Pobreza y desarrollo local
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De manera tal que, desgraciadamente, una parte considerable de las políticas<br />
sociales contribuye a la manutención de la pobreza y no a su erradicación.<br />
A continuación veremos cómo se podría modificar este panorama, mostrando: 1.<br />
Por qué la pobreza y la exclusión social deben ser prioritariamente enfrentadas por<br />
programas innovadores de inversión en capital humano y en capital social. 2. Por<br />
qué las políticas de inducción al <strong>desarrollo</strong> deben ser la principal referencia en una<br />
estrategia social en vez de políticas asistenciales, por más necesarias que estas<br />
últimas sean o puedan parecer. 3. Por qué una estrategia social para Brasil,<br />
entendida como estrategia de <strong>desarrollo</strong> social, debe incorporar, con destaque,<br />
una estrategia de inducción al <strong>desarrollo</strong> <strong>local</strong> integrado y sustentable (DLIS).<br />
Las tres preguntas planteadas anteriormente están tan íntimamente relacionadas<br />
que no sería necesario, ni adecuado, responderlas por separado. En realidad<br />
estamos abordando aquí un mismo problema: el de la relación entre <strong>desarrollo</strong>,<br />
capital humano y capital social. Para responder a las preguntas anteriores bastaría<br />
establecer dichas relaciones, ya que el DLIS es una estrategia de inducción al<br />
<strong>desarrollo</strong> que emplea una tecnología social innovadora de inversión en capital<br />
humano y en capital social. Bastaría, por lo tanto, hablar del DLIS, o sea,<br />
justificarlo.<br />
De todos modos, podemos partir de algunas evidencias que se refieren,<br />
directamente, a las dos primeras cuestiones colocadas encima. Estas evidencias<br />
son las siguientes: Combatir la pobreza y la exclusión social no significa<br />
transformar personas y comunidades en beneficiarios pasivos y permanentes de<br />
programas asistenciales, sino fortalecer las capacidades de personas y<br />
comunidades de satisfacer necesidades, resolver problemas y mejorar su calidad<br />
de vida.<br />
El fortalecimiento del capital humano y el fortalecimiento del capital social son, por<br />
lo tanto, ingredientes sin los cuales las políticas públicas y las ofertas de servicios<br />
gubernamentales no serán eficientes ni suficientes. Esto significa que las políticas<br />
de inducción al <strong>desarrollo</strong> (humano y social) deben constituir la principal referencia<br />
en una estrategia social (y no las políticas compensatorias y asistenciales, por<br />
muy necesarias que éstas últimas sean o puedan parecer).<br />
Considero que visiones y prácticas en concordancia con estas evidencias<br />
contribuyen a establecer un nuevo modelo de relación entre Estado y Sociedad,<br />
fundamentado en la participación de los ciudadanos y de sus comunidades y<br />
organizaciones, en la participación mancomunada entre múltiples actores, en la<br />
articulación inter e intra-gubernamental, en la descentralización, en la<br />
convergencia y en la integración de las acciones.<br />
Este nuevo paradigma está basado en algunas ideas. En la idea de<br />
responsabilidad. En la idea de que la responsabilidad del ciudadano y de sus<br />
organizaciones es complementar - y no apenas suplementar - el deber del Estado.<br />
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