Descárgalas en PDF - Pensamientos Gráficos
Descárgalas en PDF - Pensamientos Gráficos
Descárgalas en PDF - Pensamientos Gráficos
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
60 Pablo García Casado,<br />
«Poética», <strong>en</strong> Poesía pasión,<br />
ed. de Eduardo Moga, Zaragoza,<br />
Libros del Innombrable,<br />
2004, p. 141.<br />
61 Santiago Amón,<br />
«Historia del collage <strong>en</strong> forma<br />
de collage», El País, 31 de<br />
julio de 1977.<br />
El accid<strong>en</strong>te, de Gomes<br />
Miranda<br />
¿En cuál de la casuística apuntada <strong>en</strong>caja El<br />
accid<strong>en</strong>te? Sin duda, <strong>en</strong> la de los objetos animados,<br />
pero dando un paso adelante. Gomes<br />
Miranda funde la perspectiva de «La pipa» y<br />
«El barco ebrio», al no bastarle con que las<br />
cosas habl<strong>en</strong> de sí mismas. También son el<br />
motor narrativo de la historia y opinan de<br />
los sucesos que v<strong>en</strong>. La trama argum<strong>en</strong>tal de<br />
El accid<strong>en</strong>te es s<strong>en</strong>cilla: el acontecer de una<br />
familia rota, compuesta por padre e hijo tras<br />
la muerte de la madre, protagonista <strong>en</strong> off, <strong>en</strong><br />
un accid<strong>en</strong>te. La pérdida de un familiar querido<br />
puede revelarse con compulsión o con<br />
ser<strong>en</strong>idad. Ejemplos reci<strong>en</strong>tes de expulsión<br />
modélica del daño, a medio camino <strong>en</strong>tre la<br />
cont<strong>en</strong>ción y la impot<strong>en</strong>cia, los han brindado<br />
Eduardo Milán <strong>en</strong> Son de mi padre (1996) y<br />
Joan Margarit, aplicándose su teoría acerca de<br />
la utilidad de los versos, <strong>en</strong> Joana (2002). Algo<br />
de esa <strong>en</strong>tonación introspectiva hay <strong>en</strong> El<br />
accid<strong>en</strong>te, pero ¿cómo expresar la int<strong>en</strong>sidad<br />
dolorosa paseando por el resbaladizo filo de<br />
la s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>talidad sin caer <strong>en</strong> el patetismo?<br />
Gomes Miranda ha descargado la responsabilidad<br />
sobre los objetos <strong>en</strong> su calidad de testigos<br />
de la tragedia. De tal manera, objetiva<br />
el desarrollo narrativo permiti<strong>en</strong>do que nos<br />
llegu<strong>en</strong> todos los detalles sin descomponer el<br />
gesto poético.<br />
El yo del sujeto poético queda diluido <strong>en</strong><br />
el yo de los objetos y, <strong>en</strong> ocasiones, ambos<br />
llegan a comunicarse e id<strong>en</strong>tificarse: «No<br />
carecía de palabras el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to, / breve,<br />
perecedero, / <strong>en</strong>tre su cuerpo y el mío»<br />
(«Hoja de afeitar II»). Si Pablo García Casado<br />
invita a «p<strong>en</strong>sar a partir de los objetos» 60 , el<br />
portugués incita a p<strong>en</strong>sar desde los objetos<br />
o a que éstos pi<strong>en</strong>s<strong>en</strong> por nosotros. El ahondami<strong>en</strong>to<br />
<strong>en</strong> las simas del yo es actividad<br />
consustancial a la escritura poética y, como<br />
<strong>en</strong> cualquier desc<strong>en</strong>so, las dificultades aum<strong>en</strong>tan<br />
a medida que se baja. En el fondo se<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran las preguntas de difícil respuesta<br />
que, cual peces abisales, nadan <strong>en</strong> un caldo<br />
oscuro. Sin luces de apoyo no se v<strong>en</strong> pero<br />
sabemos que están al acecho y, no obstante el<br />
poeta cu<strong>en</strong>ta con el fulgor de la palabra para<br />
Jorge Gomes Miranda<br />
alumbrar el fondo, las preguntas sigu<strong>en</strong> ahí y,<br />
a veces, no hay respuestas. En términos pictóricos<br />
diría que El accid<strong>en</strong>te semeja un collage:<br />
cada poema es un elem<strong>en</strong>to del <strong>en</strong>samblaje y<br />
posee significado propio. Si el collage supuso<br />
el rescate, según Santiago Amón, «de la servidumbre<br />
hipnótica de la pasta y del pincel» 61 ,<br />
este libro abre una nueva vía de inmersión al<br />
liberar al poeta de la esclavitud de explorar el<br />
yo es otro <strong>en</strong> el abismo de su propia id<strong>en</strong>tidad<br />
o <strong>en</strong> la de terceros complem<strong>en</strong>tarios. Quizás<br />
sigamos vi<strong>en</strong>do los mismos peces, pero ahora<br />
mejor iluminados.<br />
Decía que la trama es s<strong>en</strong>cilla a primera<br />
vista y, sin embargo, las derivaciones son muy<br />
suger<strong>en</strong>tes y propician diversas interpretaciones.<br />
Los <strong>en</strong>tresijos de la historia manti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
<strong>en</strong>c<strong>en</strong>dida la alarma de los lectores porque el<br />
misterio es un ingredi<strong>en</strong>te que <strong>en</strong>riquece el<br />
libro. Si Coleridge reclamó para la poesía «la<br />
facultad de evocar el misterio de las cosas»,<br />
Gomes Miranda ha cumplido con el precepto.<br />
Poesía y misterio, una atray<strong>en</strong>te combinación<br />
de secretos, la sociedad de lo lírico con lo<br />
recóndito, puesto que según Zagajewski «la<br />
poesía está cond<strong>en</strong>ada a convivir con el misterio<br />
y al lado del misterio, <strong>en</strong> un estado de<br />
139