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El sueño - Dirección General de Bibliotecas

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La <strong>de</strong>formación y la rectificación<br />

<strong>de</strong>l rostro <strong>de</strong> Dante Alighieri siguen<br />

una historia que es reverso y complemento<br />

<strong>de</strong> la estima que ha merecido<br />

como poeta. A la sublimación<br />

<strong>de</strong> las figuras <strong>de</strong> Dante y Beatriz<br />

en los dibujos <strong>de</strong> Botticelli,<br />

don<strong>de</strong> se les ve ascen<strong>de</strong>r a la cúpula<br />

<strong>de</strong>l cielo, se opone el inverso<br />

grotesco <strong>de</strong> un Dante prógnata y<br />

<strong>de</strong> aplastada nariz <strong>de</strong> un dibujo <strong>de</strong><br />

Leonardo. Sublimado o escarnecido,<br />

Dante parece sufrir, en su iconografía,<br />

el ritmo <strong>de</strong> metamorfosis<br />

que se impusiera a los hombres <strong>de</strong><br />

su época, ya <strong>de</strong>gradándolos, ya<br />

exaltándolos hasta lo angélico.<br />

La imagen <strong>de</strong> Dante tuvo una<br />

distribución muy peculiar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

Edad Media. Como personaje central<br />

<strong>de</strong> su poema, se le ve cruzar los<br />

antiguos manuscritos <strong>de</strong> la Comedia<br />

en figura <strong>de</strong> viajero con semblante<br />

y atributos según el criterio<br />

<strong>de</strong>l ilustrador- en tránsito hacia su<br />

consagración universal, la <strong>de</strong> un<br />

mortal que recorre el universo. Tal<br />

como ocurre con las efigies <strong>de</strong> santos,<br />

la imagen <strong>de</strong> Dante es parte <strong>de</strong><br />

su relato; por ello la fijación <strong>de</strong> sus<br />

rasgos se hace imprescindible.<br />

Dante, efectivamente atravesado<br />

por la iconografía religiosa, <strong>de</strong>berá<br />

asemejarse a las cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su<br />

obra.<br />

Es cierto que su aspecto y su<br />

semblante se fundan en un retrato<br />

literario trazado por Boccaccio: "De<br />

mediana talla fue nuestro poeta, y a<br />

partir <strong>de</strong> cierta edad anduvo siempre<br />

algo encorvado. De rostro alargado<br />

y <strong>de</strong> nariz aquilina, los ojos<br />

más bien gran<strong>de</strong>s que pequeños,<br />

<strong>de</strong> fuertes mandíbulas y con el<br />

labio superior más avanzado que el<br />

inferior. .. su rostro siempre melancólico<br />

y pensativo" 1. De ahí la intuición<br />

<strong>de</strong> su prognatismo y la exageración<br />

<strong>de</strong> su nariz, acor<strong>de</strong>s con<br />

el tipo saturnino, configuración<br />

propiamente dantesca que cazará<br />

con el perfil <strong>de</strong> un hombre presuntamente<br />

retratado por Giotto, reconocido<br />

como vera effigies <strong>de</strong><br />

Dante, en la capilla Bargellini; imagen<br />

que alcanza su encumbramiento<br />

y su distribución mayor a partir<br />

<strong>de</strong>l romanticismo, cuando se exalta<br />

la leyenda <strong>de</strong>l exiliado florentino,<br />

filósofo y amante sublime, viajero<br />

<strong>de</strong>l Más Allá, en la persona y la<br />

imagen <strong>de</strong> los poetas vivos.<br />

l . Bocaccio, Vi/a di Dante, cit. por Antonio<br />

Gómez Robledo, Dante Alighieri, vol. ¡,<br />

México, UN AM , 1975, pp. 68-69. Notablemente,<br />

Bocaccio alu<strong>de</strong> a "su colo r mo reno, y<br />

los cabellos y la barba espesos, negros y<br />

crespos".<br />

Así como Boccaccio lo fija en palabras,<br />

otros reconocen la necesidad<br />

<strong>de</strong> afianzar su poesía frente a<br />

las contingencias, no <strong>de</strong>l olvido<br />

sino <strong>de</strong> la <strong>de</strong>formación. La Comedia<br />

sufre los embates <strong>de</strong> la recitación,<br />

los ajustes <strong>de</strong> la memoria. La<br />

JAIME MORENO<br />

VILLARREAL<br />

<strong>El</strong> concilio<br />

<strong>de</strong> las<br />

blancas<br />

vestiduras<br />

biografía, la exégesis, la expurgación<br />

fijan al poema y al poeta. En<br />

cuanto a su efigie que será i<strong>de</strong>al<br />

en los manuscritos medievales-, a<br />

partir <strong>de</strong>l Renacimiento, cuando<br />

Dante adquiere un rostro humano y<br />

mercurial -es <strong>de</strong>cir cuando hay<br />

<strong>de</strong>manda <strong>de</strong> tránsito y comercio <strong>de</strong><br />

