ABRIR 3. 3.5. - Universidad Complutense

Parte 4. Estudios Onomásticos Regionales. 501
indirectamente, desde la cercana Astorga, sin que fuera tan necesario construir
una red intermedia de asentamientos y de familias locales al servicio de los
intereses imperiales. De todos modos, existen familias locales importantes,
también vinculadas a Astorga, tal y como atestigua el Sempronius Perpetua»
Orniacas del Pacto de los Zoelas (Cli. II 2633).
Sin duda todo esto influye en que, dejando aparte las inscripciones
honorífico-votivas de carácter imperial de la segunda mitad del siglo II, la
mayoría de las inscripciones sean atribuibles al siglo 1. Sólo una puede ser del
siglo II (ííwi. 234) y otra se data a finales del s. 1-principios del siglo II (1km.
227). El resto son todas del siglo 1. Es posible que esto se deba a un problema
en la documentación, no a un fenómeno histórico, pero lo cierto es que en
comparación con el Bierzo o Valdeorras la presencia de la administración y el
ejército es abrumadora a partir de mediados del siglo U.
Las inscripciones del siglo 1 se caracterizan por su abundante
onomástica peregrina e indígena y se localizan en la zona de Somoza, Después,
en el siglo II avanzado, cuando en el Bierzo y en Valdeorras se reflejan
directamente en la epigrafia las grandes familias conventuales, en la Valduerna
esta epigrafia se diluye, dejando paso únicamente a las grandes inscripciones
imperiales. La zona de Somoza se queda prácticamente sin epigrafia, a
excepción de la inscripción votiva griega de Quintanilla dedicada a Zeus Serapis
y claramente relacionada con los ámbitos de la administración imperiali
67, El
fenómeno epigráfico se desplaza hacia el este, a la zona entre Luyego y Villalís,
y en el estado actual de la documentación, prácticamente se limita a las
inscripciones imperiales.
Las inscripciones del siglo 1 presentan en su mayoría una onomástica
peregrina. Sólo hay un caso de ciudadano, con filiación referida al cogtomen,
en Santa Marina (1Km.. 233, Foto 61: Mcmmíus Perpetuas Montaní f). Se
documenta la presencia de inmigrantes galaicos y clunienses, como ocurre en
otras zonas mineras. Entre los primeros, una céltica supertamarca, Eburía
‘67Mangas considera que esta inscripción (Foto 59) y otras griegas encontradas en Astorga
(l’oto 16) son pnieba de la pntseneia de un grupo de gyeeo-parlantes (MANGAs, 1989. p. 210, n. 18).
Sin duda se relacionan con la administración imperial. Al menos dos procura/ores documentados
en Villalis tienen nombre griego (Hermes, Al Aurehus Fu//ches).