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Libro de Literatura Griega - departamento de griego

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2º Bachillerato <strong>Literatura</strong> <strong>Griega</strong> Curso 2011-2012<br />

Miguel Ángel Benjumea Pulido I.E.S. “Isidro <strong>de</strong> Arcenegui y Carmona”<br />

1.- La pasión: 1.2 La pasión que enloquece: Me<strong>de</strong>a 1021 - 1080<br />

Me<strong>de</strong>a.- ¡Oh hijos, hijos! Ya viviréis siempre privados <strong>de</strong> vuestra madre. Yo me voy <strong>de</strong>sterrada a otra tierra antes <strong>de</strong> haber<br />

gozado <strong>de</strong> vosotros y haberos visto felices, antes <strong>de</strong> haberos dado una esposa, <strong>de</strong> haber adornado vuestro lecho nupcial y haber<br />

mantenido en alto las antorchas que anuncian las bodas. ¡Oh <strong>de</strong>sgraciada <strong>de</strong> mí por mi orgullo! En vano, hijos, os he criado, en vano<br />

afronté fatigas y me consumí en esfuerzos, soportando los terribles dolores <strong>de</strong>l parto. Y pensar que había <strong>de</strong>positado en vosotros<br />

muchas esperanzas, ¡infeliz <strong>de</strong> mí!, <strong>de</strong> que me alimentaríais en mi vejez y <strong>de</strong> que, muerta ya, me enterraríais piadosamente con<br />

vuestras propias manos, acción <strong>de</strong>seada por los mortales. Y ahora ha muerto ese dulce pensar. Privada <strong>de</strong> vosotros, arrastraré una<br />

vida triste y dolorosa. Vosotros no veréis más a vuestra madre con vuestros queridos ojos, pues estáis a punto <strong>de</strong> cambiar a otra<br />

forma <strong>de</strong> vida.<br />

¡Ay, ay!, ¿por qué me miráis con vuestros ojos, hijos? ¿Por qué sonreís, como si fuese vuestra última sonrisa? ¡Ay, ay! ¿Qué<br />

voy a hacer? Mi corazón <strong>de</strong>sfallece cuando veo la brillante mirada <strong>de</strong> mis hijos. No podría hacerlo. Adiós a mis anteriores planes.<br />

Sacaré a mis hijos <strong>de</strong> esta tierra. ¿Por qué, por afligir a su padre con la <strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong> ellos, <strong>de</strong>bo procurarme a mí misma un mal<br />

doble? ¡No y no! ¡Adiós a mis planes!<br />

Pero, ¿qué es lo que me pasa? ¿Es que <strong>de</strong>seo ser el hazmerreír, <strong>de</strong>jando sin castigar a mis enemigos? Tengo que atreverme.<br />

¡Qué cobardía la mía, entregar mi alma a blandos proyectos! Entrad en casa, hijos.<br />

¡Ay, ay! ¡No, corazón mío, no realices este crimen! ¡Déjalos, <strong>de</strong>sdichada! ¡Ahorra el sacrificio <strong>de</strong> tus hijos! Aunque no vivan<br />

conmigo, me servirán <strong>de</strong> alegría.<br />

¡No! Nunca suce<strong>de</strong>rá que yo entregue a mis hijos a los enemigos para recibir un ultraje. Es <strong>de</strong> todo punto necesario que<br />

mueran y, puesto que lo es, los mataré yo que les he dado el ser. Está completamente <strong>de</strong>cidido y no se pue<strong>de</strong> evitar. Puesto que me<br />

dirijo por el camino más penoso aún, <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>spedirme <strong>de</strong> mis hijos (Salen los niños) Dadme, hijos míos, dadme vuestra mano<br />

<strong>de</strong>recha, para que vuestra madre la cubra <strong>de</strong> besos. ¡Oh mano queridísima, boca queridísima, rasgos y noble rostro <strong>de</strong> mis hijos!<br />

¡Que seáis felices, pero allí! Vuestro padre os ha privado <strong>de</strong> la felicidad <strong>de</strong> aquí. ¡Oh dulce abrazo, oh suave piel y aliento dulcísimo<br />

<strong>de</strong> mis hijos! Idos, idos. (Los hijos entran en la casa) ¡No tengo fuerzas para dirigir sobre vosotros mi mirada, me vencen mis<br />

<strong>de</strong>sgracias! Sí, conozco los crímenes que voy a realizar, pero mi pasión es más po<strong>de</strong>rosa que mis reflexiones y ella es la mayor<br />

causante <strong>de</strong> males para los mortales.<br />

1.2 La u7briV: 1.2.1 Prometeo se obstina en no ce<strong>de</strong>r Prometeo 167...329<br />

Prometeo.- Pues bien, todavía, aunque yo esté sufriendo tortura preso en estos potentes lazos, va a necesitarme Zeus para<br />

que yo le revele un nuevo proyecto por el cual será <strong>de</strong>spojado <strong>de</strong> cetro y honores. Mas ni siquiera con los ensalmos dulcemente<br />

armoniosos <strong>de</strong> Persuasión me ablandará ni por horror <strong>de</strong> sus duras conminaciones voy a <strong>de</strong>nunciarlo antes <strong>de</strong> que él consienta en<br />

soltarme <strong>de</strong> estas feroces ca<strong>de</strong>nas y en sufrir el castigo por este ultraje.<br />

Océano.- Toma conciencia <strong>de</strong> quién eres tú. Si sigues así, profiriendo ásperas y punzantes palabras, quizás la tortura <strong>de</strong> ahora<br />

podrá parecerte que es un juego <strong>de</strong> niños. Vamos, infeliz, <strong>de</strong>pón la cólera que ahora tienes y ponte a buscar la liberación <strong>de</strong> estos<br />

sufrimentos. Pues las penas <strong>de</strong> esta clase suelen ser el fruto <strong>de</strong> una lengua en exceso altanera. Ahora me voy, permanece tranquilo<br />

y procura hablar sin excesiva falta <strong>de</strong> mesura. ¿No sabes, a pesar <strong>de</strong> tu mucha sabiduría, que a una lengua impru<strong>de</strong>nte se le aplica<br />

siempre el castigo?<br />

1.2 La u7briV: 1.2.1 Darío reconoce la soberbia <strong>de</strong> su hijo Jerjes Persas 813...823<br />

Sombra <strong>de</strong> Darío.- Así que, como ellos obraron el mal, están pa<strong>de</strong>ciendo <strong>de</strong>sgracias no menores y otras que le esperan.<br />

Montones <strong>de</strong> cadáveres indicarán que cuando se es mortal no hay que abrigar pensamientos más allá <strong>de</strong> la propia medida. Cuando<br />

la soberbia florece, da como fruto el racimo <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong>l propio dominio y recolecta cosecha <strong>de</strong> lágrimas.<br />

Te encuentras ya en la página 37 <strong>de</strong> 57 Sof. E. R. 1076-7 tou1mòn d! e1gw>, kei1 smikrón e1sti, spérm! i1<strong>de</strong>în boulh’somai

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