El sueño - Dirección General de Bibliotecas
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Los <strong>sueño</strong>s premonitorios no <strong>de</strong>ben<br />
confundirse con las visiones. Sin embargo<br />
se les llama "proféticos". Este<br />
tipo <strong>de</strong> <strong>sueño</strong>s ha sido sometido por<br />
diversas corrientes psicológicas a críticas<br />
que intentan <strong>de</strong>mostrar que no<br />
ex iste en ellos verda<strong>de</strong>ro presagio. Ya<br />
Carl Jung postulaba que el <strong>sueño</strong><br />
profético era un trabajo "atento" <strong>de</strong>l<br />
inconsciente con materiales <strong>de</strong> la<br />
realidad sobre los que el sujeto no<br />
tenía conciencia. Presentamos dos<br />
posturas críticas sobre los <strong>sueño</strong>s que<br />
aparentemente predicen lo que suce<strong>de</strong>rá:<br />
la <strong>de</strong> Roger Caillois, a la que<br />
po<strong>de</strong>mos llamar heurística, y la <strong>de</strong><br />
Robert Fliess -en la página 51-, propiamente<br />
psicoanalítica.<br />
J. Worms: Usted me hablaba hace<br />
un momento <strong>de</strong> la diversidad <strong>de</strong><br />
temas que había abordado y que<br />
correspon<strong>de</strong> a la diversidad <strong>de</strong> su<br />
curiosidad; y yo quería preguntarle,<br />
¿cómo <strong>de</strong>spierta en usted una curiosidad,<br />
qué es lo que suscita en<br />
usted cada una <strong>de</strong> esas búsquedas<br />
que señalan su obra?<br />
R. Caillois: Pienso que es el misterio.<br />
Cada vez que algo es misterioso,<br />
es <strong>de</strong>cir que me parece un<br />
problema ininteligible, me siento<br />
un poco irritado, por <strong>de</strong>cirlo <strong>de</strong><br />
algún modo, y trato <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r<br />
qué suce<strong>de</strong> y qué vuelve enigmático<br />
el asunto. Pero a veces el asunto<br />
o el problema no me habían parecido<br />
enigmáticos a primera vista; se<br />
hicieron enigmáticos con el examen.<br />
De manera que yo suscito el<br />
misterio, al menos tanto como me<br />
aplico en examinarlo.<br />
j. Worms: ¿No podría <strong>de</strong>cirse,<br />
más bien, que usted ve misterios<br />
ahí en don<strong>de</strong> el hábito mental nos<br />
hace ver algo que nos parece natural,<br />
mientras que usted, bruscamente,<br />
se interroga a propósito <strong>de</strong> ese<br />
algo y <strong>de</strong>sea estudiarlo más <strong>de</strong><br />
cerca?<br />
R. Caillois: Poseo un lado paradójico.<br />
Es <strong>de</strong>cir que bruscamente<br />
<strong>de</strong>scubro en lo que en principio me<br />
pareció natural algo como una grieta<br />
que hace que, si se miran lao/<br />
cosas más <strong>de</strong> cerca, se vuelva ininteligible.<br />
j. Worms: Alguna vez me habló<br />
<strong>de</strong> la curiosidad que se <strong>de</strong>spertó en<br />
usted a propósito <strong>de</strong>l Arca <strong>de</strong> Noé<br />
y, efectivamente, me sentí muy sorprendido.<br />
R. Caillois: Pues bien, fue mientras<br />
miraba un grabado <strong>de</strong> un padre<br />
jesuita <strong>de</strong>l siglo XVII ó XVIII , el<br />
padre Atanasio Kircher. Lo contemplaba<br />
por razones que tenían que<br />
ver con China. Kircher estudió a<br />
fondo la religión china, vivió en<br />
Pekín. Usted sabe que los emperadores,<br />
en esa época, mandaban<br />
traer a jesuitas sobre todo para la<br />
reforma <strong>de</strong>l calendario, pero también<br />
porque los jesuitas les fabricaban<br />
fuegos <strong>de</strong> artificios y a<strong>de</strong>más<br />
acondicionaban surtidores <strong>de</strong> agua<br />
ROGER CAILLOIS<br />
Un falso<br />
recllerdo<br />
/:III/"é'//.\/(/ dé' /tlll \\IJJ"/IIS<br />
en sus parques. Y había ahí un gran<br />
grabado que me impresionó y que<br />
representaba al Arca <strong>de</strong> Noé con la<br />
lluvia cayendo, una cortina <strong>de</strong> lluvia<br />
interminable sobre las aguas negruzcas<br />
y tumultuosas <strong>de</strong>l mar. y<br />
entonces, frente al Arca, unos pescados<br />
se divertían; fue lo primero<br />
que me llamó la atención. Es <strong>de</strong>cir<br />
que el diluvio, que está en la Biblia<br />
y que estamos acostumbrados a<br />
