Libro de Literatura Griega - departamento de griego
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Curso 2011-2012 <strong>Literatura</strong> <strong>Griega</strong> 2º Bachillerato<br />
I.E.S. “Isidro <strong>de</strong> Arcenegui y Carmona” Miguel Ángel Benjumea Pulido<br />
Heraldo: Yo no, por Zeus.<br />
Prítanis: ¿Por qué te das la vuelta? ¿Por qué te cubres con la<br />
clámi<strong>de</strong>? ¿Te ha salido <strong>de</strong>l viaje algún bubón en la ingle?<br />
Heraldo: Este hombre está loco, por Cástor.<br />
Prítanis: Estás en erección, diantre <strong>de</strong> hombre.<br />
Heraldo: Yo no, por Zeus, no digas tonterías.<br />
Prítanis: ¿Y entonces qué es eso que tienes ahí?<br />
Heraldo: Una escítala laconia.<br />
Prítanis: Si ésta es también una escítala laconia. Anda, dime<br />
la verdad, que estoy enterado. ¿Cómo están las cosas en<br />
Lace<strong>de</strong>monia?<br />
Heraldo: Toda Lace<strong>de</strong>monia está bien <strong>de</strong>recha y los aliados<br />
todos están en erección; tenemos necesidad <strong>de</strong> las cántaras.<br />
Prítanis: ¿Y <strong>de</strong> qué os ha venido el mal? ¿De Pan?<br />
Heraldo: No, empezó, me parece, Lampitó y luego las <strong>de</strong>más<br />
mujeres <strong>de</strong> Esparta, todas a la vez como si salieran <strong>de</strong> la<br />
misma raya, nos han puesto a los hombres a distancia <strong>de</strong> sus<br />
clavijas.<br />
Prítanis: ¿Y cómo estáis?<br />
Heraldo: Lo pasamos mal: vamos por la ciudad encogidos,<br />
como llevando una lámpara. Y las mujeres no nos <strong>de</strong>jan ni<br />
tocarle el mirto mientras que todos, <strong>de</strong> acuerdo, no hagamos<br />
la paz en Grecia.<br />
Prítanis: Esta es una conjuración general <strong>de</strong> las mujeres:<br />
ahora me doy cuenta. Bien, di que nos envíen lo más <strong>de</strong>prisa<br />
embajadores plenipotenciarios para tratar la paz. Yo voy a<br />
<strong>de</strong>cir al Consejo que escoja otros embajadores <strong>de</strong> aquí: les<br />
enseñaré este pene mío.<br />
Heraldo: Ya vuelo, porque dices lo mejor sin duda alguna.<br />
7.- Tesmoforias: Las mujeres, reunidas en la fiesta sin<br />
hombres <strong>de</strong> las Tesmoforias, <strong>de</strong>baten cómo castigar a<br />
Eurípi<strong>de</strong>s por cómo éste las pintan en sus tragedias.<br />
Eurípi<strong>de</strong>s manda a un pariente disfrazado para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rle.<br />
* 289-291: Crítica a los hombres:<br />
Pariente: ¡Y que mi hija, con su rico lechoncito, encuentre un<br />
hombre con dinero y, a ser posible, atontado e imbécil... y<br />
preste a la pilila su atención y su ánimo!<br />
* 531-532: Crítica a las mujeres:<br />
Coro: Pues es que no hay cosa peor por naturaleza que las<br />
mujeres en ningún respecto, excepto... si son las mujeres.<br />
* 785-845: Parábasis-Defensa <strong>de</strong> las mujeres:<br />
Corifeo: Voy a presentar ahora la parábasis y a hacer nuestro<br />
propio elogio, ya que todo el mundo dice <strong>de</strong> las mujeres<br />
mucho y malo: que para los hombres somos pura calamidad y<br />
todas las calamida<strong>de</strong>s salen <strong>de</strong> nosotras: rencillas, peleas,<br />
enemistad feroz, resentimiento, guerra. Pero, vamos, si somos<br />
una calamidad, ¿por qué os casáis con nosotras, si <strong>de</strong> verdad<br />
somos una calamidad y luego nos prohibís salir <strong>de</strong> casa y que<br />
nos cojan sacando la cabeza, y en cambio queréis con tanto<br />
afán tener bien guardada a esa calamidad?<br />
Y si vuestra mujercita sale a cualquier cosa y os la<br />
encontráis en la puerta, os entra un ataque <strong>de</strong> locura, cuando<br />
<strong>de</strong>bíais poneros tan contentos, si <strong>de</strong> verdad os encontrabais<br />
con que se había ido fuera la gran calamidad y no os la<br />
topabais <strong>de</strong>ntro.<br />
Y si nos quedamos dormidas en casa <strong>de</strong> una amiga tras<br />
divertirnos y cansarnos, todo el mundo se pone a buscar a la<br />
