Suplemento - Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio ...

970 frentc a 940 g/día) o porque
son tratados igual cuando
permanecen estabulados.
A la vista de estos resultados
podemos afirmar, que
aunque modesta, se produce
una mejora en la productividad
de los animales que permanecen
sobre pastos mejorados
con la resiembra de trébol
blanco, lo yue sería consecuencia
de la mejora de la calidad
de la dieta y al aumento
de la ingestión, pues es sabido
que las leguminosas se ingieren
en mayor cantidad que las
gramíneas.
La fertili^aeiGn nitrogenada
y el mantenirruento del
tréMĉI en las praderas
Una vez establecido el trébol
el problema es mantenerlo
y a ser posible aumentarlo,
lo quc es incompatible con
fertilizaciones nitrogenadas
elevadas. Es bien conocido
que aportaciones elevadas de
nitrógeno hace desaparecer al
trébol de las praderas. Por
ello, parece conveniente conocer
como la fertilización nitrogenada,
que forzosamente
tendrá que ser relativamente
baja para que sea compatible
con el mantenimiento del tr^bol
y del medio ambiente,
afecta a la producción y a la
evolución del tr^bol en la pradera.
Para ello se diseñó un
experimento con dos niveles
de fertilización nitrogenada
con nitrato amónico cálcico
(40 y HO kg de nitrógeno/ha,
en dos aportaciones en primavera),
en cada uno de los dos
tipos de pasto (el actual y el
mejorado con el trébol blanco).
Para lo que se subdividieron
cada una de las parcelas
de pastoreo en dos mitades,
recibiendo cada mitad 40 u SO
kg de nitrógeno/ha. El resto
de la fertilizaci6n fue común,
consistente en 90 kg de P,O,
(en forma de superfosfato de
cal) y 90 kg de ICKO (en forma
de cloruro potasico) pon c^ctárea.
Los resultados relativos a
la cantidad de pasto en oFerta
así como la superficie de pastoreo
cubierta por tr^bol
blanco al comicnzo v al final
del pastoreo el primer año,
junto con las medias de todo
el periodo experimental se in-
dican en el cuadro IV. La cantidad
media de pasto en oferta
no se modifica de forma significativa
ni por la introducción
del trébol ni por el aumento
en la fertilización nitrogenada
de 40 a 80 kg/ha a pesar de que
la diferencia a favor del pasto
mejorado con trébol fue de
172 kg/ha y el aumento de la
producción debido al incremento
de la fertilización nitrogenada
fue de 452 kg/ha.
La falta de significación estadística
se podría deber a la variabilidad
de la producción de
las distintas parcelas experimentales.
La presencia del trébol aumenta
en todos los casos lo
que sería consecuencia del
pastoreo con bajos niveles de
nitrógeno, pues no hay yue
olvidar que estos pastos se venían
fertilizando con niveles
de nitrógeno del orden 160-
180 kg/ha. La fertilización nitrogenada,
incluso a niveles
relativamente bajos con relación
a los que se vienen empleando,
como es pasar de 40
a í^0 kg/ha, disminuye considerablemente
la superficie
cubier[a por trébol (en un
19,01 %), mientras que la resiembra
la incrementa en un
34,57%. Como es lógico esta
tendencia se acentúa con el
paso del tiempo, al hacerse
más patente el efecto del trébol,
así cl aumento producido
en la superficie cubierta por
trébol por la resiembra, que
era del 3,3% al final del primer
año, pasa al final de los
controles, al 5,98%. Mientras
que la disminución de la superficie
de trébol, como consecuencia
del incremento de
la fertilización nitrogenada
en 40 unidades, pasó del
3,55% a14,30%.
Es interesante observar
como al final del primer año,
el aumento de la producción
de pasto en oferta debido al
aumento de la fertilización nitrogenada
que había sido de
4K 1 kg de MS/ha, (incremento
significativo al 5% de probabilidad),
se redujo a 415 kg
MS/ha (diferencia no significativa)
al final del experimento,
lo que sería consecuencia
del aumento de la presencia
del trébol en las praderas resembradas
v a la disminución
en las fertilizadas con los nive-
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