Revista Pesca enero 2021
Esta edicion de la revista Pesca presenta las ofertas electorales para la pesqueria de los partidos en contienda por la presidencia del Peru
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Marcos Kisner Bueno
LOS VIEJOS POLÍTICOS
Y LA PESCA
I
Los viejos políticos, o los políticos viejos, tradicionales
ambos, tienen que ser reemplazados. Ya pasó su tiempo.
El Perú de las mayorías no ha mejorado ni ha alcanzado
un mejor nivel y calidad de vida.
Las cifras macro económicas que nos muestran los medios
diciendo que somos un ejemplo de crecimiento,
ocultan que esa bonanza solo llegó para los menos y no
para los más. En medio de esa realidad oculta, la mayor
parte de la población solo recibió migajas de ese crecimiento.
La salud y la educación siguen igual o peor. La
calidad de vida y salarios de los más no reflejan esa bonanza
que dicen nos dio el crecimiento. La informalidad,
cada vez más creciente, se ha convertido en una forma
de vida, una manera de evadirse de los impuestos, de la
ineficacia del Estado y sobrevivir como fuese.
Poco a poco fuimos descubriendo que, además, nos habían
robado la esperanza, el optimismo, la fe y el alma.
Esos viejos políticos no solo han robado nuestro dinero,
sino que destruyeron la moral y el alma de la Nación.
Nosotros, los ciudadanos, fuimos el combustible con el
cual alimentaron sus apetencias de poder y su ambición.
Un puñado de personas nos ha usado para satisfacer
intereses personales. Fuimos ciegos, sordos e indiferentes.
Los nuevos políticos jóvenes deben reemplazar a esa vieja
clase que nos ha robado y mentido durante décadas.
Y si son hábiles, como que de hecho lo son, sumarán a
su idealismo y amor por la patria, el sabio consejo de
quienes que nunca antes fueron atraídos ni convocados
por la política mediocre que se apropió del país.
En este contexto, la pesquería peruana espera una mayor
atención hacia el país. Sin desechar sus logros y sus
exportaciones, es tiempo de dedicar una debida atención
a los pescadores artesanales porque de ellos depende la
alimentación nacional. Es tiempo de promover el consumo
nacional de pescado de buena calidad y a precios
asequibles a las mayorías. Es tiempo de pescar pensando
en el ciudadano peruano. Es tiempo de compartir la bonanza
del crecimiento económico y de la pesquería con
las mayorías nacionales y el mercado nacional.
Es momento de compartir con quienes nunca tuvieron la
debida atención de esa vieja clase política, que consume
su tiempo en chismes, intrigas, maquinaciones y complots
para hacerse del poder, no para servir al Perú, sino
a sus propios intereses y luego para mantenerse en él.
Todos lo sabíamos, todos lo habíamos visto; pero no es
sino hasta este año que los jóvenes salieron a la calle a
decir “basta ya”, que observamos que por fin se tiene el
coraje de intervenir en la vida política del país. Corresponde
a la ciudadanía decente darle el voto a los jóvenes
y con ello la oportunidad de gobernar el Perú mostrando
que sí se puede ser político y funcionario público
con decencia, honestidad y compromiso.
Es mejor tener a un joven con un grupo técnico honesto,
que a un viejo político tradicional lleno de pergaminos y
mañas, mentiroso, corrupto, ladrón y rodeado de cortesanos
que hacen funcionar su satrapía en base a la manipulación,
la intriga y la autocracia. Apostar por lo nuevo
y por los jóvenes, es mejor que la apuesta por los
viejos políticos. Nada podemos esperar de esa estirpe
de ambiciosos políticos antiguos.
El mandato de poder del político proviene del pueblo a
través de una elección. Corresponde a este ejercerlo con
dignidad, honestidad y compromiso con el país, rodeándose
de funcionarios competentes, honestos y comprometidos
con su plan de gobierno. En ese contexto, no
hay que tenerle miedo a lo nuevo, sino a lo viejo. No necesitamos
líderes acartonados con muchos pergaminos
ni demagógicos discursos. Necesitamos un líder carismático,
honesto, idealista, capaz de devolvernos el alma, la
esperanza y el optimismo en que nuestro futuro depende
de nosotros mismos y no de liderazgos caducos, oportunistas
y fracasados. Su equipo es su respaldo.
“¿Cuál fue la causa decisiva de la pérdida de la guerra?
II
La falta de organización militar y autonomía bélica, particularmente
en municiones. Eso en cuanto al aspecto técnico, pero
más allá, la discriminación racial fue determinante. No hubo
armonía cultural ni política. La falta de organización militar, de
cohesión, de armonía política.
Había patriotismo, había entusiasmo generoso, había valor y
virtudes militares en nuestros soldados y en nuestros oficiales,
pero también hubo mucha traición en los sectores pudientes.
¿Pero usted cree que sin esos defectos y deficiencias hubiésemos
podido ganar la guerra?
Con toda la superioridad numérica y armamentista del ejército
chileno, creo, firmemente que sí. La desunión. El desatino, la
ambición política y la carencia de identidad en los sectores
acomodados nos perdieron”.
Ultima entrevista a Cáceres, La Crónica 27 de noviembre de
1921
Fuente
“El último virrey del Perú”, Bruno Polack, Editorial Planeta
III
“Sin duda, la Guerra del Pacífico marcó un hito importante en
América y nuestro país. Fu el hecho histórico (y simbólico) que
puso fin a nuestro proceso independentista. Cerró el telón de
una América común para vislumbrar una extraña madurez entre
los países sudamericanos, de la cual hasta ahora vivimos el
resabio. El discurso patriótico ya no ensalzaba las virtudes de
la libertad o de la República frente a un rival lejano o monárquico,
ahora el rival se encontraba frente a nosotros. Los inte-
Revista Pesca Suplemento enero 2021 31