su imagen-, prevalece la autoridad<br />

<strong>de</strong> Vasari, según quien el solo<br />

retrato verda<strong>de</strong>ro es el que le hiciera<br />

Giotto en un fresco <strong>de</strong> la capilla<br />

Bargellini. A partir <strong>de</strong> entonces, su<br />

retrato se establecerá sobre esa<br />

imagen que todos conocemos, pero<br />

que es dudosa.<br />

<strong>El</strong> tema <strong>de</strong>l error que extravía el<br />

conocimiento, traiciona la fe y lastima<br />

temporalmente la verdad, es un<br />

problema que la teología medieval<br />

elaboró consistentemente: el error<br />

y el errar son sendas que conducen<br />

lejos <strong>de</strong> Dios. La doctrina <strong>de</strong> la<br />

doble verdad, según la cual se<br />

aceptaría la revelación <strong>de</strong> las Escrituras<br />

po r una parte, y por otra la<br />

razó n aristotélica, fue uno <strong>de</strong> los<br />

gran<strong>de</strong>s temas <strong>de</strong> la filosofía <strong>de</strong>l<br />

siglo <strong>de</strong> Dante. Esta doctrina averroísta<br />

será <strong>de</strong>rrumbada por el tomismo,<br />

que unirá ambas vertientes<br />

en una sola verdad. La senda <strong>de</strong>l<br />

pecado y la herejía se tocan. En<br />

oñé que la ciudad estaba <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong>l más bien muerto <strong>de</strong> los mares muertos.<br />

Dante mismo es primordial el camino<br />

errado que siguió hasta el inicio<br />

<strong>de</strong> su poema: "Me encontré en una<br />

selva oscura, porque había perdido<br />

la buena senda"2. Al recorrer la<br />

senda equivocada como camino<br />

hacia el <strong>de</strong>stino superior, Dante se<br />

planta en una búsqueda <strong>de</strong> la verdad<br />

que pronto será exaltada por la<br />

escolástica: la revisión <strong>de</strong>l error en<br />

todos sus aspectos, lo que Dante<br />

persigue en el Infierno y Santo<br />

Tomás <strong>de</strong>sarrollará en método dialéctico,<br />

fundado en la aceptación<br />

retórica <strong>de</strong> las premisas y argumentos<br />

<strong>de</strong>l oponente para <strong>de</strong>mostrar su<br />

inconsistencia y falsedad. Se trata<br />

<strong>de</strong> un camino obtuso, <strong>de</strong> ro<strong>de</strong>o, un<br />

método que circula hacia una etapa<br />

superior, un camino en espiral.<br />

La imagen <strong>de</strong> Dante vinculada a<br />

la espiral cuya apoteosis romántica<br />

es el grabado <strong>de</strong> Doré para el<br />

canto XXVIII <strong>de</strong>l Paraíso, don<strong>de</strong><br />

Dante y Beatriz admiran las jerarquías<br />

<strong>de</strong> los ángeles, palpitantes en<br />

remolinos alados en torno a un<br />

astro central- está ya, en semilla,<br />

en aquellas ilustraciones medievales<br />

que lo representan junto a la<br />

amurallada ciudad <strong>de</strong> Florencia,<br />

que aparece como un pequeño laberinto<br />

<strong>de</strong> plano oblicuo, con su<br />

catedral al centro. <strong>El</strong> mo<strong>de</strong>lo es,<br />

ciertamente, Jerusalén en torno al<br />

templo <strong>de</strong> Salomón. <strong>El</strong> esquema arquitectónico<br />

<strong>de</strong> la Comedia figura,<br />

iconográficamente hablando, una<br />

Florencia expandida hacia el Infierno<br />

y el Cielo, en seguimiento <strong>de</strong>l<br />

ritmo <strong>de</strong> la espiral.<br />

Al mismo tiempo que un · esquema<br />

imaginario <strong>de</strong> <strong>de</strong>scenso y ascenso,<br />

la espiral constituye en el<br />

poema <strong>de</strong> Dante lo que hoy llamaríamos<br />

tanto un "método <strong>de</strong> investigación"<br />

cuanto un "mo<strong>de</strong>lo" en el<br />

que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cualquier lugar <strong>de</strong>l recorrido-<br />

se atisba el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la<br />

totalidad <strong>de</strong> la Creación. La espiral<br />

es mo<strong>de</strong>lo y método en plausible<br />

sentido "discursivo": Dante la<br />

ejerce en su tratado filológico Sobre<br />

la lengua vulgar, cuyo objetivo es<br />

por cierto superar la confusión <strong>de</strong><br />

la nueva Babel que es Italia -el<br />

2. Todas las versiones al español <strong>de</strong> Dante<br />

se remiten a las Obras completas, trad. Nicolás<br />

González Ruiz, Madrid, BAC, 1973.<br />

Ramón López Velar<strong>de</strong>, "<strong>El</strong> <strong>sueño</strong> <strong>de</strong> los guantes negros"

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