aproximación antropológica a el criticón, de gracián - Revista ...

RAMÓN NATAL MARTÍNEZ Y DOMINGO NATAL ÁLVAREZ, OSA
gía, salvo en El Comulgatorio. Es un nuevo ideal cortesano que obligaba
«a de-construir dichos y a revisar hechos», ya recogidos en la
AA., como «muchos de los aforismos del Oráculo revertirán luego en
El C.» 37 . Gracián glorifica la «gallardía» y el señorío, del decir, hacer
y discurrir o el difícil saber irse a tiempo, como indica J. Mena en El
laberinto de Fortuna.
Para Gracián, como para Plutarco, cuyos Apotegmas son muy conocidos,
con otros catálogos de enigmas, problemas, emblemas y preguntas
del Siglo de Oro, la felicidad reside en el ejercicio de la virtud. Y
esto se presenta de muchas maneras, con apólogos, la épica, la agudeza,
las metamorfosis o en el diálogo, como se hace en El Criticón al
estilo de los «diálogos lucianescos». En cuanto a la división de El Criticón
en crisis, esta «es una censura recóndita y nada vulgar», llena de
agudeza y buen juicio, con estilo propio, «que se permitía una gran
variación de estilos y géneros; de ahí que fuese pintiparada actitud
para, desde ella ordenar los capítulos de El Criticón» 38 . Para G. Sobejano
cada crisis es «un momento crítico en la vida del hombre», y todas
son: «momentos de juicio necesario ante la complejidad del vivir» 39 .
Por otra parte, lo que representa la Fortuna para El Discreto, eso mismo
supone la fama y el ansia de Inmortalidad en El Criticón para Andrenio
y Critilo. Pero: «Sola la virtud es la fénix, que, cuando parece que
acaba, entonces renace, y eterniza en veneración lo que comenzó por
aplauso» 40 , nos recuerda Gracián, que elogia también la «libertad de
juicio», tan española, y «la mayor felicidad». Así, la vida es una batalla
entre la virtud y el vicio, «tanto en esta obra como en El Criticón».
El hombre discreto y de bien debe hacerse primero señor de las
materias en las que «después entra y sale con despejo», agradable
variedad de géneros y ejemplos vivos, con un estilo asiático o lacónico,
según los casos. Referentes de Gracián son: Séneca, Tácito y Lipsio
para escribir ad Splendorem, ad Prudentiam, ad Virtutem. Para Lipsio
y Gracián el saber se divide en las lenguas como instrumento, la artes
para humanizarse: historia, geografía, política, etc., y sobre todo la física.
Pero el arte de las artes es la filosofía moral, que es la ciencia del
37 Ibíd., 46-7.
38 Ibíd., 64.
39 SOBEJANO, G., «Epítome de El Criticón», en Insula, 655-656 (2001) 56, 58.
40 GRACIÁN, B., El Discreto, Ed. A. Egido, 256, 61.
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