Journal of Film Preservation - FIAF

entorno de diversión donde se instaló la Cineteca Nuevo León. Y lo más
extraordinario, se ubicó en el interior de una elegante y ligera nave
fabril llamada “La Maestranza”, del año 1900, sin cambiar una sola línea
de su diseño, ni en el interior ni en el exterior.
En principio, sólo se abrió una sala de cine: la sala Uno; y un majestuoso
escenario de exposiciones. En la sala corrió, ya en su casa definitiva, la
XXXI Muestra Internacional de Cine, organizada ahora dos veces por
año por la Cineteca Nacional; y en la de imágenes se abrió: “El arte de
Gabriel Figueroa”, curada por el hijo del cinefotógrafo, junto a “Cuatro
visiones de Fundidora”, testimonio y reconocimiento a la vieja grandeza
del lugar que ahora ocupaba la naciente Cineteca, en más de 3,500
metros cuadrados.
Para octubre de ese mismo año, el resto de las instalaciones estaba listo
y entraron de inmediato en operación la segunda sala de cine, la sala
Dos, como la primera, con equipos de 35 mm de la más avanzada
tecnología, pero también con el formato 16mm y videoproyección a
pantalla; más una tercera, de tamaño menor, para video y conferencias.
Y lo más importante de todo, para que la Cineteca fuese una auténtica
cineteca: dos bóvedas acondicionadas, una para la conservación y
preservación de materiales fílmicos y otra para archivos fotográficos y
de video, manteniendo ambas las normas requeridas de manera
internacional, en cuanto a control de humedad y de temperatura, para
cuidar y estabilizar los documentos guardados en su interior.
Es importante insistir en el apoyo brindado siempre por la Cineteca
Nacional y por la Filmoteca de la UNAM, pendientes de que la
debutante cineteca caminara por donde se debía caminar. Y no olvidara
las tareas básicas de difusión e investigación.
La tarea educativa
Una labor que se inició de inmediato en la Cineteca Nuevo León, junto a
las tareas de guardar y cuidar el patrimonio visual, fue la de promover y
difundir la cultura del cine en una ciudad que también cuenta con una
gran riqueza educativa, si se observa el número de universidades y de
estudiantes que existen y aprenden en su contexto urbano.
Desde los primeros días de su existencia, la Cineteca se avocó no sólo a
difundir junto a las películas más recientes del cine actual las obras
claves del cine silente, sino también a enseñar a los públicos las
herramientas necesarias para analizar y disfrutar el fenómeno fílmico.
Uno de sus primeros y más exitosos cursos, fue el del Diplomado en
Historia Mundial del Cine donde los asistentes siguieron, semana tras
semana, el tránsito del arte cinematográfico desde su prehistoria hasta
la llegada del primer centenario del arte del cine. Este diplomado, cuya
duración comprendió un trabajo de dos años de cursos libres, se volverá
a ofrecer en el próximo semestre. El mismo esfuerzo se dirigió hacia la
historia y el lenguaje de la fotografía, como parte de los programas
educativos orientados a la fotografía.
Es clave también en esta tarea, la instalación de la Biblioteca-Videoteca,
única en el noroeste del país dedicada especialmente a estos temas. El
acervo principió con una colección de mil quinientos títulos y un poco
más de un centenar de filmes en video, que hoy se ha incrementado a
más de cinco mil volúmenes dedicados al cine en sus varias
91 Journal of Film Preservation / 65 / 2002