura y Vía de la Gerencia de Mantenimiento de
Valencia, ha tenido como campo de actuación tal vez el
elemento más definitorio y no por ello mejor conocido
de la infraestructura ferroviaria: la vía. “Actualmente,
los criterios de calidad han cambiado, sobre todo en
vías de altas prestaciones, con velocidades de hasta
200-220 km/h con tráfico mixto (viajeros y mercancías).
El esfuerzo se centra en mantener los criterios de
confort, con tolerancias más estrictas, de esta forma los
parámetros de seguridad siempre están garantizados”.
Su experiencia profesional le avala tras un periplo por
Tarragona, Alicante, Segorbe, Buñol, Castellón y -desde
2001- Valencia. Con un equipo de más de 90 personas
y un área de 1.200 km de vía que abarca desde casi La
Encina (Alicante) hasta Salou (Tarragona), la conexión con
Teruel y Zaragoza (hasta Caminreal), Alcoi y las líneas de
Cercanías de Valencia, se ha enfrentado al reto profesional
de minimizar las afecciones que la llegada de la línea de
alta velocidad pudiera producir en la vía convencional.
“El secreto ha sido anticiparse con medidas preventivas
y una exhaustiva planificación, además de apostar por
la colaboración en todo momento con la dirección de
obra de la línea de alta velocidad”. Ciertamente, la línea
de alta velocidad ha llegado a Valencia sin producir
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