Pobreza y desarrollo local

Querer resumir todo esto como desarrollo económico local sólo se justifica con
base en la creencia de que el desarrollo económico acarrea el desarrollo de todas
estas otras dimensiones. Pienso que alguien precisa estar muy poseído por el mito
de la primacía de lo económico para dejarse impregnar por esa creencia. De cierto
modo todos lo estamos, en alguna medida. Se trata de un discurso, que viene
siendo repetido ad nauseam desde el siglo XIX, que transmite una interpretación
derivada de una visión ideológica stricto sensu, que quiere transformar un objeto
particular (en este caso, un factor o variable del desarrollo) en único y universal
objeto.
En términos prácticos, ¿estas consideraciones tienen alguna incidencia? Creo que
sí. Por ejemplo, quien quiera promover el desarrollo y, para esto, actuar
constantemente apenas fomentando el surgimiento de empresas, seguramente no
conseguirá realizar su intento. Las empresas fomentadas, morirán. En la mayor
parte de los casos, del 60 al 80% de los casos, serán eliminadas al comienzo,
antes de cumplir dos años. Las causas de estos números alarmantes de
mortalidad empresarial en la infancia, en la inmensa mayoría de los casos, son los
niveles insuficientes de capital humano y de capital social presentes en los
ambientes interno y externo de esas empresas. O sea, existen otros factores de
desarrollo que no son afectados como consecuencia de la inversión económica.
Además, desconfío que el propalado éxito de algunas experiencias de
“hinchamiento” de capital empresarial, por así decir, acabará revelando sus
límites. A partir de cierto límite el aumento de iniciativas empresariales, además de
acelerar la destrucción de capital natural, puede conducir al abandono de la
inversión en capital humano y en capital social.
Quiero decir que Verona puede no ser aquella maravilla de ejemplo para el
mundo. Que la insustentabilidad del modelo véneto puede, quien sabe, acabar
revelándose, más temprano o más tarde en la medida en que los jóvenes prefieran
parar de estudiar para montar su propia empresa (reduciendo la reserva de capital
humano), que la existencia de una empresa por familia acabe conduciendo a la
sociedad, en su base, hacia una cultura competitiva y adversarial que destruirá el
ambiente cooperativo (reduciendo la reserva de capital social) necesario para
sostener las actividades productivas.
¿Cuál es el límite? ¿Todo el mundo debe ser empresario? ¿Cuál es el valor
óptimo del capital empresarial? ¿Cuál es el límite de la renta sustentable (a partir
del cual el sobre-consumo y los desechos que de él se derivan estarían más allá
de la capacidad de reciclaje de la sociedad)? No sabemos y no podemos saberlo
de antemano. Porque los límites de los factores de desarrollo son propios de cada
sistema, varían alrededor de valores óptimos en cada sistema porque dependen
de cada constelación particular de otros factores capaces de conservar su
adaptación y, así, mantener la estabilidad del sistema social alejado del estado de
equilibrio.
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