392 AN. CXXVII – SEPTEMBRIS-DECEMBRIS 2008 – N. 3per tutte le forme di vita religiosa e di consacrazioneuna memoria di ciò che è essenzialee ha il primato in ogni vita battesimale:cercare Cristo e nulla anteporre al suoamore.La via additata da Dio per questa ricercae per questo amore è la sua stessa Parola,che nei libri delle Sacre Scritture si offrecon dovizia alla riflessione degli uomini.Desiderio di Dio e amore per la sua Parolasi alimentano pertanto reciprocamente e generanonella vita monastica l’esigenza insopprimibiledell’opus Dei, dello studiumorationis e della lectio divina, che è ascoltodella Parola di Dio, accompagnata dallegrandi voci della tradizione dei Padri e deiSanti, e poi preghiera orientata e sostenutada questa Parola. La recente Assemblea generaledel Sinodo dei Vescovi, celebrata aRoma il mese scorso sul tema: La Parola diDio nella vita e nella missione della Chiesa,rinnovando l’appello a tutti i cristiani aradicare la loro esistenza nell’ascolto dellaParola di Dio contenuta nelle Sacre Scritture,ha invitato specialmente le comunità religiosee ogni uomo e donna consacrati a faredella Parola di Dio il cibo quotidiano, inparticolare attraverso la pratica della lectiodivina (cfr Elenchus praepositionum n. 4).Cari fratelli e sorelle, chi entra in monasterovi cerca un’oasi spirituale dove apprenderea vivere da veri discepoli di Gesùin serena e perseverante comunione fraterna,accogliendo pure eventuali ospiti comeCristo stesso (cfr RB 53,1). È questa la testimonianzache la Chiesa chiede al monachesimoanche in questo nostro tempo. InvochiamoMaria, la Madre del Signore, la“donna dell’ascolto”, che nulla antepose all’amoredel Figlio di Dio da lei nato, perchéaiuti le comunità di vita consacrata e specialmentequelle monastiche ed essere fedelialla loro vocazione e missione. Possano imonasteri essere sempre più oasi di vitaascetica, dove si avverte il fascino dell’unionesponsale con Cristo e dove la sceltadell’Assoluto di Dio è avvolta da un costanteclima di silenzio e di contemplazione.Mentre per questo assicuro la mia preghiera,di cuore imparto la Benedizione Apostolicaa tutti voi che partecipate alla Plenaria,a quanti operano nel vostro Dicastero e aimembri dei vari Istituti di vita consacrata,specialmente a quelli di vita integralmentecontemplativa. Il Signore effonda su ciascunol’abbondanza delle sue consolazioni.BENEDETTO XVI[L’Osservatore Romano, 21 novembre 2008, p. 1]
EX ACTIS MINISTRI GENERALIS1. Homilía en la conclusión del 2º Encuentrocon los Responsables de losVicariatos, Prefecturas y PelaturasRoma, 06.09.2008EL ESPÍRITU DEL SEÑORESTÁ SOBRE MI...Estimados hermanos:¡El Señor os dé la paz!Hemos llegado al final de este II Encuentrodel Ministro y el Definitorio General conlos Responsables de los Vicariatos, Prefecturasy Prelaturas que la Santa Sede ha confiadoa nuestra Orden. Han sido días de profundacomunión y de serena reflexión entre nosotros.Por esto, damos gracias al Señor.Junto a este agradecimiento a Aquel delque viene el bien, todo el bien, vaya tambiénmi agradecimiento a todos vosotros,estimados hermanos Obispos y Ministrospor vuestra presencia en este II Encuentro.Gratitud particular, a vosotros y a todos loshermanos que trabajan es estas jurisdicciones,por el valioso servicio que hacéis a favorde la “iglesia pobre” de medios y personas,pero rica de valores evangélicos. Lavuestra, queridos hermanos, es una verdaderamisión; los lugares en los que trabajáisson verdaderos territorios misioneros de laOrden, porque son “claustros olvidados” ylugares de frontera y marginalidad. Llamadosa ser menores entre los menores de latierra, no podemos sino considerar los Vicariatos,Prefecturas y Prelaturas, comoverdaderos lugares de misión para nosotroslos franciscanos.El Evangelio, que se ha proclamado, noscoloca dentro de la perspectiva de la misión:“El Espíritu del Señor está sobre mí,porque me ha ungido para anunciar a lospobres la Buena Nueva, me ha enviado aproclamar la liberación a los cautivos y lavista a los ciegos, para dar la libertad a losoprimidos y proclamar un año de gracia delSeñor” (Lc 4,18).Señalemos algunas particularidades deltexto proclamado:– Con respecto a Juan el Bautista, Jesús nopermanece en el desierto, sino que vuelveentre los que él mismo había salido:gente identificada como pobre, prisionera,ciega y oprimida; y que tienen necesidadde liberación, de volver a ver..., tienenecesidad de la Buena Noticia que es Jesúsmismo. Éstos serán los destinatariosprivilegiados de la predicación de Jesús.– Otra cosa interesante: Jesús no vuelve asu ciudad por propia iniciativa, sino impulsadopor la fuerza del Espíritu (cf. Lc4, 14). Una fuerza que hará que su autoridadsea totalmente distinta a la de losfariseos y escribas.– Posteriormente, Jesús se manifiesta comoAquel que da cumplimiento a las Escrituras.Él no explica sólo las Escrituras, estolo hacía también los doctores de la ley, sinoque las actualiza. No la adapta sólo a laexigencias de su tiempo, como hacíantantos maestros de entonces o de hoy, sinoque la hace actual, esto es: traduce enacción aquello que la Palabra dice.– Finalmente notamos que esta palabra enel Evangelio de Lucas viene anunciadaen la sinagoga (al pueblo elegido), por lascalles (misión itinerante) y en las casas (ala Iglesia naciente). Con esto, el tercerevangelista quiere decir que la Palabradebe alcanzar al hombre en cualquier circunstanciaen la que se encuentre.Desde aquí encontramos, queridos hermanos,sugerencias bien precisas para nuestramisión-evangelización. Antes que nadacon respecto a los destinatarios privilegiadosde nuestra misión y evangelización. Estosson, como en el caso de Jesús, los pobres,los afligidos, los prisioneros, los ciegos,esto es: todos aquellos que tienennecesidad de una palabra de ánimo, de es-