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Republica Dominicana: Identidad y Herencias Etnoculturales Indigenas

por J. Jesus Maria Serna Moreno

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República <strong>Dominicana</strong>. <strong>Identidad</strong> y herencias etnoculturales indígenas 107<br />

dora. 52 Cierto es que las masas de dominicanos estaban conformadas en<br />

su inmensa mayoría por negros y mulatos (minoría absoluta los primeros<br />

e inmensamente mayoritarios los segundos, a diferencia de Haití, donde<br />

la relación era precisamente la contraria), que son los portadores de las<br />

ideas nacionalistas, como se ha manejado por los reivindicadores de las<br />

luchas de los esclavos negros, entre otros, Franklin J. Franco, 53 pero los<br />

procesos históricos a los que nos venimos refiriendo de la constitución de<br />

una protocultura nacional en la <strong>Dominicana</strong>, se da en los siglos anteriores<br />

al x i x. La correspondiente protoetnia que se había constituido, ya no era<br />

indígena, ni africana, ni española, sino algo nuevo y distinto a cada una<br />

de ellas, aunque tanto lo africano, como lo español, al igual que lo indígena,<br />

no obstante estar incluidas en distinta proporción siguen formando<br />

parte de esa totalidad etnocultural. Negar cualquiera de ellas por parte de<br />

alguno de los sectores de la población, significa necesariamente alienar la<br />

conciencia de lo nacional. Desde luego, no se trata de una presencia racial<br />

de lo indígena, sino de persistencias de índole cultural. 54<br />

52<br />

Cassá, ibídem, tomo 2, pp. 69-96.<br />

53<br />

Franco, Los negros y los mulatos en la nación <strong>Dominicana</strong>, Santo Domingo, Impresora<br />

Vidal, 9ª. Edición, 1998. Otro autor que se encuentra dentro de esta misma línea es<br />

Carlos Larrazábal Blanco, en Los negros y la esclavitud en Santo Domingo, Santo Domingo,<br />

R. D., Ediciones Librería La Trinitaria, segunda edición, 1998.<br />

54<br />

Sin embargo, en cuanto al hecho de subestimar lo indígena, no deja de haber excepciones<br />

como la de Hugo Tolentino Dipp, a quien citamos in extenso, por considerar<br />

sus conceptos de sumo interés: «Existe entre algunos intelectuales el sentimiento, por<br />

no decir la convicción, de que los indios de la Española no tienen significación en la<br />

historia del proceso de desarrollo cultural y en la formación de la identidad nacional<br />

del dominicano. Piensan algunos que el siglo x v i no es un siglo con influencia en el<br />

devenir histórico del pueblo que hoy existe en la República <strong>Dominicana</strong>.<br />

No les faltaría razón a quienes así discurren si su argumento se centrara en el problema<br />

racial. Y esto así porque los dominicanos no son indios, ni por la raza ni por la<br />

cultura. Pero si fuera ese su argumento tendrían la obligación, para ser coherentes, de<br />

prolongarlo hasta llegar a confesarse también que de ninguna manera somos africanos<br />

o españoles. Y esto así, porque la historia creó en un proceso de síntesis cultural<br />

la identidad dominicana, integrada por los valores espurios del colonialismo, pero<br />

también por los valores de la lucha anticolonial.<br />

Además, cómo desvincular la continuidad de la historia. Cómo olvidar que la encomienda<br />

y la esclavitud de los indios explican las razones de la esclavitud de los negros.<br />

Como borrarle al pueblo dominicano la memoria heroica de la lucha anticolonial.<br />

Cómo puede olvidar un pueblo colonizado la lucha contra el colonizador llevada<br />

a cabo por Enriquillo. Y cómo olvidar entonces a quienes como Montesinos, Fray

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