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29 LÁZARO CARRETER, F., El género literario de «El Criticón», en RICO, F., Historia y
Crítica de la Literatura Española, 3/1, Siglos de Oro: Barroco. Primer Suplemento, Aurora
Egido. Al cuidado de C. Vaíllo, Crítica, Barcelona 1992, 507.
30 CANTARINO, E., y BLANCO, E. (Coords.), Diccionario de conceptos de Baltasar Gracián,
Cátedra, Madrid 2005, 34. En adelante DBG.
31 LÁZARO CARRETER, F., El género literario de «El Criticón», 508.
32 Ibíd., 509.
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APROXIMACIÓN ANTROPOLÓGICA A EL CRITICÓN DE GRACIÁN
puesto a Ulises por el peligro y los vicios. Ese es el modelo del peregrinaje
humano, en la tierra, con un solo protagonista o con un protagonista
bicéfalo (Critilo-Andrenio) y con un sentido moral, que no tiene
la Ilíada, hacia un destino superior 29 . También influye en Gracián, la
novela bizantina, con sus personajes alegóricos y las pruebas que
sufren, en varios países, sus digresiones filosófico-morales, aforismos y
diálogos. Así, para R. Senabre: «De hecho, El Criticón se plantea en
principio como novela bizantina para transformarse “en una meditación
filosófica con ingredientes marcadamente cristianos que determinan
el abandono de lo que parecía ser inicialmente su base argumental:
el viaje en busca de la mujer amada”.» 30
Con esta inspiración, John Barclay había obtenido, con su Argenis,
un éxito rutilante y dos traducciones al español. Esta novela amorosa
que su autor cuenta en clave política, la imita Gracián en sus crisis
sobre personajes y sucesos políticos de su tiempo. Pero el relato más
amplio, en clave, de Barclay, es su Euphormionis Lusini Satyricon,
influido por nuestra picaresca y por el Asno de oro, de Apuleyo. Un
libro anti-jesuita y anti-español, pero admirado e imitado por Gracián
en sus alegorías de vicios y virtudes personificadas 31 . También se imita
a Malvezzi en su mezcla de historia y filosofía.
Hasta que escribe El Criticón, Gracián cultiva la agudeza suelta, es
decir, se levantan tres o cuatro asuntos de un tema sobre un sujeto,
pero no se unen unos con otros. Cuando adquieren una trama, entonces
forman una agudeza compuesta y se unen en un «todo artificioso fingido».
Al parecer, Gracián no deseaba escribir una novela, esa no era su
idea, «lo que él ambicionaba era hacer una imitación ejemplar y didáctica
de la vida del hombre en la Tierra» 32 . Y, eso, sólo podía hacerlo
acogiéndose al género superior de la epopeya, que es una composición
sublime en cuyos sucesos y hechos, verdaderos o fingidos, «va ideando
los de todos los mortales», como en la Odisea, la Eneida, el Teágenes,