Descárgalas en PDF - Pensamientos Gráficos
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JRJ con su sobrino Francisco<br />
Hernández-Pinzón y el doctor<br />
Ramón Fernández Marina <strong>en</strong> el<br />
Hospital Psiquiátrico de Hato<br />
Tejas<br />
bido una carta del Secretario Perpetuo de la Academia Sueca (el mismo<br />
que por la radio dijo que don Juan Ramón volvería probablem<strong>en</strong>te a España),<br />
<strong>en</strong> cuya carta le decía dicho señor que la <strong>en</strong>trega de los premios se<br />
celebraría… ¡el día 20 de diciembre! Por otro lado, don Juan Ramón t<strong>en</strong>ía<br />
informes de que la <strong>en</strong>trega de los premios se celebra cada año el día 10<br />
de diciembre. Pero es lo que decía don Juan Ramón: ¿Quién va a saber la<br />
fecha mejor que el Secretario Perpetuo de la Academia Sueca? Don Juan<br />
Ramón ya había decidido no ir a Suecia y <strong>en</strong>viar, <strong>en</strong> cambio, como delegado<br />
personal suyo al Rector de la Universidad de Puerto Rico. Pero no<br />
comunicaba todavía a la Academia su decisión. No había prisa para ello,<br />
estaban a primeros de diciembre solam<strong>en</strong>te. Algún día más tarde, sin embargo,<br />
se decidió don Juan Ramón a mandar su telegrama a la Academia.<br />
Al mismo tiempo, para salir de dudas, se acordó telefonear a la Embajada<br />
de Suecia <strong>en</strong> Washington. La Embajada confirmó, como era natural, que<br />
la <strong>en</strong>trega de los premios se efectuaría el día 10. El Rector B<strong>en</strong>ítez parece<br />
que no supo hasta el miércoles día 5 que había de estar <strong>en</strong> Estocolmo antes<br />
del día 10.<br />
El Rector B<strong>en</strong>ítez llegó a Estocolmo el sábado día 8 por la tarde <strong>en</strong> el<br />
avión de Nueva York. A la llegada le esperaban <strong>en</strong> el aeropuerto, <strong>en</strong>tre<br />
otros, repres<strong>en</strong>tantes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia,<br />
del Comité Nobel y de la Academia Sueca. Con gran sorpresa del Rector<br />
B<strong>en</strong>ítez, el repres<strong>en</strong>tante del Comité Nobel le mostró un cable que había<br />
recibido el día anterior de Puerto Rico. Firmaba el cable el Cónsul de España<br />
<strong>en</strong> aquella isla (Núñez, creo que se llama). El cable decía poco más o<br />
m<strong>en</strong>os que don Juan Ramón pedía que juntam<strong>en</strong>te con el Rector B<strong>en</strong>ítez<br />
le repres<strong>en</strong>tase <strong>en</strong> la ceremonia de <strong>en</strong>trega de los premios el embajador<br />
de España. El Rector B<strong>en</strong>ítez manifestó al Comité Nobel que no podía<br />
creer que don Juan Ramón, que le había <strong>en</strong>cargado de palabra y por escrito<br />
que le repres<strong>en</strong>tase, hubiera cambiado de parecer, y dijo también que<br />
la Universidad de Puerto Rico había hecho suyo el <strong>en</strong>cargo de don Juan<br />
Ramón y le había comisionado oficialm<strong>en</strong>te para que cumpliera la voluntad<br />
del poeta galardonado. El Comité Nobel se <strong>en</strong>contró, pues, con un<br />
conflicto.<br />
Este conflicto había sido creado, <strong>en</strong> parte, por el mismo Comité Nobel,<br />
ya que éste, sin esperar la llamada del Rector B<strong>en</strong>ítez, había comunicado<br />
al embajador el cont<strong>en</strong>ido del telegrama y se había puesto de acuerdo con<br />
dicho diplomático <strong>en</strong> que ambos señores asistieran juntos a la ceremonia<br />
de la <strong>en</strong>trega, pero que sería el embajador el que recogería de manos<br />
del rey el diploma y la medalla correspondi<strong>en</strong>tes al premio. En fin, que lo<br />
que el Comité había acordado con el embajador reducía, <strong>en</strong> realidad, las<br />
funciones del Rector B<strong>en</strong>ítez, de las de único delegado o repres<strong>en</strong>tante<br />
personal de Juan Ramón Jiménez, a las de valijero de la Embajada, o a lo<br />
mejor ni a eso siquiera, pues tal vez el diploma y la medalla los hubieran<br />
mandado a Puerto Rico por la vía oficial y el que hubiera hecho la <strong>en</strong>trega<br />
de ambas cosas a don Juan Ramón hubiera sido el mismo cónsul. A repres<strong>en</strong>tar<br />
este papel no podía resignarse el Rector B<strong>en</strong>ítez, qui<strong>en</strong> manifestó al<br />
Comité que si el cable del cónsul se confirmaba, él no t<strong>en</strong>ía la más mínima<br />
int<strong>en</strong>ción de asistir a la <strong>en</strong>trega de los premios. En consecu<strong>en</strong>cia, el Rector<br />
B<strong>en</strong>ítez mandó un cable a su esposa para que fuera a ver inmediatam<strong>en</strong>te<br />
a don Juan Ramón Jiménez y averiguase cuál era <strong>en</strong> realidad su voluntad.<br />
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