frontera peninsular e identidad (siglos ix-xii)1 - Institución Fernando ...
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FRONTERA PENINSULAR E IDENTIDAD (SIGLOS IX-XII)<br />
cluyendo las narraciones que demonizan a cristianos que en realidad habían<br />
sido tolerantes con el Islam, como Alfonso VI, y muestran cómo Dios<br />
ayuda a los creyentes musulmanes. La traslación de estos planteamientos<br />
a la población y a las relaciones a un lado y a otro de la <strong>frontera</strong> variará,<br />
en función de las diversas circunstancias246 , pero en cualquier caso se consolida,<br />
bajo los almohades, una arabización cultural y una radicalidad religiosa<br />
que aboca a cristianos y judíos a tener que optar entre conversión al<br />
Islam o muerte o, a lo sumo, el exilio247 .<br />
La mutua radicación ideológica en torno a la religión llena de sentido<br />
una <strong>frontera</strong> identificada como un linde entre dos civilizaciones, alejando<br />
cualquier hipotético proceso de ósmosis pan-hispánica, acaso posible<br />
todavía en tiempos del conquistador de Toledo 248 . Precisamente, en<br />
estos momentos la postura papal avala a los soberanos que encabezan<br />
la actuación bélica. De hecho, la llamada reforma gregoriana contribuye<br />
en general a la consolidación de un piramidal poder soberano. La<br />
simple y generalizada visión del apoyo divino entre los combatientes en<br />
la <strong>frontera</strong> y al lado de los cristianos que ocupan las nuevas tierras contribuye<br />
al fortalecimiento de la posición del monarca, situado en un<br />
axial punto medio entre la población y una divinidad implicada en el<br />
desarrollo de la expansión territorial249 .<br />
Cal<strong>ix</strong>to II, al equiparar la lucha en España con las cruzadas orientales,<br />
designa, como legado específico para estimular este combate, al arzobispo<br />
de Tarragona, Olegario. Éste no sólo representa en cierto modo<br />
el espíritu de cruzada que place al papa, sino que mantiene<br />
relaciones con las nuevas órdenes militares250 y preside, junto al conde<br />
de Barcelona, la asamblea de Paz y Tregua de 1134 destinada a incentivar<br />
la presencia de templarios en los dominios condales, haciéndolos<br />
objeto de una específica protección251 . Se están extendiendo, por tanto,<br />
246<br />
Maribel Fierro, «Christian succes and muslim fear in andalusí writings during the almoravid<br />
and almohad periods», Israel Oriental Studies, XVII (1997), pp. 158-178.<br />
247<br />
Jean Pierre Molénat, «Sur le rôle des Almohades dans la fin du christianisme local au<br />
Maghreb et en al-Andalus», Al-Qantara, 18 (1997), pp. 394-413.<br />
248<br />
Miguel Ángel Laredo Quesada, «España: reinos y señoríos medievales (<strong>siglos</strong> XI a XIV)»,<br />
España. Reflexiones sobre el ser de España, Real Academia de la Historia, Madrid, 1998, p. 107.<br />
249<br />
Carlos Laliena, «Guerra sagrada y poder real en Aragón y Navarra en el transcurso del<br />
siglo XI», Guerre, pouvoirs et idéologies dans l’Espagne chrétienne a<strong>ix</strong> alenteurs de l’an mil (Poitier-Angoulême,<br />
26, 27 et 28 septembre 2002), Thomas Deswarte y Philippe Sénac, eds., Brepols<br />
Publishers, Turnhout, 2005, p. 112.<br />
250<br />
Gener Gonzalvo, Sant Oleguer (1060-1137). Església i poder a la Catalunya na<strong>ix</strong>ent,<br />
Rafael Dalmau, editor, Barcelona, 1998, pp. 44-45.<br />
251<br />
Gener Gonzalvo, Les Constitucions de Pau i Treva de Catalunya (segles XI-XIII), Departament<br />
de Cultura de la Generalitat de Catalunya, Barcelona, 1994, pp. 49-50.<br />
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