13.05.2013 Views

el camino del rosario - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de

el camino del rosario - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de

el camino del rosario - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

se hizo para ayudar a los que no sabían leer o no tenían tiempo para ponerse, ni dinero para<br />

comprarse un breviario, ni posibilidad <strong>de</strong> participar en <strong>el</strong> rezo <strong>de</strong> la Liturgia <strong>de</strong> las Horas.<br />

Tanto la repetición d<strong>el</strong> avemaría como la d<strong>el</strong> padrenuestro se puso también en r<strong>el</strong>ación<br />

con la recitación <strong>de</strong> los ciento cincuenta salmos d<strong>el</strong> salterio. Sucedió entonces que empezó a<br />

recitarse un «salterio» <strong>de</strong> ciento cincuenta padrenuestros o ciento cincuenta avemarías. A éste<br />

último se le llamó <strong>el</strong> «salterio <strong>de</strong> la Virgen». El nombre más venerable d<strong>el</strong> <strong>rosario</strong> es por tanto<br />

«salterio <strong>de</strong> la Virgen», esto es, la recitación <strong>de</strong> ciento cincuenta avemarías, en recuerdo <strong>de</strong> los<br />

ciento cincuenta salmos. Es nuestro actual <strong>rosario</strong>, dividido ahora en quince misterios. El nombre<br />

tradicional fue poco a poco sustituido por <strong>el</strong> más popular <strong>de</strong> «<strong>rosario</strong>» en recuerdo <strong>de</strong> la leyenda<br />

d<strong>el</strong> caballero. El actual <strong>rosario</strong> está formado por tres coronas <strong>de</strong> cincuenta avemarías, en total<br />

ciento cincuenta avemarías. El nombre popular, <strong>rosario</strong>, es más poético y cariñoso.<br />

Pero <strong>el</strong> primero, salterio <strong>de</strong> la Virgen, es más importante, pues nos vincula más<br />

directamente a la Sagrada Escritura, fuente <strong>de</strong> toda oración. No está mal utilizar ocasionalmente<br />

<strong>el</strong> nombre original como lo hace por ejemplo <strong>el</strong> Papa Pablo VI en su más importante carta<br />

<strong>de</strong>dicada a la Virgen María, la llamada «Marialis cultus». Con <strong>el</strong>lo subrayamos <strong>el</strong> hondo<br />

contenido <strong>de</strong> fe que tiene este modo <strong>de</strong> oración. El Papa Juan Pablo II comentaba la semejanza<br />

interna entre <strong>el</strong> Salterio bíblico y <strong>el</strong> salterio <strong>de</strong> la Virgen: la recitación <strong>de</strong> los Salmos siempre fue<br />

un ejercicio <strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong> los prodigios que hizo <strong>el</strong> Señor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la salida <strong>de</strong> Egipto d<strong>el</strong> Pueblo<br />

<strong>de</strong> Isra<strong>el</strong>. Por <strong>el</strong>lo mismo era una invitación al cumplimiento <strong>de</strong> la alianza. El salterio <strong>de</strong> la Virgen<br />

es también un ejercicio <strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong> los prodigios que <strong>el</strong> Señor hizo en Jesucristo, a la vez<br />

que nos evita a ser fi<strong>el</strong>es a las promesas <strong>de</strong> nuestro bautismo.<br />

9.- EL AVE MARIA ( Emilio Cár<strong>de</strong>nas S.M.)<br />

El Ave María tiene dos partes, <strong>el</strong> «Dios te salve 'María:.. » y <strong>el</strong> «Santa María... ». La<br />

primera parte, está compuesta en primer lugar d<strong>el</strong> saludo d<strong>el</strong> áng<strong>el</strong> Gabri<strong>el</strong> a María <strong>de</strong> Nazaret:<br />

«Dios te salve, María, llena eres <strong>de</strong> gracia, <strong>el</strong> Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las<br />

mujeres». Se trata <strong>de</strong> palabras d<strong>el</strong> mismo Dios, dichas a través <strong>de</strong> su áng<strong>el</strong>. En este sentido no<br />

son palabras «humanas», sino «divinas». Por lo tanto, al <strong>de</strong>cirlas nosotros repetimos aqu<strong>el</strong>las<br />

palabras que Dios mismo le dirigió a María <strong>de</strong> Nazaret. Prestamos a Dios nuestros labios<br />

humanos para saludar a María. Se repite <strong>de</strong> algún modo la escena <strong>de</strong> Nazaret. Actuando así, nos<br />

ponemos al servicio <strong>de</strong> Dios mismo y le damos <strong>el</strong> honor <strong>de</strong>bido.<br />

Sólo en segundo lugar, y junto con Dios mismo damos también honor a María. Decían los<br />

santos que cuando María <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o vu<strong>el</strong>ve a escuchar <strong>de</strong> nuestros labios <strong>el</strong> divino saludo,<br />

vu<strong>el</strong>ve a temblar <strong>de</strong> sorpresa y emoción, pues en <strong>el</strong>la vibra <strong>de</strong> nuevo la escena <strong>de</strong> la Anunciación.<br />

Estamos así rememorando <strong>el</strong> misterio <strong>de</strong> la Encarnación, por <strong>el</strong> que Dios quiso habitar entre<br />

nosotros y pidió ante todo la colaboración <strong>de</strong> María. De esta forma, como he dicho, tenemos ya<br />

un <strong>el</strong>emento <strong>de</strong> la primera parte d<strong>el</strong> avemaría: «Dios te salve, María, llena eres <strong>de</strong> gracia, <strong>el</strong><br />

Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres».<br />

15

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!