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MIÉRCOLES / WEDNESDAY
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gún la escala de Harris era de 42.5 puntos en
los 60 vástagos. Un paciente había fallecido
en el postoperatorio inmediato a causa de un
TEP. En el momento de la valoración, media
de seguimiento 22 meses, la puntuación
media fue de 81.6 puntos. En el momento
de la revisión los resultados obtenidos fueron
califi cados como excelentes en 50 de los
59 casos (85%), buenos en 6 casos (10%)
y malos en 1 caso (1,5%). En ningún caso
existía dolor en cara anterior del muslo.
El mal resultado fue un paciente en el que
por error no se practicó correctamente el encerrojado
distal y progresivamente determinó
un hundimiento del vástago. Se solventó
colocando un implante primario modular
recubierto de hidroxiapatita.
En los 59 pacientes útiles para el seguimiento
se valoró la radiología seriada. Utilizando
los criterios de Engh para la valoración de
la estabilidad del implante. 58 pacientes
mostraban integración global del implante
en zona diafi saria (98%). Se valoró el hundimiento
siguiendo los criterios de Callaghan,
un implante presentaba hundimiento superior
a 5 mm, lo que condicionó el recambio del
mismo. En ningún caso existían zonas de
radiolucencia lineal ni progresiva.
Todas las osteotomias consolidaron, incluso
aquellas en las que no se aportó injerto
óseo.
Ningún paciente presentó dolor en la cara
anterior del muslo.
Complicaciones: Dos rupturas del implante,
1 fractura periprotésica peroperatoria se la
cortical femoral anterior que fue tratada de
forma consevadora y que no infl uyó en la
evolución clínico-radiológica del implante.
Dos migraciones del tornillo proximal que
obligó a su retirada en un caso. Un fallo del
encerrojado distal que condicionó el posterior
hundimiento y fracaso del implante. Una
luxación postoperatoria a los 3 meses tras
un traumatismo de baja energía.
Discusión
La utilización de vástagos cementados en
la cirugía de revisión presenta peores re-
sultados que en la cirugía primaria cuando
no incluye restauración biológica del défi cit
óseo. Los porcentajes de rerevisión oscilan
desde el 9 % (10, 28) al 49 % (8, 19).
La restauración del défi cit óseo es necesaria
para mejorar los resultados. Existen distintas
técnicas quirúrgicas.
. Técnica de Exeter. (11). La utilización
de aloinjerto troceado permite la reconstrucción
ósea cuando el fémur proximal
es sufucientemente estable en defectos
cavitarios puros o combinados que pueden
convertirse en continentes. Presenta
un elevado índice de complicaciones,
hundimientos y fracturas periprotésicas,
por lo que sus indicaciones son muy restringidas.
(22, 25, 27).
. Los vástagos largos de anclaje distal y
superfi cie porosa presentan resultados
difíciles de valorar debido a la gran variabilidad
en su diseño y en la extensión de
la superfi cie porosa. El dolor en la cara anterior
del muslo y el stress-shielding, que
disminuye la capacidad de restauración
ósea proximal, hacen que no recomendemos
su utilización de forma sistemática.
(17, 23, 29). (9, 20).
. Vástagos recubiertos de hidroxiapatita.
Las características biológicas de la hidroxiapatita
favorecen la formación ósea,
reconstrucción del defecto óseo y osteointegración
del implante. (2, 5, 6).
. Los vástagos modulares de anclaje metafi
sario (S-ROM) presentan resultados
esperanzadores a corto plazo con un 6 %
de fracasos a los 6 años. La fi jación metafi
saria favorece la hipertrofi a endostal y
cortical reconstruyéndose el defecto óseo
femoral proximal. No tenemos experiencia
en su utilización.(4)
. Aloinjertos masivos combinados con vástagos
no cementados. Head, McLaughlin
y Gross presentan resultados aceptables.
Es una técnica a valorar en casos
de grandes defectos óseos que exijan
la utilización de aloinjertos estructurales
masivos. (12, 16, 24).
. En 1987, Wagner presentó una técnica