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Republica Dominicana: Identidad y Herencias Etnoculturales Indigenas

por J. Jesus Maria Serna Moreno

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88 J. Jesús María Serna Moreno<br />

que provocaba en las sectores dominantes blancos (o pretendidamente<br />

blancos europeos) la radicalidad de una revolución que aniquiló o expulsó<br />

a todo lo blanco del territorio occidental de la isla. Se llegó incluso<br />

a proponer la existencia de un supuesto campesino «blanco» como el<br />

modelo étnico de la dominicanidad, contrapuesto al mito ideologizado y<br />

políticamente utilizado del «fantasma haitiano». No sin dificultades, debido<br />

a la incorporación de sectores de negros y mulatos libres (algunos<br />

al adquirir pequeñas propiedades o por participar en ciertas áreas del<br />

comercio) y al aumento de la complejidad y la heterogeneidad social, las<br />

élites, en su mayoría, mantuvieron estas ideas básicas sobre la identidad<br />

dominicana (aunque ya en el siglo x i x encontramos, cuando menos, una<br />

excepción entre las élites intelectuales: Pedro Francisco Bonó, quien «difiere<br />

de las opiniones predominantes» en ese siglo. 10<br />

Ya en pleno siglo x x, durante el trujillato, esta visión antihaitiana e<br />

hispanófila se exacerbaría aún más, por el supuesto peligro que representaba<br />

la emigración de haitianos pobres, por un lado aceptados como<br />

mano de obra barata y, por el otro, repudiados por considerárseles causantes<br />

de la pérdida de la dominicanidad concebida, étnica y racialmente,<br />

como blanca. El conflicto de límites fronterizos con Haití, aunado a estas<br />

visiones racistas llevarían a sucesos aberrantes y a todas luces reprobables<br />

como la masacre de haitianos en el año de 1937, a la cual se le conoce<br />

eufemísticamente como «la poda». 11 Dos de los ideólogos destacados de<br />

estas concepciones sustentadoras de la dictadura trujillista fueron Manuel<br />

Arturo Peña Batlle y Joaquín Balaguer. 12<br />

10<br />

Véase: P. L. San Miguel, La isla imaginada:..., pp. 74-82 (la cita es de la p. 81) y más<br />

adelante agrega: «Lejos de lamentar el mestizaje, Bonó llegó a considerarlo como un<br />

elemento original no solo de la sociedad dominicana sino de todo el continente. En<br />

tal sentido preconizaba un sentido de la identidad fundado no en el hispanismo sino<br />

en las nuevas realidades americanas», p. 82.<br />

11<br />

Ver, entre otros: Roberto Cassá, La República <strong>Dominicana</strong> bajo la dictadura de Trujillo,<br />

República <strong>Dominicana</strong>, UASD, 1977; Bernardo Vega, Trujillo y Haití: (1930-1937),<br />

Santo Domingo, R. D., 1988 y la novela de Freddy Prestol Castillo, El Masacre se pasa<br />

a pie, Santo Domingo, 1982.<br />

12<br />

Un excelente análisis de esta temática y del discurso racista de estos dos intelectuales<br />

dominicanos en especial del primero es el muy documentado ensayo de Pedro<br />

L. San Miguel: «Discurso racial e identidad nacional: Haití en el imaginario<br />

dominicano», texto que nos ha sido de suma utilidad para entender esta compleja<br />

problemática y que se encuentra incluido en La isla imaginada..., pp. 59-100 (sobre

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