ABRIR 3. 3.5. - Universidad Complutense

Parte 4. Estudios ()nomásticos Regionales.
importancia del fornen
6, También está documentada la existencia de nornína
indígenas perfectamente integrados en una fórmula de duonornina o trianoinína,
Este hecho ya lo indicó Le Roux en su estudio sobre la onomástica de los
militares (LI: ROEN, 1982, 322- 340) aunque en algunos casos considera
indígenas nornina que tal vez sean romanos como Curnelius o Rufonius. En
otros, como Louesius o Reburrinius, el carácter indígena está claro. Como
ejemplos en >4s/uria pueden aludirse las siguientes inscripciones ii~ií~, 192 es
una inscripción muy fragmentada, pero tal y como la interpreta Diego Santos,
se trata de un (1 Elanius /,.. /, padre de un Líciniw, /1/. En IRPL, 1 86 aparece
un ‘¡fe íleon, hijo de fáutíus Asclepíades, fornen indígena vinculado a zonas de
la Meseta. Entre los vadinienses, por ejemplo, se documenta un Pen/lus Festus
i)o.’derij (MIA, 1984, n0 24). Este fenómeno, de todos modos, es poco
frecuente y puede confundirse con el uso del doble cognoinen, bien
documentado entre los vadinienses y en inscripciones como IRPI,, 196 (Lornie/us
Ancondus Abrunif relacionado con una ClaudiaAravica).
Mucho más difUndida está la costumbre de construir los trianoinina o
duonornína a partir de un cognoíncn latino, de uso frecuente en la zona, con el
sufijo -iris, Este fenómeno se documenta, por ejemplo, en época tardía entre los
zoelas (Capí/onius (‘cler, HEp. 4, 101 7; Procuuius Gracilís, CI]. 11 5652) y en
momentos no tan tardíos en otras zonas, como por ejemplo, el nombre Sí/onius
entre los galaicos (AE, 1968, 237; IRPEugo 68).
Esta larga disgresión sobre las prácticas onomásticas del Noroeste tiene
dos objetivos. Para empezar, dejar claro que el proceso de latinización de la
onomástica es complejo y no responde a un esquema único y rígido, cuestión
que se complica por las dificultades para fechar las inscripciones. No parece que
sea posible afirmar con rotundidad que se trata de un proceso de más a menos
indígena. Es cierto que el acceso a la ciudadanía se traduce en la adopción de
una onomástica latinizada, pero esto no implica en todos los casos el abandono
total de la onomástica indígena, sino más bien su integración en el esquema
“Me estoy refiriendo a la posibilidad de que haya peregrimmos que utilicen luma onoinástica
ciudadana, no a la supuesta presencia de individuos de estatuto latino.
299