Pobreza y desarrollo local

perturbación causada por una piedra tirada en la superficie de un lago. Algunas
evidencias empíricas y algunos estudios de teoría de los grafos en redes peer to
peer, refuerzan la hipótesis de que el 1% de las personas de una localidad
conectadas en red, pueden promover un cambio, siendo capaz de acortar
drásticamente la denominada ‘extensión característica de camino’ de la sociedad
local y permitiendo que un mensaje, emitido desde cualquier lugar, pueda
propagarse con gran rapidez a todos los habitantes. O sea, para continuar
trabajando con nuestra imagen de la piedra arrojada al lago, la tercer “onda” ya
representaría un salto capaz de afectar a toda la comunidad. Esta es apenas una
hipótesis, pero ya comienza a ser puesta a prueba como una innovación dentro de
la metodología del DLIS.
La tercera innovación, que también está surgiendo ahora, es la micro
regionalización de las experiencias y su articulación en una red nacional de
iniciativas, en una especie de ‘sociedad del desarrollo”. El desafío, aquí, es
establecer un link con las comunidades locales a través de la Internet,
transformándolas en verdaderas tele comunidades de la nueva era de la
información y del conocimiento, formando una gran red, con capilaridad en todo el
territorio nacional, constituida por unidades capaces de interactuar en tiempo real.
A través de esta gran red, cada colectivo local podrá tener noticias de otros
lugares, intercambiar informaciones y planificar acciones conjuntas, aumentando
su fuerza para proponer cambios importantes en las políticas públicas, para
negociar con gobiernos y agencias de desarrollo. En definitiva, para formar un
nuevo actor público de peso en Brasil. Se supone que las mismas consideraciones
anteriormente mencionadas para las redes locales, deberían valer, mutatis
mutandis, para la red nacional. Pero esto tiene que ser demostrado.
Todas las diferencias, en términos de pasos metodológicos e innovaciones,
anteriormente señaladas, no son suficientes para afirmar que el DLIS, como
estrategia, se diferencia de estrategias más antiguas de promoción del desarrollo
económico local.
La diferencia esencial, como ya fue afirmado en este texto, no es de naturaleza
metodológica. La diferencia es que el DLIS – como tecnología social innovadora
de inversión en capital social – es un programa político, esencialmente político.
¿Qué “hace” el DLIS? Incentiva la participación de los atores locales en la esfera
pública, estimula la cooperación y la conexión horizontal entre las personas y
democratiza procedimientos y procesos decisorios. Al hacer esto contribuye a
quebrar, en la base, el eslabón inferior en el extremo de la cadena clientelista que
extermina capital social. Sólo esto – o todo esto – contribuye a liberar las energías
emprendedoras, colectivas e individuales. Tenemos motivos para creer que el
resto – nuevas iniciativas empresariales, gubernamentales y sociales – proviene
de ahí, de la voluntad de las personas de hacer, de la confianza de que
funcionará. Se trata, ciertamente, de una apuesta. Es nuestra apuesta. La apuesta
en la creación de ambientes favorables al desarrollo.
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