30.04.2013 Views

Volumen 02 - Telefonica.net

Volumen 02 - Telefonica.net

Volumen 02 - Telefonica.net

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ya.<br />

Ágora sí. Instalado en mi atalaya privilegiada de astrónomo-poeta,<br />

desde donde se domina todo el ámbito, (aunque la sensación más voluptuosa<br />

del áureo espacio se experimente abajo, desde cualquiera de sus<br />

ángulos), comencé a soñar. Yo como un griego exiliado en el tiempo, me<br />

imaginaba una ciudad-estado denominada Nueva Atenas (antes Es<br />

Castell/Villacarlos/Georgetown) en la que ciudadanos sabios y verdaderamente<br />

demócratas de toda la vida, elegían en el ágora a boca alzada a sus<br />

representantes políticos por sufragio directo y explícito y expulsaban a<br />

los mercaderes del templo de Atenea Parthenos, situado en lo alto de la<br />

punta del Esperó, en uno de cuyos riscos una Victoria alada. parecida a la<br />

de Samotracia, desafiaría como un mascarón de navío al viento del Norte.<br />

Ágora, donde esos mismos ciudadanos mezclados con metecos igualados<br />

en derechos con aquellos aunque extranjeros de origen, discutirían sobre<br />

lo divino y lo humano en pacífica convivencia. Donde los cabellos y rizos<br />

de las mujeres y los niños, cuya dócil presencia se revela compañía, fueran<br />

iluminados en aureola por el sol poniente, mientras discípulos del gran<br />

Lisipo adornaran, trabajando al aire libre de luz mediterránea, las esquinas<br />

de la plaza con estatuas tan perfectas como las medidas del Maestro.<br />

Un ágora llena de vida, pues, con ciudadanos vueltos hacia las calles de<br />

paredes encaladas, masticando un pedazo de salazón y contemplando el<br />

espectáculo del sábado. Como debe ser y siempre fue en la cultura mediterránea,<br />

hasta que aparecieron las OPAS hostiles, el juego de petanca, el<br />

seis doble ahorcado y la caja tonta.<br />

De repente desperté y todo seguía igual: con la estupidez y el papanatismo<br />

reinando por doquier. Bueno, por lo menos la plaza se parecía al<br />

sueño.<br />

Lo malo de los exiliados en el tiempo es que no podemos volver a la<br />

patria, a las costas de la patria y sus formas, a diferencia de los exiliados<br />

en el espacio a quienes no se ha sido arrebatada esa esperanza.<br />

244

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!