Antonio Salgado Rosa Manuel Mariño Castro ... - Eixo Atlantico

RESPUESTA ANTE UNA SITUACIÓN DE CATÁSTROFE - EL HELICÓPTERO
20
cial para que el número de muertos no alcanzara varias decenas de miles
de muertos, si tenemos en cuenta que la primera torre se desplomó 20
minutos después de ser impactada por el avión. Como ejemplo de esta
especial preparación y mentalidad el caso de una empresa multinacional
de asesoramiento financiero que tenía su sede en una torre en la que ocupaba
mas de 20 plantas con cerca de 3.000 empleados. En los momentos
iniciales sus representantes en España comentaban por TV su temor al
alto número de compañeros que podían haber perecido en el desplome,
los días siguientes se comprobó que sólo 6 personas de dicha empresa
habían muerto, siendo la razón principal para ello que en cada planta
había dos personas encargadas de la gestión de las emergencias, que contaban
con un plan para combatirlas y un plan de evacuación que se llevó
a acabo de forma inmediata una vez se produjo el primer impacto en la
otra torre gemela.
La Vulnerabilidad de las Sociedades Avanzadas
Las altas cotas de desarrollo, bienestar y calidad de vida que en el siglo
XX alcanzó la humanidad, y cuyo mejor ejemplo lo constituye el denominado
mundo occidental al que nosotros pertenecemos, consiguieron
que el nivel de vida de muchas poblaciones europeas tenga una calidad de
vida jamás soñada por nuestros abuelos, y con ella una sensación de seguridad
y comodidad que hace, por un lado, que las poblaciones le exijan a
los poderes públicos el mantenimiento y la defensa de esa sensación, pero
que, por otro lado, hace que esa mismas poblaciones se despreocupen de
su propia responsabilidad en el mantenimiento de esa sensación y lo que
es más dañino desde el punto de vista psicológico, que no quieren ser
conscientes de que esos avances que tan gratificante y cómoda hacen nuestra
vida diaria, traen consigo un peligro larvado y latente en forma de las
innumerables mercancías peligrosas que transitan todos los días por
delante de nuestras casas, por nuestras carreteras y enfrente de nuestras
costas, con grandes avances en la seguridad de su transporte pero manteniendo
su peligrosidad en caso de accidente, sobre todo aquellas sustancias
químicas que en caso de derrame son invisibles, pues no sabes dónde
está el peligro lo que aumenta la sensación de vulnerabilidad, que se acrecienta
hasta límites que producirían histeria y el sálvese quién pueda, si a
su invisibilidad se une su falta de olor, como es el caso de las sustancias
radioactivas, las bacteriológicas y muchas químicas.