calamidad que se perdió, yendo <strong>de</strong> cama en cama.<br />
Si nos asomamos a la ventana, queréis contemplar a la<br />
calamidad, pero si por recato se mete <strong>de</strong>ntro, todos quieren<br />
mucho más ver otra vez a la calamidad que se metió...<br />
Y en cambio nosotras podríamos mostraros que<br />
muchos hombres hacen eso mismo. Y que son, encima, mucho<br />
más glotones que todas nosotras, ladrones <strong>de</strong> ropa, payasos y<br />
falsos tratantes <strong>de</strong> esclavos. Y a<strong>de</strong>más, aún, la herencia <strong>de</strong>l<br />
padre son mucho peores para conservarla. Nosotras<br />
guardamos, ahora todavía, rodillo, cestillo y vara <strong>de</strong> telar,<br />
también la sombrilla. Y en cambio, ya veis, estos hombres<br />
nuestros muchos han perdido <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su casa la vara <strong>de</strong> la<br />
lanza con su hierro, mientras que a otros muchos <strong>de</strong> sobre los<br />
hombros, estando en campaña, se les vino al suelo... hasta la<br />
sombrilla.<br />
Son muchas las cosas que con justicia podríamos<br />
criticar las mujeres a los varones justamente, pero una sola<br />
antes que nada. Si una pare un hombre que sea <strong>de</strong> provecho<br />
para la ciudad, un coronel o un general, <strong>de</strong>bería recibir un<br />
premio y <strong>de</strong>berían darle asiento en la primera fila en las<br />
Estenias y Esciras y en las otras fiestas que celebramos las<br />
mujeres. Pero si una mujer pare un cobar<strong>de</strong>, un hombre inútil,<br />
un mal capitán <strong>de</strong> barco o un piloto <strong>de</strong>testable, que se siente<br />
la última con un corte <strong>de</strong> pelo al rape <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la que parió al<br />
valiente. Pues ¿cómo va a ser justo, oh ciudad, que la madre<br />
<strong>de</strong> Hipérbolo esté sentada, vestida <strong>de</strong> blanco y con largos<br />
cabellos, cerca <strong>de</strong> la <strong>de</strong> Lámaco, y preste con usura, una mujer<br />
a la que no <strong>de</strong>bería nadie, si prestara dinero y se cobrara la<br />
cría que éste pare, el interés, darle esa cría? Tenían que<br />
arrebatarle por la violencia su dinero, diciendo así: ¿mereces<br />
recibir la cría <strong>de</strong>l dinero, tú que has criado a un crío como ese<br />
otro?<br />
8.- Asambleístas: Las mujeres, disfrazadas <strong>de</strong> hombres, hacen<br />
votar en la Asamblea leyes nuevas.<br />
* 1, 7-17: Saliendo <strong>de</strong> noche:<br />
Praxágoras: ¡Oh ojo brillante <strong>de</strong>l candil trabajado por el<br />
torno!, pues que también cuando nos entregamos, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />
nuestras alcobas, a los meneos <strong>de</strong> Afrodita, nos acompañas<br />
allí cerca, y a tu ojo que vigila los cuerpos nuestros que se<br />
arquean, nadie lo echa <strong>de</strong> su casa; <strong>de</strong> nuestros muslos en los<br />
secretos ángulos tú solo echas tu luz mientras chamuscas el<br />
vello que florece allí; y cuando abrimos a hurtadillas las<br />
<strong>de</strong>spensas llenas <strong>de</strong> grano y <strong>de</strong> licor <strong>de</strong> Baco, estás a nuestro<br />
lado, y haciendo esto con nosotras, no se lo cuentas al vecino,<br />
por esto, vas a enterarte <strong>de</strong> nuestros planes <strong>de</strong> hoy.<br />
* 35-40: Siempre tienen razones para tardar:<br />
Mujer B: Ya oí el golpear <strong>de</strong> tus nudillos mientras me<br />
abrochaba las sandalias, no dormía. Es que, querida, mi<br />
marido (porque es <strong>de</strong> Salamina el que vive conmigo) toda la<br />
noche me ha dado con el remo entre las mantas, así que hace<br />
un instante que le cogí el vestido.<br />
* 130-137: Ensayando.<br />
Praxágoras: ¿Quién quiere tomar la palabra?<br />
Mujer A: Yo.<br />
Praxágoras: Ponte la corona y que sea para bien.<br />
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