Pobreza y desarrollo local
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que ser el “milagro” del <strong>desarrollo</strong> y, por lo tanto, la visión económica presupuesta<br />
no puede ser la visión de una ‘economía de crecimiento’, sino que tiene que ser la<br />
visión de una ‘economía de <strong>desarrollo</strong>’ en los términos colocados aquí.<br />
Todo eso es para decir que la estrategia del DLIS, si bien no rechaza el factor<br />
económico, por otro lado, tampoco hace hincapié en él, al punto de convertirlo en<br />
un fetiche, porque no ve razones consistentes para creer en el viejo mito de la<br />
primacía o de la determinación económica por el cual se dejaron poseer tantas<br />
personas, de izquierda o de derecha, en el último siglo y medio.<br />
Desde este punto de vista, conseguir una “dinamización social” de la economía,<br />
alcanzar una ‘economía de <strong>desarrollo</strong>’, es más un punto de llegada que un punto<br />
de partida a ser alcanzado por una “dinamización económica” de la sociedad,<br />
trabajándose en una perspectiva de ‘economía de crecimiento’. Para esto, como<br />
he repetido tantas y tantas veces, es necesario invertir en capital humano y, sobre<br />
todo, en capital social.<br />
Quien está interesado en una ‘economía de <strong>desarrollo</strong>’ debe invertir en el ser<br />
humano y en la sociedad. Quien quiere ver los frutos de la prosperidad económica,<br />
quien quiere ver el florecimiento, el fortalecimiento y la expansión de las micro y<br />
pequeñas empresas, generando renta suficiente para producir una diferencia en la<br />
vida de las personas de una comunidad, debe preocuparse más con esto que con<br />
cualquier otra cosa.<br />
Al contrario de lo que indica muchas veces el sentido común, no basta invertir en<br />
educación, sobre todo en el aumentar de los índices de escolaridad, aunque<br />
consiguiésemos cambiar los nuestros viejos modelos educativos, incluyendo, por<br />
ejemplo, en los nuevos currículos, la capacidad emprendedora (principal<br />
componente del capital humano desde el punto de vista del <strong>desarrollo</strong>). Esto es<br />
necesario, pero no es suficiente. Desarrollo, como argumenté anteriormente es<br />
cambio social. Y no se puede promover cambio social por medio, apenas, de la<br />
educación, como soñaron y continúan soñando tantas personas de buena<br />
voluntad.<br />
Si los índices de escolaridad fuesen la llave para promover el <strong>desarrollo</strong>, los<br />
países del Este Europeo o Cuba serían casos de éxito. Ocurre que en estos<br />
países, a pesar de altos niveles de capital humano, tenemos bajos niveles de<br />
capital social, por lo tanto tenemos bajos niveles de <strong>desarrollo</strong> social y, por lo<br />
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