escenas laborales - AELE
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La CTS funciona frente a despidos y frente a renuncias también y eso<br />
sería una ventaja, pero es básicamente una cuenta de ahorros. Hubo<br />
también una discusión sobre cómo y quién administraría el eventual<br />
seguro. Me parece que poniendo las cosas en la balanza, el debate<br />
determinaría que los trabajadores preferirían quedarse con la CTS, porque<br />
no es un pago a cuenta de que ocurra un evento riesgoso –como<br />
funcionan los seguros– sino que es algo fijo, una suerte de mecanismo<br />
de ahorro que la gente valora. El otro tema que opera en contra de<br />
la existencia de un seguro de desempleo es que el riesgo de desempleo<br />
en el Perú es alto, especialmente ahora va a ser más alto con una<br />
potencial situación difícil cercana. Probablemente esa discusión se va<br />
a tener que posponer otra vez.<br />
Usted ha sido investigador del tema política de empleo<br />
para jóvenes ¿Cuáles son sus principales conclusiones y<br />
propuestas en este campo?<br />
En el caso del empleo de jóvenes tenemos un problema que tiene<br />
dos características: es de gran magnitud, pero al mismo tiempo de<br />
una gran heterogeneidad. Eso creo que define el problema del empleo<br />
juvenil en el Perú y en gran parte de América Latina.<br />
Cuando hablamos de gran magnitud, es porque los jóvenes son la<br />
generación más grande que ha habido y que va haber, ya que los censos<br />
han comenzado a identificar caídas absolutas de población en los grupos<br />
etarios de 0 a 4 años de edad; lo cual indica que los jóvenes de acá a 10<br />
años van a ser menos que los que son ahora en términos absolutos.<br />
Al mismo tiempo, es un problema de una gran heterogeneidad<br />
porque existen diferentes situaciones en función a lo que han acumulado<br />
los jóvenes a lo largo de sus vidas y de las decisiones que tienen<br />
que tomar precisamente en la juventud. Si uno establece, por ejemplo,<br />
un cruce entre lo que es la situación educativa y la situación de empleo<br />
de los jóvenes, encuentra diversos grupos; hay jóvenes que sólo<br />
estudian, hay jóvenes que sólo trabajan, hay jóvenes que estudian y<br />
trabajan pero también hay jóvenes que no estudian ni trabajan. Este<br />
grupo de los que no estudian ni trabajan ha ido creciendo peligrosamente<br />
en el Perú y es preocupante. Aquí se ha venido produciendo un<br />
fenómeno un tanto extraño. Si uno observa el periodo en que nacieron<br />
los jóvenes actuales –de 15 a 29 o de 15 a 24, dependiendo la<br />
definición que se utilice– es claro que estos jóvenes nacieron en la<br />
década de los 80, un período de crisis bastante severa, tanto desde el<br />
punto de vista económico como social en el país. Más importante aún,<br />
han crecido en la década de los 90, periodo de cambios muy fuertes<br />
especialmente en el mercado de trabajo, en el cual muchos jóvenes<br />
actuales vieron a sus padres perder sus empleos, pasar angustias <strong>laborales</strong>,<br />
etc. Así, se está produciendo un fenómeno que yo he llamado<br />
“crisis de referentes”. ¿Cómo construye un joven su expectativa de<br />
trayectoria laboral hacia el futuro? Usualmente esto ocurre mirando<br />
al papá, al vecino o familiar mayor. Si uno ve que esos referentes ya no<br />
funcionan, que el mercado de trabajo no les ha asegurado un buen<br />
futuro, entonces ya no es tan seguro para el joven el considerar que si<br />
estudia va a tener un buen trabajo en el futuro, por lo tanto, lo que<br />
crece en él es más bien la apatía, el desencanto, el no estudio, o no<br />
trabajo, que son respuestas realmente fuera del sistema. Las vías principales<br />
para la integración social de los jóvenes son la educación y el<br />
trabajo. Si los jóvenes dejan de creer en esas dos grandes vías entonces<br />
tenemos una situación en la que todo puede pasar y eso es peligroso,<br />
incluso para la democracia. Es una suerte de contrato social<br />
que tiene el joven con la sociedad, en el cual asume que si estudia, si<br />
