aproximación antropológica a el criticón, de gracián - Revista ...
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RAMÓN NATAL MARTÍNEZ Y DOMINGO NATAL ÁLVAREZ, OSA<br />
Azorín, en sus artículos <strong>de</strong> 1902, le bautizó como <strong>el</strong> «Nietzsche<br />
español», y le compara con El Greco por su oscuridad, olvido, curiosidad,<br />
interés creciente, popularidad, exaltación. ¿Y luego? Luego, una<br />
discreta, reflexiva crítica que <strong>de</strong>je las cosas en su punto: ni <strong>el</strong> olvido <strong>de</strong><br />
antes ni <strong>el</strong> entusiasmo irreflexivo <strong>de</strong> ahora 5 .<br />
Spinoza y Husserl también bebieron en las fuentes <strong>de</strong> Gracián. Por<br />
su parte, Jankélévitch, que ha estudiado a fondo los contenidos éticofilosóficos<br />
<strong>de</strong> Gracián, y Gadamer le han reconocido como maestro d<strong>el</strong><br />
buen gusto y d<strong>el</strong> arte <strong>de</strong> vivir 6 que es una sublevación contra la injusticia.<br />
Conviene también resaltar, para justificar aún más nuestra apuesta,<br />
que Rafa<strong>el</strong> Lapesa, en su «Comentario lingüístico y literario <strong>de</strong> “El<br />
Criticón”», no sólo reivindica <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> principal <strong>de</strong> «El Criticón» <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Gracián, sino que incluso, en cierta medida, consi<strong>de</strong>ra a<br />
esta obra como una palinodia <strong>de</strong> sus primeros tratados 7 .<br />
Finalmente, <strong>de</strong>cir que Gracián hace crítica d<strong>el</strong> carácter, la i<strong>de</strong>ntidad<br />
y la realidad nacional como la hacen Cervantes en El Quijote, Saavedra<br />
Fajardo en sus Empresas Políticas o José Cadalso en sus Cartas<br />
Marruecas. Y Gracián no es más duro que éstos en sus valoraciones ni<br />
en fustigar los vicios españoles.<br />
Por lo <strong>de</strong>más, añadir que, para F. Pérez Herranz, El Comulgatorio es<br />
la plenitud ontológica <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Gracián, como recogen E. Cantarino<br />
y E. Blanco en su diccionario <strong>de</strong> Gracián. Según M. Batllori, «su<br />
obra más sincera». Para H. <strong>de</strong> la Red, Gracián es filósofo por fuera y<br />
teólogo por <strong>de</strong>ntro. Por eso la F<strong>el</strong>icidad es <strong>de</strong>sengaño y esperanza para<br />
un imperio y un mundo que se resquebraja y se hun<strong>de</strong> 8 .<br />
5 MORALEJA, A., Introducción a «Gracián hoy», Cua<strong>de</strong>rno Gris, U.A.M., 1 (1995) 7.<br />
6 ANDREU CELMA, J. M.ª., En busca <strong>de</strong> Gracián, 134.<br />
7 MORALEJA, A., Introducción a «Gracián hoy», 19.<br />
8 RED VEGA, H. <strong>de</strong> la, «Baltasar Gracián: Aproximaciones y calas», en La Ciudad <strong>de</strong><br />
Dios (2003). Homenaje a S. A. T., 570 y 580. La biografía <strong>de</strong> Gracián orienta su bibliografía.<br />
Pues no estamos ante unas simples anécdotas o unos <strong>de</strong>bates malevolentes, sino<br />
ante la construcción <strong>de</strong> un «espíritu señero, tan hijo <strong>de</strong> su tiempo, como impávido r<strong>el</strong>igioso<br />
jesuita <strong>de</strong> vu<strong>el</strong>o trascendido», en Ibíb., 570. Así, en El Comulgatorio, <strong>el</strong> erudito<br />
recala en la Biblia, y «<strong>el</strong> incitador <strong>de</strong> arte ingenioso se convierte en orante, al amparo d<strong>el</strong><br />
ars amandi único que la Eucaristía le regala», en Ibíb., 599.<br />
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