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Volumen 02 - Telefonica.net

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De todas maneras y a pesar de la manía que le tenían a Richelieu en<br />

París por diversas razones, entre las que cabe destacar su fama de libertino<br />

y su provechosa carrera militar, parece que debemos rechazar las afirmaciones<br />

de Soulavie y considerar que fue elegido por sus méritos en campaña.<br />

Efectivamente: había combatido con éxito en 1712 al lado del<br />

mariscal de Villars (el mismo que desembarcó en Menorca en enero de<br />

1707 para sofocar la revuelta austracista) y en los cuarenta del XVIII<br />

compartió con el mariscal de Saxe la victoria de Fontenoy, cuando mandó<br />

una carga de caballería de la Guardia Real, que decidió la batalla y por<br />

cuya acción se le concedió el bastón de mariscal el 11 de octubre de 1748.<br />

Richelieu desembarcó en Ciudadela el 18 de abril de 1756 y fue recibido<br />

con entusiasmo por los ciudadelanos con las autoridades a la cabeza, dirigiéndose<br />

luego con su ejército, no sin dificultades, a Mahón donde pudo<br />

contemplar por primera vez la imponente fortaleza de San Felipe y comprobar<br />

que, en la descripción que le había hecho en París el marqués de<br />

Vallière, éste se había quedado corto.<br />

Sin embargo no todo debían ser inconvenientes. Las paredes del<br />

Arrabal le sirvieron de espaldones y le permitieron emplazar las baterías<br />

de sitio a tiro de punto en blanco para batir en brecha los muros de la fortaleza<br />

desde el primer momento, sin las pesadas obras de construcción de<br />

las sucesivas tres paralelas de manual.<br />

Con todo, San Felipe, con su gobernador Blakeney al frente, resistía<br />

bien los ataque del francés y muchas de sus baterías fueron arruinadas<br />

por el certero tiro de los sirvientes de la Royal Artillerie.<br />

El duque, observaba con preocupación el desarrollo de los acontecimientos<br />

desde su puesto de mando en el molino de Alimundo (situado,<br />

mas o menos donde ahora se encuentra el cementerio de Es Castell) y esta<br />

zozobra se acentuó con la llegada de la escuadra del almirante Byng, que<br />

aunque no pudo desembarcar las tropas de refresco que traía por impedírselo<br />

la flota de la Galissoniere, el fantasma del reavituallamiento de la<br />

fortaleza permaneció flotando en la cabeza de Richelieu y a monsieur le<br />

marechal le entraron las prisas.<br />

Las prisas, sí. Y la precipitación siempre es mala consejera en estos<br />

casos. Total: que mandó tomar por asalto la fortaleza antes de que esta<br />

estuviese madura y envió a la muerte a más de mil hombres, lo que sin<br />

embargo permitió tomarla y que Blakeney pidiera la capitulación, después<br />

que los franceses ocuparan el camino cubierto exterior (outer cover<br />

way) y tomado prisionero al segundo comandante, teniente coronel<br />

Jeffries. Éxito amargo. Atrás quedaron los cadáveres de las columnas<br />

mandadas por el marqués de Laval, destrozados sus hombres por la explo-<br />

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