aproximación antropológica a el criticón, de gracián - Revista ...

RAMÓN NATAL MARTÍNEZ Y DOMINGO NATAL ÁLVAREZ, OSA
libro paraíso de delicias y de todos los placeres, pues «para mí no hay
gusto como el leer, ni centro como una selecta librería»: RS 119.
Pero hay que saber descifrar, ser un buen zahorí de las letras y los
hombres, no dejarse engañar, para llegar a ser persona, pues la vida es
una psychomachia entre vicios y virtudes que descubre horizontes nunca
vistos como los «del Valor y del Saber, las dos grandes provincias de
la Virtud y la Honra (CII,54-5)»: RS 157. Según A. Egido, toda la vida
del hombre está en el CIII, 9, pero ya aparece en la crisis 1.ª y 2.ª de
CI. El C., como La Divina Comedia, enseña al hombre a leer y descifrar
«el gran libro de Dios, que es le mundo» (...), «para encaminar sus
pasos hacia la mansión de la eternidad»: RS 170.
Para A. Moraleja: «Si queremos referirnos al Gracián más auténtico
hemos de remitirnos a El Criticón» (...) «El Criticón es la obra central
de Gracián» (...) «El C. es la gran epopeya de Gracián, en donde el
Héroe, el Político, el Discreto, el Galante y el Varón Atento se incardinan
en un mundo por el que hay que pasar en peregrinación. El desencanto
de los tipos ideales de sus primeras obras, así como la problematicidad
que podría existir en ellas entre el plano religioso y el mundano se
resuelve en El Criticón, verdadero laboratorio del hombre cristiano.» 47
H. Iventosch destaca, frente a otros autores más sobrios, este carácter
religioso de El Criticón, y lo considera un sermón. El único elemento
positivo del mundo es la virtud: «Critilo y Andrenio representan,
desde luego, al hombre; y es el hombre –no como apología de la razón
o como crítica de todo lo malo de este mundo– el tema principal del
Criticón. En efecto, más que el hombre, el tema de la obra lo constituye
la conducta del cristiano. Así pues, El Criticón es, en el sentido
estricto de la palabra, un sermón (a pesar de que destaque especialmente
la actividad profana y mundana), una definición de la naturaleza
del hombre (Critilo y Andrenio) y de sus acciones en este mundo, el
peor de lo posibles.» 48 De hecho, Virtela (la virtud) es una meta real y
accesible al hombre, pero éste busca en vano a Felisinda (la felicidad)
llevado por la debilidad de la carne.
47 MORALEJA, A., Introducción: Gracián hoy, 16-17.
48 IVENTOSCH, H., «Los nombres alegórico-morales», en «El Criticón», de Gracián, en
Cuaderno Gris, 103-4.
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