escenas laborales - AELE

posibilidad de plantear dos niveles de salario mínimo, uno para Lima y
otro para el resto del país. Digo esto porque también hay que tomar
en cuenta cómo funcionaría este sistema. Pienso que un criterio regional
sería el más sencillo de administrar ya que todas las empresas o
establecimientos localizados en una zona determinada tendrían un
salario y las no localizadas tendrían otro. Esto no está muy lejos de lo
que se hace en América Latina, de hecho creo que más de la mitad de
los países de nuestra región tienen más de un salario mínimo y en
efecto hay algunos que tienen muchos salarios mínimos, pero no creo
que esto sea lo correcto, debido a lo que mencioné anteriormente
sobre la administración e inspección relacionadas a este tema.
¿Habría que reducir el salario mínimo para algunos grupos
de trabajadores?
Yo creo más bien que en las instancias donde se analizan estos
temas como el Consejo Nacional del Trabajo, se podría discutir que a
futuro los incrementos sean diferenciales. Es decir, partiendo de lo
que tenemos ahora, que es un salario mínimo único, en adelante, discutir
la viabilidad de incrementos diferenciales, pero con ese criterio
de Lima y fuera de Lima (provincias), ya que me parece que existen
diferencias muy claras en relación al costo de vida y la productividad
al mismo tiempo.
¿En el campo de las medidas económicas con incidencia
en el empleo cree procedente la formulación de políticas
sectoriales?
Sí claro, si uno analiza lo que ha pasado en los últimos años en el
Perú encuentra que el “boom” económico peruano y la reducción más
grande de pobreza que ha ocurrido en nuestro país se debe a la aparición
de estas actividades intensivas del empleo (la agroindustria, la
agroexportación, las confecciones, la construcción) que han movilizado
mano de obra, en muchos casos de baja calificación, pero que finalmente
han generado una masa salarial adicional. Es claro que esto
no ha sido suficiente, pero hemos observado que ha resultado lo más
importante en el período del “boom”.
En consecuencia, claro que sería importante promover estos sectores
intensivos de empleo mediante políticas sectoriales e incentivos
específicos, especialmente ahora que se viene una coyuntura de ralentización
de la economía. Ello porque si estos sectores –que han generado
una gran cantidad de empleos nuevos y que en muchos casos
han sido empleos formales– entran en crisis, vamos a tener un problema
serio en el mercado de trabajo y en el corto plazo.
¿Cuál es su opinión respecto a la reciente Ley de MYPES?,
¿cree que logrará formalizar de manera significativa a la
pequeña empresa?
Actualmente, con datos del 2007, sabemos que somos casi 14 millones
y medio de trabajadores en el Perú. De este total, los asalariados
que trabajan en empresas privadas son unos 4 millones y medio aproximadamente.
Los otros 10 millones trabajan en el sector público, en
trabajo doméstico, y fundamentalmente como trabajadores independientes,
ya sea trabajando solos o con familiares sin remuneración. A
estos últimos, algunos los llaman, “negocios o microempresas familiares”
pero esencialmente no utilizan relaciones de asalariamiento.
La mayor parte del problema de la informalidad está justamente en
estas otras categorías. Tengo entendido que esos grupos no han sido
incorporados en la Ley de MYPES y esa es una limitación bastante
ENTREVISTA / JUAN CHACALTANA JANAMPA
grande para esta ley porque ahí es donde se concentra la mayor parte
de la informalidad.
Entonces, ¿qué es lo que se ha incorporado en la Ley? Concentrémonos
en estos cuatro millones y medio de trabajadores que laboran
en empresas privadas. De estos, alrededor de 2.2 millones trabajan en
empresas de hasta 10 trabajadores que prácticamente ya tenían la
misma Ley desde el 2003, y es claro que con esa Ley no pasó mucho.
Para este sector, la nueva Ley Mype del 2008 me parece que ha introducido
cambios que comparativamente son menores que los implementados
en el 2003.
En realidad, el cambio mayor ocurre entre las empresas de 10 a
100 trabajadores que también empiezan a tener un régimen intermedio.
Aquí sí es probable que haya algo de efecto. Sin embargo, creo
que en este caso hay que tener bien en claro el punto de partida,
porque en ese grupo de empresas las tasas de formalidad ya estaban
alrededor del 40 por ciento. Por tanto, las tasas de formalidad tendrían
que subir de 40 a 60 ó 70 por ciento para decir que esta Ley ha
funcionado y eso habrá que verlo. Ojalá funcione.
Sin embargo, también creo que en esta Ley el énfasis está nuevamente
en los costos de la mano de obra. Yo esperaba que dado que la
Ley Mype del 2003 enfatizó el tema de los costos laborales, la nueva
Ley Mype del 2008 enfatizaría en otros costos (como los tributarios,
por ejemplo), o más importante aún, que intentaría incrementar los
beneficios de la formalidad, pero eso lamentablemente no se ha incluido
de manera significativa.
Quizás habría que discutir más este tema. De hecho, la existencia
de estos regímenes especiales deja en el régimen general a menos de
un millón de trabajadores asalariados y temas como la Ley General del
Trabajo, por ejemplo, han pasado a un segundo plano.
¿Cuáles son las medidas de emergencia que deberían darse
en el campo del empleo ante la posibilidad de una
crisis recesiva?
El Estado tiene mecanismos y programas que le permiten actuar
contracíclicamente. En el caso del sector Trabajo, por ejemplo, existe el
programa "Construyendo Perú" (antes se llamaba A Trabajar Urbano) el
cual es el llamado a operar en situaciones de crisis. Considero que en
una eventual posibilidad de crisis este programa tendría que tener un
mayor liderazgo, como lo tuvo al principio en el año 2001 cuando estábamos
saliendo de una crisis anterior. Esa sería una línea para afrontar
una posible crisis. Desde el mismo sector trabajo, hay otras líneas posibles.
Si hubiera crisis, mucha gente se quedaría sin trabajo, y en este
escenario se podrían utilizar esquemas de reinserción, reconversión o
recalificación, por ejemplo. Esto es importante, porque en un escenario
de crisis, habría gente que se quedaría sin trabajo acá pero también
gente fuera del país que tendría que regresar y presionaría al mercado
de trabajo, especialmente el de baja calificación.
¿Es posible -y con cuáles características- generar un seguro
de desempleo?
El tema del seguro de desempleo se discutió hace algunos años.
Todos desearíamos tener un seguro de desempleo, sería ideal. La pregunta
es, ¿cómo se financia?
No hay muchas alternativas: o lo financian los empleadores o lo
financian los trabajadores o lo financia el Estado; esas son las alternativas.
En las discusiones anteriores se comparó un eventual seguro de
desempleo frente a la CTS, y se discutieron las ventajas y desventajas.
ANÁLISIS LABORAL / NOVIEMBRE 2008 13