consi<strong>de</strong>rar como algo tradicional,<br />
normal, es la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la humanidad<br />
y <strong>de</strong> todas las especies<br />
vivas para renovar el mun-do, para<br />
hacer un mundo más noble, más<br />
justo y más virtuoso. Y me percaté<br />
<strong>de</strong> que, por tratarse <strong>de</strong>l agua, <strong>de</strong>l<br />
elemento acuático y agente <strong>de</strong> ese<br />
cambio, los peces resultaban favorecidos.<br />
Entonces me puse a escribir<br />
acerca <strong>de</strong>l Arca <strong>de</strong> Noé para tratar<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar un poco el lado<br />
anormal y también injusto, ilegítimo,<br />
<strong>de</strong> una <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l mundo<br />
que favorecía a los peces y a las<br />
ranas y a todos los animales cuyo<br />
elemento natural es el agua. Es el<br />
origen <strong>de</strong> mi cuento Noé, en el que<br />
éste, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sido el hombre<br />
justo por excelencia, se convierte<br />
en un rebel<strong>de</strong>.<br />
j. Worms: Entre todas sus curiosida<strong>de</strong>s<br />
existe una que, en principio,<br />
<strong>de</strong>spierta la nuestra; es la que usted<br />
tiene por el <strong>sueño</strong>. ¿Cómo es que<br />
llegó a interesarse en el <strong>sueño</strong>?<br />
R. Caillois: Yo creo que fue porque<br />
soñé. Y es que, cuando se<br />
sueña, es absolutamente natural<br />
soñar ... Pero, también en este caso,<br />
fue un poco el mismo'mecanismo el<br />
que intervino; hice como todo el<br />
mundo, busqué el significado <strong>de</strong><br />
los <strong>sueño</strong>s y compré el libro <strong>de</strong><br />
Biblioteca <strong>de</strong> México<br />
11<br />
Seguimos suscritos a L'Evénément<br />
du Jeudi, seguimos leyéndola,<br />
pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace como tres o<br />
cuatro números advertimos que<br />
falta en ella la sección gastronómica,<br />
que era, para nosotros,<br />
parte esencial <strong>de</strong> esa revista ...<br />
Enseguida percibimos una voz<br />
en el suelo que nos dice: ¿Verdad<br />
que sí?<br />
Claro, tenía que ser. Al cabo<br />
<strong>de</strong> cuatro cuartillas <strong>de</strong> texto, tenía<br />
que manifestarse nuestro roepónimo.<br />
No caben tan prolongados<br />
ninguneos en una columna que,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, es suya. Y, por<br />
supuesto, olvidábamos que el<br />
principal adicto a las expertas indicaciones<br />
<strong>de</strong> esa tradicional sección<br />
es él, nadie más que el<br />
Ratón.<br />
Como para reafirmar su condición<br />
<strong>de</strong> propietario, él mismo<br />
proce<strong>de</strong> a comentar otras revistas.<br />
Dice que una <strong>de</strong> sus favoritas<br />
es Astronomy, que suele reproducir<br />
<strong>de</strong> tiempo en tiempo las fotos<br />
<strong>de</strong> galaxias, lunas y asteroi<strong>de</strong>s<br />
errantes tomadas por el satéliteobservatorio<br />
Hubble.<br />
A<strong>de</strong>más nos habla <strong>de</strong> que su<br />
afición a The New Yorker, lejos<br />
<strong>de</strong> menguar, ha crecido. Especialmente<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la "Carta <strong>de</strong><br />
Hiroshima", <strong>de</strong> Murray Sayle,<br />
<strong>de</strong>sentrañó las verda<strong>de</strong>ras razones<br />
que movieron a T ruman a or<strong>de</strong>nar<br />
el pérfido lanzamiento <strong>de</strong><br />
las dos bOmbas atómicas, sucesivamente<br />
en Hiroshima y Nagasaki;<br />
y <strong>de</strong>mostró la falsedad <strong>de</strong> los<br />
dogmas establecidos con posterioridad,<br />
<strong>de</strong>nunciándolos como<br />
meras racionalizaciones.<br />
No po<strong>de</strong>mos censurar, ni siquiera<br />
corregir, los comentarios<br />
ratoniles. Pero en previsión <strong>de</strong><br />
que la conversación <strong>de</strong>rive a<br />
otros rumbos menos sensatos, <strong>de</strong>cidimos<br />
clausurar por ahora, no<br />
sin un mohín <strong>de</strong> disgusto <strong>de</strong><br />
nuestro súbito interlocutor, la presente<br />
columna.