SUR Y EL GOLFO / SOUTH & THE GULF 70 JUNIO-JULIO <strong>2011</strong>
del mar. Quería que mis hijos volvieran sobre mis pasos, como si ellos pudieran ser la que yo fui de niña, cruzando con temor aquel puente que se balanceaba en las rodillas de mi infancia. El viaje con un magnífico poeta, amigo nuestro, serviría también para que ellos pudieran ver una realidad que se transforma por gracia de la poesía: José Luis Rivas iba enseñándoles cada uno de los nombres de las distintas plantas y peces de aquel río. Emprendimos finalmente el viaje a Veracruz y pronto pude atisbar la entrada a la ciudad antigua. El olor del mar era idéntico en mi memoria. Las luces de la tarde ya se recostaban en las paredes de los edificios y llegamos a Los Portales cuando empezaban los preparativos para el baile dominical. Lentamente el centro fue llenándose de parejas ataviadas con el atuendo apropiado para bailar el danzón. Las notas de las marimbas o la voz de los jaraneros que en distintos restaurantes y cantinas de la plaza amenizaban la estancia de los comen- sales, poco a poco se fueron extingüiendo y comenzó el espectáculo de los parroquianos que con sus pasos cadenciosos refrendan cada domingo su amor por el baile: esa otra forma de la alegría. “No todo el mundo sabe que a Veracruz y a sus playas lejanas no pienso en la vida nunca volver”, dice Enrique Vila-Matas en Lejos de Veracruz, recordando los famosos versos del ícono de la música veracruzana, Agustín Lara. Como Lara, todos deseamos volver a Veracruz; como Vila-Matas, aquí fuimos, alguna vez, dichosos: “Fui feliz allí, el mes pasado, en noche de luna llena, en Los Portales”. Recordamos aquellas palabras mientras nos servían e iniciamos el recuento de los escritores extranjeros que habían vivido en Veracruz o dedicado largas páginas a su recuerdo: desde Jack London, que desembarcó en el puerto acompañando a los marines en tiempos de Victoriano Huerta, hasta Darío, Alberti, Dos Passos y un largo etcétera. Pensamos que sería interesante hacer el recorrido que tantos de ellos habrían hecho: del Hotel Diligencias a estos mismos Portales, donde alguna vez comí con el narrador Juan Vicente Melo, que aquí vivía, y del centro al famoso Café de La Parroquia. El puerto es una añoranza viva, les digo, cuando escucho a lo lejos las notas del danzón y caminamos ya por la costera donde brilla la luz de las luciérnagas esta noche inquietante. ENTRE LIBROS TE VEAS. (Arriba) El tradicional y espumoso lechero de La Parroquia. (Izquierda) Librería Conaculta Educal. A la distancia vemos el resplandor del faro y recuerdo los versos que Maiakovski escribió en el tren Veracruz-México, hace más de medio siglo: “Mi vida entera / suspiré por los trópicos”. Cientos de papalotes surcan el cielo en la noche estrellada: son pequeños aviones de papel que los niños persiguen en el malecón y con esa imagen me quedo el resto de la noche. “Todo en Veracruz es el principio”, les digo a mis hijos al día siguiente, cuando la pequeña embarcación que nos condujo hacia el Fuerte de San Juan de Ulúa atraca en el muelle. Debemos apresurarnos pues pronto dará inicio la lectura de poemas a la que fuimos invitados en la Casa Principal, un hermoso edificio del siglo XVIII donde se llevan a cabo lecturas, presentaciones de libros, exposiciones y talleres. Más tarde recorremos el centro histórico acompañados por los poetas que han venido también a este festival de la lectura. Conocemos así el Centro Cultural Atarazanas y el edificio principal del Instituto Veracruzano de Cultura. Rivas nos propone entonces visitar la Fototeca, en El Portal de Miranda. No me sorprende que desee recorrer las exposiciones, pero al llegar, mientras mis hijos admiran las fotografías, Rivas se nos pierde. Lo encuentro al fin en la librería y me lo explico todo. No quiero irme sin que mis hijos conozcan el famoso Café de La Parroquia y llamen al mesero tocando con la cuchara sobre el vaso de su “lechero”. Allí, frente al malecón, logramos divisar inmensos buques de lugares remotos cuyas banderas ondean en el aire tibio de la tarde. Sé que no quiero irme: Veracruz ya es otro y es el mismo entrañable paraíso. EL RECORRIDO DE UNA POETA: Instituto Veracruzano de la Cultura Canal s/n esq. con Zaragoza ivec.gob.mx Casa Principal Mario Molina 315 Tel. (229) 932 6931 Centro Cultural Atarazanas Julio S. Montero s/n Tel. (229) 932 8921 Librería Conaculta Educal Callejón Portal de Miranda Tel. (229) 932 6943 Centro Veracruzano de las Artes Hugo Argüelles Independencia 929 cevart.gob.mx Gran Café de la Parroquia Valentín Gómez Farías 34 laparroquia.com POETRY OF THE TROPICS In this story, the contemporary Mexican poet Malva Flores embarks on a journey to Veracruz with her poet friend, Jose Luis Rivas, and two children. “As we approached the entrance to the old city, I breathed in the scent of the sea, which was exactly as I remembered. The downtown area soon bustled with couples dressed to dance the danzon, and the sky filled with hundreds of kites taking flight into the starry night. We hurriedly made our way to a poetry reading at Casa Principal, a gorgeous 18th-century building that also hosts exhibitions and workshops. Later, we covered the historical spots in downtown, accompanied by the poets from the reading. Rivas proposes a visit to Fototeca, a photo gallery in the Portal de Miranda. I don’t want to leave before my children go to the famous Cafe de La Parroquia and call the waiter by tapping the spoon on a glass of milk. I know that I don’t want to leave: Veracruz is different, and yet the same intimate paradise.” VIVAAEROBUS VIAJA A VERACRUZ. PARA MÁS INFORMACIÓN, VISITA VIVAAEROBUS.COM SUR Y EL GOLFO / SOUTH & THE GULF JUNIO-JULIO <strong>2011</strong> 71