escenas laborales - AELE
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Revisando<br />
el empleo<br />
limeño<br />
La mayor parte de seguidores del empleo en la capital peruana da por sentadas<br />
sus características y no les falta razón. Los grandes patrones no varían, pues el<br />
empleo sigue siendo mayormente terciario (comercio y servicios) bastante informalizado<br />
(con muchos trabajadores independientes no calificados, o trabajando<br />
en microempresas familiares), con tasas de desempleo que rondan el 10 por ciento<br />
y subempleo cercano al 50 por ciento, con desventajas en empleo e ingresos para<br />
las mujeres y jóvenes.<br />
Pero hay algunas cosas igual de importantes que no mantenemos en la memoria<br />
y eso es lo que motiva estas notas de revisión, a partir de la Encuesta Permanente<br />
de Empleo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Esta<br />
encuesta cubre ahora (antes era más amplia) 1000 hogares mensuales y publica<br />
sus resultados en trimestres móviles, es decir acumulando la información de tres<br />
meses, para así tener un tamaño de muestra mayor. Los resultados que se observan<br />
corresponden al trimestre agosto-setiembre-octubre en el periodo 2003 al<br />
2008; vale decir, durante el auge del PBI, que en términos reales y per cápita<br />
aumentó en este lapso casi 50 por ciento, lo cual es históricamente excepcional.<br />
EL EMPLEO<br />
La población en edad de trabajar, que está definida como la mayor de 14 años<br />
y se suele abreviar como PET, aumentó en alrededor de medio millón de personas<br />
de 6 a 6.5 millones y la población económicamente activa o PEA (que incluye a<br />
quienes están trabajando, y a los que están buscando trabajo activamente que son<br />
los desempleados) varió, también en términos aproximados de 3.9 a 4.4 millones<br />
de personas. Esto significa una tasa de actividad o intensidad de la participación<br />
laboral de las personas en edad de trabajar (PEA/PET) que fluctúa en el rango entre<br />
66 y 68 por ciento, lo cual es un valor alto si se compara con otros países de la<br />
región.<br />
La participación intensa de las familias en el mercado de trabajo tiene varias<br />
fuentes. Una primera explicación, se adjudica a la pirámide de edades pues hay<br />
una proporción creciente de personas en las edades <strong>laborales</strong> maduras respecto<br />
de las de inicio del trabajo, las juveniles. Una segunda fuente, es la mayor actividad<br />
económica, que estaría ofreciendo una mayor cantidad de puestos de trabajo,<br />
debido a crecientes inversiones. Una tercera explicación, más a tono con la crisis<br />
6 NOVIEMBRE 2008 / ANÁLISIS<br />
Jorge Bernedo Alvarado<br />
laboral, es la escasez de ingresos, que<br />
motiva a las familias a trabajar antes que<br />
dedicarse a tareas alternativas (como el<br />
cuidado del hogar o los estudios) y hacerlo<br />
desde más antes y por periodos más<br />
prolongados. Finalmente, aunque con<br />
efecto marginal, el mayor desarrollo de<br />
las comunicaciones juega el papel de “lubricar”<br />
la intermediación, haciendo que la<br />
búsqueda de empleo tenga resultados de<br />
empleo más prontos.<br />
LOS NIVELES DE EMPLEO<br />
Esta variable es considerada por antonomasia<br />
como un indicador de la buena<br />
salud del mercado laboral. Los niveles<br />
de empleo consideran que las personas<br />
primero buscan el empleo, luego van mejorando<br />
en él (durante el subempleo) y finalmente,<br />
llegan al pleno empleo o empleo<br />
adecuado.<br />
El estadío de desempleo o búsqueda<br />
debe relativizarse con la calidad del empleo.<br />
Es muy diferente un 10 por ciento<br />
de desempleo con seguro de desempleo<br />
y en un mercado predominantemente<br />
formal con muchos asalariados, que el<br />
mismo 10 por ciento pero en un mercado<br />
“calcutizado” donde no hay realmente<br />
“búsqueda” y las barreras de entrada<br />
son nulas o reducidas porque se trata de<br />
trabajos en la calle o en unidades de producción<br />
familiares, que no requieren inversiones<br />
pero tampoco proporcionan<br />
progreso personal y desarrollo de la nación.<br />
Teniendo esto en cuenta, sigue siendo<br />
saludable el posible descenso del desempleo<br />
en el periodo que estamos observando.<br />
Vale la pena mencionar también<br />
que parte de la explicación a una<br />
tasa de desempleo relativamente baja,<br />
además de la informalidad, está en la vilipendiada<br />
flexibilización del mercado de<br />
trabajo, que permite “compartir” puestos<br />
de trabajo por varias personas debido<br />
a periodos cortos de contratación. En<br />
otros términos, tenemos empleos de corto<br />
plazo –por eso casi todos los desempleados<br />
tienen experiencia laboral previa–<br />
que reparten la oportunidad de obtener<br />
ingresos entre más personas, aliviando<br />
en parte la coyuntura aunque<br />
permanezca el problema de fondo.