09.05.2013 Views

Descárgalas en PDF - Pensamientos Gráficos

Descárgalas en PDF - Pensamientos Gráficos

Descárgalas en PDF - Pensamientos Gráficos

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

de abril de 1949: «Querida mía, tú conoces el cuerpo, pero no el alma <strong>en</strong>tera<br />

de tu pobrecilla. Y así, no has adivinado el infierno puro que ha sido<br />

para mí tu sil<strong>en</strong>cio de siete días o más. (…) Procuraré creer que existe un<br />

futuro nuestro. Yo creía <strong>en</strong> eso cuando nos separamos. Pero nada hay tan<br />

dañino, tan grave, tan infernal como una aus<strong>en</strong>cia sin palabras. Equivale<br />

a una ruptura, es eso: un corte vertical.»<br />

«Parece que tú ignoras aún que (<strong>en</strong> tu aus<strong>en</strong>cia) me vi<strong>en</strong>e una especie<br />

de borrachera de amargura, de pronto, algo como una purga infernal que<br />

me cae a las <strong>en</strong>trañas y que me da una agonía sin sangre y sin llanto, es<br />

decir, sin alivio. (…) Es una prueba muy agria, querida mía, la de nuestra<br />

separación. YO SÉ, SÉ que no hay torpeza tan grande como separarse.<br />

(Llevo cuatro días de vagar como un fantasma, haci<strong>en</strong>do esfuerzos que<br />

nunca hice por salir de la obsesión, de la tristeza, del temor que me trabajan.<br />

Miedo es todo esto, puro miedo de perderte.»)<br />

La relación <strong>en</strong>tre Gabriela Mistral y Doris Dana estuvo hecha de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros<br />

y separaciones causadas por varios motivos: la poeta chil<strong>en</strong>a<br />

desempeñaba cargos diplomáticos que la obligaron a residir <strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes<br />

ciudades, y además, al recibir el Nobel, tuvo que dictar varias confer<strong>en</strong>cias<br />

literarias que la llevaban de México a Cuba, de Estocolmo a Perú. Pero<br />

cuando se <strong>en</strong>amoró de Doris, su único deseo fue vivir con ella. En cambio,<br />

la jov<strong>en</strong>, a qui<strong>en</strong> Gabriela llama «la niña errante», o cariñosam<strong>en</strong>te, «mi<br />

vagabundilla»», t<strong>en</strong>ía la compulsión de viajar, le seducía Europa y pasaba<br />

mucho tiempo <strong>en</strong> New York, <strong>en</strong>tre otras cosas, porque t<strong>en</strong>ía una familia<br />

conflictiva, donde el alcoholismo y los trastornos psicológicos se combinaban<br />

con el derroche de una gran fortuna malgastada por su padre. Como<br />

observa <strong>en</strong> el epílogo del libro su sobrina, Doris Atkinson —qui<strong>en</strong> no tuvo<br />

acceso al legado de su tía hasta su muerte— Dana era una mujer muy<br />

atractiva, pero padecía una neurosis maníaco-depresiva —<strong>en</strong>fermedad de<br />

varios miembros de la familia—; le costaba mucho esfuerzo mant<strong>en</strong>erse<br />

sobria y sus frecu<strong>en</strong>tes cambios de humor fueron un obstáculo tanto para<br />

la conviv<strong>en</strong>cia como para la relación amorosa con Gabriela. La aproximación-huida<br />

era su táctica psicológica: el impulso hacia la mujer que amaba,<br />

y luego el temor al compromiso, a la muerte, que la hacían desaparecer,<br />

después de provocar una riña para separarse con más facilidad. Gabriela<br />

Mistral padeció estas compulsiones psicológicas de Dana sin llegar a compr<strong>en</strong>der<br />

nunca que se debía más a un conflicto emocional (aproximaciónriesgo-huida)<br />

que al desamor o a la disparidad de culturas o de l<strong>en</strong>gua.<br />

Dana se aproximaba a Gabriela y luego la abandonaba, <strong>en</strong> medio de una<br />

crisis o de una pelea, para su desesperación, y cada vez que la creía perdida,<br />

ella volvía, conduciéndola al paraíso. «Yo necesito de tu pres<strong>en</strong>cia de<br />

una manera viol<strong>en</strong>ta, como del aire. Parece que estuviese vivi<strong>en</strong>do una<br />

asfixia. Es eso exactam<strong>en</strong>te. Tal vez fue una locura muy grande <strong>en</strong>trar <strong>en</strong><br />

esta pasión», le escribe <strong>en</strong> 1949.<br />

A m<strong>en</strong>udo, se queja de la falta de correspond<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el doble s<strong>en</strong>tido<br />

de la palabra: Doris, aus<strong>en</strong>te, no le escribe; no le escribe con la frecu<strong>en</strong>cia<br />

que ella lo necesita, lo desea, y su sil<strong>en</strong>cio le resulta inquietante, perturbador,<br />

angustioso. Y de correspond<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el otro s<strong>en</strong>tido: si<strong>en</strong>te que<br />

ama más, que la desea más; quizás por la difer<strong>en</strong>cia de edad, Dana puede<br />

derrochar el tiempo con otras amistades, otros vínculos, sin darse cu<strong>en</strong>ta<br />

de que para ella es ahora o nunca. Gabriela Mistral es consci<strong>en</strong>te de que<br />

105

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!