Journal of Film Preservation - FIAF

Monterrey is an industrial city of the
NE of Mexico, close to the border with
the USA. Located at the crossroads of
the two countries, the city was always
ahead of the technological changes
and cinema has been, from the
beginnings, a popular distraction for
poor and wealthy audiences. Until the
70s, most of the shown films were US
or European productions. The cinefile
audiences who wanted to watch
classics (video and DVD weren’t there
yet) were dreaming of a
cinematheque. Twenty years later the
dream went true, and this was also
the occasion to add a new goal to the
missions of the new archive: to keep
the audiovisual memory of the region.
The Cineteca de Nuevo León was
created in 1998. The town had
converted into a metropole and
several museums, some of them of
international category, had
established themselves in Monterrey.
The Cineteca was installed in one of
the first industrial buildings of
Mexico, an old steel factory converted
today into a leisure parc. Two movie
theatres, with all the necessary
equipment for film and video
projections, two storage vaults for
film, video and photographic
materials and appropriate
preservation facilities, ensure the
functioning of the Cineteca.
Thanks to the support of the Cineteca
Nacional and the Filmoteca de la
UNAM, the new institution has been
growing fastly and efficiently.
Since its creation, the Cineteca has
succeeded in collecting numerous
films produced in the region between
1960 and 1980. A large collection of
national production is expected to be
deposited by IMCINE. A photographic
archive has been created in order to
guarantee the future management of
the images of the past.
especialidades, colocándola como la biblioteca más importante de la
zona por disponer con los textos más valiosos publicados en inglés y
español sobre el cine y artes afines desde los años cincuenta, aparte de
contar para su revisión inmediata con las películas claves de la historia
del medio. Poco a poco, los trabajos de muchos estudiantes de los
centros de estudios superiores se empiezan a enfocar, gracias a esta
herramienta, hacia investigaciones dedicadas a áreas específicas del
cine y de la fotografía.
Aspecto central en este esfuerzo es el armado de ciclos de conferencias
donde muchos directores de cine se enfrentan junto con la visión de
una de sus películas, en ocasiones todavía sin estrenar, con la mirada
atenta de los cinéfilos asiduos a la Cineteca. La experiencia, sumamente
enriquecedora, se incrementa con talleres que se ofrecen para
estudiantes más exigentes, como los impartidos en dirección de cine o
en la creación de guiones.“Ven y mira”, la publicación que la Cineteca
lleva a cabo desde su fundación, es, por último, un magnífico
testimonio impreso de esta labor de enseñanza; que se complementa
con la presentación de festivales dedicados en exclusiva a la difusión de
lo último producido en cortometraje en las escuelas de cine del mundo
y otros festivales.
A cuatro años de trabajo
Una de las primeras tareas de la Cineteca en el campo de la
preservación fílmica fue integrar una colección de materiales del
llamado “Cine experimental regiomontano”, seleccionados por la
comisión de Programación y Acervo del mismo Consejo consultivo de la
cineteca. Ya se encuentran en su bóveda, cuidadas, no sólo los
originales, sino las nuevas copias de estas películas realizadas con la
participación y asesoría de la UNAM, ahora el lugar más importante de
rescate en Latinoamérica. El pasado mes de abril del 2002, al cumplir
sus cuatro años de existencia, la Cineteca Nuevo León presentó su
Primer Festival de Cine Regiomontano donde se exhibieron los filmes
medios y cortos más importantes producidos de 1960 a 1980, en 35 y 16
mm, en la región.
La ayuda de la Cineteca Nacional también fue inestimable para formar
la primera colección de acervo de cincuenta películas de largometraje
en 35 mm. Se están también firmando convenios para recibir de
IMCINE, el instituto oficial del cine mexicano, una colección de más de
cien largometrajes que representan una selección de las mejores
películas producidas por nuestro cine mexicano desde la década de los
Setenta a la década de los Noventa. A este fondo, se le suma un
desusado rescate de una serie de películas, más de cien títulos, que
habían quedado abandonadas al cerrar una de las distribuidoras de
películas oficiales en la ciudad de Torreón, Coah. Gracias al celo e interés
de un amante del cine de esa región, Max Rivera, que las cuidó durante
muchos años, fue posible trasladar esas latas del estado vecino a
Monterrey. Entre esas películas se localizan varias copias de muchas de
las producciones que dieron cierta fama al cine comercial mexicano,
también producido en la mismos años del lote de IMCINE; con lo cual,
de lo que se pueda salvar del segundo grupo, se podrá tener una
colección representativa de esa época. Este salvamento plantea nuevas
exigencias a la Cineteca. Entre ellas preparar a los técnicos y armar los
cuartos de trabajo y revisión para analizar y estudiar el estado de cada
92 Journal of Film Preservation / 65 / 2002