Libro de Literatura Griega - departamento de griego

2º Bachillerato Literatura Griega Curso 2011-2012
Miguel Ángel Benjumea Pulido I.E.S. “Isidro de Arcenegui y Carmona”
II.- Comedia. Aristófanes
1.- Acarnienses: En medio de la guerra, Diceópolis hace una
paz para sí mismo. Todos quieren aprovecharse de esta paz.
* 263-279: Antibelicismo:
Diceópolis: ¡Fales, compañero de Baco, juerguista, errabundo
en la noche, adúltero, marica, tras cinco años te saludo
volviendo contento a mi pueblo, habiendo hecho para mí paz,
librándome de los problemas y de los combates y de los
Lámacos! Pues da mucho más gusto, ¡oh Fales, Fales!, pillar
robando a guapa leñadora, Tracia de Estrimonio en el
pedregal, cogerla, levantarla en alto, derribarla, despepitarla,
¡oh Fales, Fales! Si bebes con nosotros, después de la resaca
sorberás de mañana un buen plato de paz. Y colgará el escudo
encima del rescoldo.
* 764-817: Querencia a la paz:
Diceópolis: Entonces, ¿qué traes?
Megarense: Traje cerditas para los misterios.
Diceópolis: Bien dices. Enseñámelas.
Megarense: Son guapas, de verdad. Saca una si la atrapas.
(Diceópolis saca del saco a una de las niñas.) ¡Qué rolliza y
qué guapa!
Diceópolis: . Pero, ¿qué es esto?
Megarense: Por Zeus, una cerdita.
Diceópolis: ¿Qué estás diciendo? ¿De dónde es esta cerdita?
Megarense: De Mégara. ¿O no es una cerdita?
Diceópolis: No me lo parece.
Megarense: (Al público.) ¿No es tremendo? Mirad qué
desconfianza la de este individuo: dice que no es una cerdita.
(A Diceópolis) Pero vamos, si quieres, apuesta conmigo una
medida de sal con tomillo a que no es una cerdita «a la manera
griega»
Diceópolis: . Pero es de un ser humano.
Megarense: Sí, por Diocles, es mía. ¿Pues de quién crees que
son? ¿Quieres oírlas chillar?
Diceópolis: Sí, por los dioses.
Megarense: Chilla rápida, lechoncita. ¿No quieres? ¿Te
callas, maldita? Voy a volver a llevarte a casa, por Hermes.
Niña: Coñ, coñ.
Megarense: ¿Es o no una lechoncita?
Diceópolis: Ahora es una lechoncita, pero cuando se críe, será
un coño.
Megarense: En cinco años, sábelo bien, se parecerá a su
madre.
Diceópolis: Ésta no puede ser sacrificada.
Megarense: ¿Por qué? ¿Por qué no puede ser sacrificada?
Diceópolis: No tiene cola.
Megarense: Es que es jovencita; pero cuando se haga grande,
tendrá una grande, gorda y roja. (Saca a la segunda niña.)
Pero si quieres criarla, esta es una hermosa cerdita.
Diceópolis: ¡Qué hermano es su coño del de la otra!
Megarense: Es de la misma madre y del mismo padre. Si
engorda y se cubre de pelos, será una hermosa cerdita para
sacrificarla a Afrodita.
Diceópolis: La cerdita no se sacrifica a Afrodita.
Megarense: ¿Que la cerdita no a Afrodita? A ella sola entre
las diosas. Y la carne de estas cerditas resulta muy sabrosa
espetada en el asador.
Diceópolis: ¿Y comen ya sin su madre?
Megarense: Sí, por Posidón. Y sin su padre.
Diceópolis: ¿Y que come mejor?
Megarense: Todo lo que le des. Pregunta tu mismo.
Diceópolis: ¡Gorri, gorri!
Niña 1ª: ¡Coñ, coñ!
Diceópolis: ¿Coméis garbanzos?
Niña 1ª: ¡Coñ, coñ!
Diceópolis: ¿Y qué más? ¿Higos de Fibalis?
Niña 1ª: ¡Coñ, coñ!
Diceópolis: ¿Y tú qué? ¿Los comerías?
Niña 2ª: ¡Coñ, coñ!
Diceópolis: ¡Qué fuerte han gruñido las dos ante los higos!
Que uno saque de dentro higos secos para las cerditas. (Un
esclavo los trae y se los echa.) ¿Se los comerán? ¡Huy! ¡Cómo
se los roen, muy venerable Heracles! Parecen de Tragasea.
Megarense: (Cogiendo uno) No se los han tragado todos; yo
he cogido éste. (Se lo come ávidamente )
Diceópolis: Por Zeus, son graciosos los dos animalitos. ¿Por
cuánto te compro las lechoncitas? Dimelo.
Megarense: Esta primera, por una ristra de ajos y la otra, si
quieres, por una quénice de sal.
Diceópolis: Te las compraré. Espera. (Entra en su casa.)
Megarense: De acuerdo. Oh Hermes Comercial, ¡ojalá venda
yo así a mi mujer y a mi propia madre!
* 1048-1066: Antibelicismo:
Padrino: ¡Diceópolis!
Diceópolis: ¿Quién es éste? ¿Quién es éste?
Padrino: Un novio te envía esta carne del banquete.
Diceópolis: Hizo bien, quienquiera que sea.
Padrino: Me pidió que, a cambio de la carne, para no ir a la
guerra, sino quedarse jodiendo, le echaras en este frasco de
ungüentos un cacito de paz.
Diceópolis: Lleva, llévate tu carne, no, me la des, no te lo
echaría ni por mil dracmas. ¿Pero quién es ésta?
Padrino: La madrina quiere decirte algo a ti solo, de parte de
la novia.
Diceópolis: A ver, ¿qué dices? (la madrina le habla al oído)
¡Qué divertida, oh dioses, es la petición de la novia, que me
pide con insistencia: que se quede en casa la polla del marido!
Trae aquí la paz para darle a ella sola porque es mujer e
inocente de la guerra. (le traen la jarra de la paz) Pon aquí
debajo el frasco, mujer. ¿Sabes cómo se hace? Dile a la novia
esto: cuando alisten los soldados, con esto que unte de noche
la polla del marido.
2.- Caballeros: Un esclavo de Pueblo tiene dominado a su
amo con adulaciones. Otros dos esclavos se las avían para
acabar con él gracias a Morcillero, un comerciante más
corrupto aún que el esclavo.
* 20-39: Chiste:
Demóstenes: Pero encuentra un escape del amo.
Nicias: Di capémonos repitiéndolo así sin parar.
Demóstenes: Ya lo digo: capémonos.
Nicias: Di ahora es detrás de capémonos.
Demóstenes: Es.
Nicias: Muy bien. Ahora di primero despacio, como
amasándote, el capémonos y luego el es y luego moviéndolo
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