acumula experiencia trabajando, incluso ganando poco al principio,<br />
14 NOVIEMBRE 2008 / ENTREVISTA<br />
ese sacrificio inicial lo va a conducir a tener un mejor trabajo y una<br />
trayectoria ascendente en el futuro. Cuando eso no se cumple, es decir,<br />
cuando tus sacrificios iniciales no se traducen en mejoras a lo largo<br />
de la vida, aparecen temas como la frustración y el desencanto.<br />
Las implicancias de esto aún las vemos de manera pequeña en el<br />
Perú. Así, en el Callao han aparecido temas de extorsión a empresarios,<br />
en Trujillo también ya han aparecido estos cupos que se cobran a los<br />
taxistas. En nuestro país este problema es todavía pequeño pero hay<br />
otros países donde el problema es bastante mayor, como en Centroamérica,<br />
donde inclusive han surgido bandas organizadas de jóvenes y<br />
adultos. Entonces, creo que sí se trata de un tema donde habría que<br />
poner el acento, y el desafío consiste en reconstruir en los jóvenes la<br />
esperanza de que a través del trabajo o la educación uno puede labrarse<br />
un futuro mejor. Lo que pasa es que cuando no se tiene dicha expectativa<br />
entonces se comienzan a construir otros escenarios, otros referentes.<br />
Como los reseñados anteriormente, así como la emigración, que<br />
es de hecho una idea que ronda en la cabeza de muchos jóvenes.<br />
¿Y con respecto, por ejemplo, a las propuestas en este campo,<br />
tienen que ver con los programas de empleo para jóvenes?<br />
Allí es donde entra el tema de la heterogeneidad. Por ejemplo, los<br />
jóvenes que estudian tienen problemas distintos a los jóvenes que no<br />
estudian, y los jóvenes que estudian y trabajan tienen problemas y<br />
necesidades distintas que aquellos que no estudian ni trabajan. Es<br />
más, dentro de los que trabajan, aquellos que trabajan en empresas<br />
que ofrecen buenos empleos tienen necesidades distintas a los que<br />
trabajan en el sector informal o las micro empresas que son la mayoría.<br />
Entonces se genera todo un “mapa” de situaciones en el empleo<br />
juvenil que demanda políticas y acciones para cada uno de sus segmentos.<br />
Por ejemplo, para el caso de aquellos que están trabajando en<br />
empleos precarios se necesita primero programas de fortalecimiento<br />
de esos empleos y luego transferencia de habilidades, para que vayan<br />
avanzando en una trayectoria de mejora conjunta.<br />
En el caso de los que no estudian ni trabajan que son los que más<br />
preocupan, probablemente las respuestas vengan de fuera del mercado<br />
laboral, por ejemplo, a través de la reforma del sistema educativo o<br />
programas específicos para ciertos colectivos. Así, un grupo importante<br />
que no estudia ni trabaja son las mujeres madres de niños en<br />
primera infancia no obstante, en el Perú sólo tenemos al programa<br />
Wawawasi que brinda una cobertura pequeña, pero no tenemos una<br />
economía del cuidado bien desarrollada.<br />
Otro de los aspectos que también es importante promover es el emprendimiento<br />
juvenil. Perú es uno de los países donde sería posible, quizás<br />
a futuro, despertar el interés en el emprendimiento en los más jóvenes. Lo<br />
que ocurre con el emprendimiento es que muchas veces es remedial, es<br />
decir, el joven empieza a trabajar en una empresa pero ese empleo termina,<br />
luego vuelve a trabajar en otra empresa y también termina, y finalmente<br />
llega a los 28 ó 29 años y se da cuenta que tiene poco futuro como<br />
trabajador asalariado, y recién entonces empieza a pensar en un negocio,<br />
más bien como una respuesta a la exclusión. Es decir, se es emprendedor<br />
por necesidad y la idea sería más bien promover emprendedores por oportunidad<br />
y generar las condiciones para eso. Aquí, nuevamente volvemos<br />
al tema anterior de que si los trabajadores independientes y los negocios<br />
familiares, que son de donde surgen estos emprendimientos, no<br />
están incorporados ni siquiera en la Ley MYPE, entonces cómo se va a<br />
tratar de promover el tema del emprendimiento. Quizás se necesite<br />
una Ley del Trabajador Independiente o Autónomo.