aproximación antropológica a el criticón, de gracián - Revista ...

El ser humano despliega una dinámica creativa en tensión permanente.
Hacerse requiere esfuerzo, pues ni la política es pura astucia ni
la sabiduría engaño. El verdadero hombre, en una palabra y por decirlo
de una vez, es el santo. Gracián es, por excelencia, el español del
Barroco desengañado, gran admirador del hombre huido del autoengaño,
que no quiere juntarse más a los muchos mercaderes «vendedores
de maravillas». En esta situación, el hombre de buen gusto encuentra
lo bueno en cada cosa y es maestro del arte de «saber vivir».
La entrada de Andrenio en España se convierte en un retrato macabro
de la vida social española. Mandan los imprudentes e incapaces,
las fieras de los vicios se han apoderado de las ciudades, la riqueza
está muy mal distribuida, el pobre nunca deja de serlo. Los encargados
de acabar con los males los conservan porque viven de ellos: el militar
de la guerra, el médico del enfermo, etc. Pero la solución no es retirarse
de la vida y volver a la cueva de la nada, como dice Andrenio: «¡Oh,
cuántos volverían atrás si pudieran!» Si leemos a Saavedra Fajardo o a
José Cadalso no encontraremos descripciones más optimistas ni halagüeñas.
El Criticón es una obra moral, no simplemente sociológica, que
denuncia la explotación y la manipulación. Analiza a los españoles que
parecen tener virtudes como si no tuvieran vicios y vicios como si no
tuvieran virtudes. De verdad que no es así, pues son valientes pero tardos,
aman todo lo extranjero y se olvidan de lo propio, poco cuerpo y
gran espíritu, muy razonables pero apegados a su razón, no muy devotos
pero tenaces en religión: CII, 3 15 . Pero todo hombre si no se educa,
de por sí, es tosco. Si no recrea su industria o agricultura y no cultiva
su religión, con la ilustración, se queda yermo. La conversación noble
es madre del saber, desahogo del alma, comercio de corazones, vínculo
de amistad, origen de contento y ocupación de personas. En Gracián,
lo natural inculto no tiene valor, y la educación es obra de arte, buen
juicio, ingenio y gusto.
De todos modos, el sabio debe procurar tener algo de negociante
para que no lo engañe el mundo, y ha de buscar lo factible, que no es
lo más sublime, sino lo más práctico y valioso para vivir. Como enseña
el OM: «el saber vivir es hoy el verdadero saber» 16 . Así: «Los diversos
328
15 AYALA, 174.
16 AYALA, 183.
APROXIMACIÓN ANTROPOLÓGICA A EL CRITICÓN DE GRACIÁN