Descárgalas en PDF - Pensamientos Gráficos
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María Victoria At<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> un viñedo de la vega antequerana<br />
película siempre hay una cámara por medio.<br />
En <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> el día a día del Poeta, <strong>en</strong> su proceso<br />
creativo. Eso era lo más difícil <strong>en</strong> todo el<br />
proyecto. Ahora ya no podemos saber por el<br />
propio José Antonio si todo ello se ha conseguido<br />
o no. Así que ya solam<strong>en</strong>te puede ser<br />
el público el único juez que lo decida: ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
set<strong>en</strong>ta minutos para dar el veredicto.<br />
El universo creativo de Muñoz<br />
Rojas<br />
Las <strong>en</strong>trevistas (con pres<strong>en</strong>cia o no de la cámara)<br />
a algunas de las personas que mejor<br />
han conocido al autor aportaron muchísimo a<br />
la película. Pero si algo se ha apr<strong>en</strong>dido <strong>en</strong> el<br />
periodo de trabajo es que la es<strong>en</strong>cia de Muñoz<br />
Rojas se descubre realm<strong>en</strong>te de otra manera.<br />
La primera, parte de la propia lectura de<br />
4 Por qué me gustará tanto andar la tierra / arada, s<strong>en</strong>tir la tierra tanto.<br />
/ Andar, andar, aunque sea torpem<strong>en</strong>te. Extracto del libro Entre Otros Olvidos,<br />
Editorial Pre-Textos. Val<strong>en</strong>cia, 2001. Es sólo uno de los ejemplos que permit<strong>en</strong><br />
compr<strong>en</strong>der la es<strong>en</strong>cia literaria y humana de Muñoz Rojas.<br />
5 José Antonio Muñoz Rojas conocía el campo a la perfección. «Los que<br />
somos más urbanos y no lo conocemos bi<strong>en</strong>, pasamos por el campo sin luz. Pero<br />
cuando él le da el nombre, la cosa aflora otra vez: el nombre, la palabra, convoca<br />
otra palabra y a todo lo que va vi<strong>en</strong>do, flores, árboles, bichitos… a todo le daba<br />
su nombre, su nombre cotidiano… Y todo eso va remiti<strong>en</strong>do a otro mundo, que<br />
ti<strong>en</strong>e que ver con su proceso creativo. Lo que ve, al nombrarlo, acaba cobrando<br />
toda la expresividad». Son palabras de Enrique Ba<strong>en</strong>a pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a El Poeta sin<br />
tiempo.<br />
6 Tu oficio, poeta, es contemplar, / que todo se te escriba d<strong>en</strong>tro; luego, /<br />
quizás leer allí mismo, quizás decir a los otros / lo que allí mismo, escrito, tú lees.<br />
Extracto del poema ‘Tu oficio, Poeta’, recogido, <strong>en</strong>tre otros, por Clara Martínez<br />
Mesa <strong>en</strong> su estudio La Alac<strong>en</strong>a Olvidada. José Antonio Muñoz Rojas. Obra Completa<br />
<strong>en</strong> Verso. Editorial Pre-Textos y Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales.<br />
Val<strong>en</strong>cia-Madrid, 2008. Igualm<strong>en</strong>te, basta consultar el Glosario del mundo<br />
del campo que aparece <strong>en</strong> este excel<strong>en</strong>te trabajo realizado por Martínez Mesa<br />
para reconocer el dominio del vocabulario rural que poseía Muñoz Rojas.<br />
Entrevista a Eduardo Muñoz Bayo, uno de los hijos de José<br />
Antonio Muñoz Rojas<br />
la poesía del autor antequerano 4 . La segunda,<br />
surge del campo, de las jornadas de trabajo<br />
pasadas <strong>en</strong> la Vega de Antequera. Ambas resultaron,<br />
finalm<strong>en</strong>te, ser las claves para compr<strong>en</strong>der<br />
(aunque sea mínimam<strong>en</strong>te) la mirada<br />
del poeta antequerano hacia ese campo: o lo<br />
que es lo mismo, hacia la vida.<br />
La imag<strong>en</strong> obt<strong>en</strong>ida <strong>en</strong> esas horas de observación<br />
de cultivos, g<strong>en</strong>tes, fauna y paisajes,<br />
es el resultado del mismo proceso creativo<br />
que el poeta realizaba 5 <strong>en</strong> su trabajo y que<br />
nosotros quisimos experim<strong>en</strong>tar desde su<br />
mismo punto de vista; un procedimi<strong>en</strong>to que,<br />
además, también completa el pintor José Medina<br />
Galeote <strong>en</strong> el transcurso del docum<strong>en</strong>tal,<br />
mi<strong>en</strong>tras pret<strong>en</strong>de reflejar <strong>en</strong> sus li<strong>en</strong>zos y con<br />
el pincel lo que Muñoz Rojas <strong>en</strong> sus cuadernos<br />
y con la pluma. El resultado final (tanto de<br />
la cámara como del pincel) sólo logra ser un<br />
mínimo acercami<strong>en</strong>to a la mirada del poeta, a<br />
su universo creativo, a su poesía. Pero sí que<br />
reflejan la s<strong>en</strong>cillez y universalidad con la que<br />
el autor nos habla del campo <strong>en</strong> sus versos y,<br />
<strong>en</strong>tre líneas, de sí mismo.<br />
Sin olvidar que para eso quizás no hagan<br />
falta las imág<strong>en</strong>es de la película. Más bi<strong>en</strong> al<br />
contrario. Basta con pasear alguna vez por<br />
los cultivos que inundan la vega antequerana.<br />
Mirarlos olvidándose del mundanal ruido.<br />
Explorando su es<strong>en</strong>cia. Leer allí Las Cosas<br />
del Campo. Contemplar. Observar colores,<br />
formas, tamaños, detalles. Descubrir el ciclo<br />
vital que se repite una y otra vez. Todo cambia<br />
cada año <strong>en</strong> el campo. Y todo lo escribió el<br />
Poeta 6 .<br />
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