frontera peninsular e identidad (siglos ix-xii)1 - Institución Fernando ...
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FRONTERA PENINSULAR E IDENTIDAD (SIGLOS IX-XII)<br />
nistrativo, militar y religioso constituye, en el siglo XI, una fórmula de feudalización<br />
evidenciada en la jerarquización social y la combinación entre<br />
la centralización regia y la autonomía nobiliaria, perfilando las vías que<br />
culminarán con los lazos feudovasalláticos desarrollados en el siglo XII303 .<br />
La desigualdad social derivada de la misma repoblación contribuye<br />
poderosamente al desarrollo del modelo feudal304 . El asentamiento de<br />
importantes villas sobre el territorio arrebatado a la <strong>frontera</strong> impone la<br />
segmentación entre pecheros y caballeros, con el rápido ascenso de éstos<br />
en la adquisición de renta, propiedad y representatividad colectiva,<br />
lo que en realidad contribuye a una específica vía de feudalización305 , a<br />
partir del dominio ejercido sobre el territorio por el concejo, que se<br />
afianzará a modo de señorío colectivo306 . Éste se verá afectado, de diferente<br />
forma, por las presiones reales y nobiliarias, lo que obligará a establecer<br />
estrategias en búsqueda de la propia consolidación, sin que ello<br />
altere la particular posición dentro de la feudalidad.<br />
De una y otra manera, en definitiva, la <strong>frontera</strong> se ha erigido en específica<br />
vía de feudalización, poniendo de relieve las similitudes existentes<br />
entre los distintos espacios y, al mismo tiempo, mostrando cómo<br />
las coetáneas particularidades no dejan de partir y de conducir a unos<br />
puntos comunes.<br />
6. VIEJA Y NUEVA FRONTERA PARA UNA NUEVA ETAPA<br />
La plena feudalización de las sociedades septentrionales convierte la<br />
expansión en paradigmáticas actuaciones de ejércitos feudales, donde<br />
sus componentes participan siguiendo el vínculo de fidelidad personal<br />
prestada al señor, aportando los hombres y caballos pactados y esperando<br />
recibir, tras el triunfo, la correspondiente compensación. La dinámica<br />
que en medio siglo, de 1096 a 1149, aporta el valle del Ebro a manos<br />
feudales es un excelente paradigma. No se trata de un avance<br />
progresivo sino de programáticas convocatorias contra centros urbanos<br />
303 Flocel Sabaté, «L’aparition du féodalisme dans la Péninsule Ibérique. État de la recherche<br />
au commencement du XXIe siècle», Cahiers de civilisation médiévale (Poitiers, en prensa).<br />
304 Ángel Barrios, «Repoblación de la zona meridional del Duero. Fases de ocupación,<br />
procedencias y distribución espacial de los grupos de pobladores», Studia Historica. Historia<br />
Medieval, 2 (1985), pp. 77-82.<br />
305<br />
José María Monsalvo, «Concejos castellano-leoneses y feudalismo (<strong>siglos</strong> XI-XIII). Reflexiones<br />
para un estado de la cuestión», Studia Historica. Historia Medieval, 10 (1992),<br />
pp. 206-243.<br />
306 Carlos Estepa, «El alfoz y las relaciones campo-ciudad en Castilla y León durante los<br />
<strong>siglos</strong> XII y XIII», Studia Historica. Historia Medieval, 2 (1984), pp. 18-19.<br />
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